Teatro en rebeld?a: generador de cultura by Mar?a Torres Merritt A thesis submitted to the Graduate Faculty of Auburn University in partial fulfillment of the requirements for the Degree of Master of Arts Auburn, Alabama December 18, 2009 Keywords: teatro, ind?gena, educaci?n, Zapatistas, rebeld?a, autonom?a Copyright 2009 by Mar?a Torres Merritt Approved by Lourdes Betanzos, Chair, Foreign Languages and Literatures Pedro Cebollero, Foreign Languages and Literatures Patrick Greene, Foreign Languages and Literatures ii Abstract This thesis is the product of the observation of a new trend in theatre burgeoning in Latin America, such being the realization of a revolutionary, juvenile (created by students) artist collective which is being forged and perfected to the greatest latitude within the autonomous indigenous communities of Chiapas, Mexico. The local heightened awareness toward these works is due to a sublevation in 1994 and to the collective interest in maintaining the spirit of resistance needed to effect a common change, to the recovery of their memory as an indigenous people, and to reclaim their dignity and identity as a cultural race in Mexico. It is therefore, by means of the production of their Theatre of Rebellion that the experiences of the communities are expounded and translated, thereby inciting the desire to resolve problematic communal issues such as the lack of recognition and respect by the Mexican society at large for their customs and traditions the infringement on their territorial boundaries, their extrusion as human beings and the violation of their basic human rights. In this way, many novel forms of communication develop in the [indigenous] communities in order to facilitate the debate and reflection on the aforementioned problems. Considering all of the aspects indicated above, I designate this type of theatre: Theatre of Rebellion (teatro en rebeld?a). iii Acknowledgments I would like to thank the Zapatista Communities for giving the opportunity to write this thesis and for welcoming in their communities to learn, also for their encouragement and teachings. Also, I am very grateful to Iv?n Nolasco for letting me use two of the plays presented in this thesis and his valuable comments and feedback on the plays. Dr. Lourdes Betanzos for her invaluable support, time, patience, and comments on how to make this thesis what it needed to be and to the members of my thesis committee, Dr. Patrick Greene and Dr. Pedro Cebollero who offered their constructive criticism to help polish this thesis. Finally, thanks go to my lovely family and friends, especially to Guillermo Brito and Rachel Boboian for their patience, understanding and help while I completed the thesis. iv Table of Contents Abstract ................................................................................................................. ii Acknowledgments ................................................................................................ iii List of Abbreviations ............................................................................................. v Introduction .......................................................................................................... 1 Chapter 1: De la Historia de la traici?n al General Emiliano Zapata ................. 25 Chapter 2: Del porqu? del Dr. Matasanos ........................................................ 43 Chapter 3: De qui?n se enamoran, Los tres enamorados .................................. 59 Conclusions ....................................................................................................... 77 Work Cited and Consulted ................................................................................ 82 v List of Abbreviations ART. Art?culo CCRI Comit? Clandestino Revolucionario Ind?gena Dr. Doctor EZLN Ej?rcito Zapatista de Liberaci?n Nacional FRAC. Fracci?n INEGI Instituto Nacional de Estad?stica y Geograf?a IMSS Instituto Mexicano del Seguro Social ISSSTE Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado 1 INTRODUCCI?N A casi un siglo del levantamiento armado de 1910 haciendo ?nfasis en la regi?n centro sur de M?xico, controlada en ese entonces por el General Emiliano Zapata, com?nmente conocido como ?El Caudillo del Sur?, la Revoluci?n Mexicana a pocos meses de celebrar su primer centenario, a?n contin?a en pie de lucha. El sentimiento perpetuo de una Revoluci?n fallida a?n es palpable tal y como fue plasmada la filosof?a zapatista en el Plan de Ayala al igual que su eje central como movimiento activista. Este documento hist?rico de los tiempos de la Revoluci?n Mexicana contin?a intentando ejercer el ideal de uno de los ?conos de la historia del M?xico del siglo XXI; Emiliano Zapata quien ten?a como lema: ?La tierra es de quien la trabaja? (Ayala y Rico 161). Es as? como, paralelamente al eje central del Plan de Ayala, la lucha por justicia y democracia social que incluyera a todos los mexicanos sigue manifest?ndose en las zonas geogr?ficas m?s marginadas de un pa?s que al menos oficialmente se denomina como Rep?blica. Para hacer referencia a la lucha que propone dicho plan y la filosof?a zapatista actualmente plasmada en Las Declaraciones de la Selva Lacandona, es necesario analizar la situaci?n sociopol?tica del Estado de Chiapas. Situado al sureste de M?xico y considerado como uno de los protagonistas de la mayor concentraci?n cultural del pa?s; seg?n el censo realizado en 1990, por el Instituto Nacional de Estad?stica y Geograf?a e Informaci?n de M?xico (INEGI). El Estado de Chiapas era y contin?a siendo uno de los estados con las condiciones de vida m?s precarias de toda la naci?n. Tal censo socioecon?mico mostr? que un 2 tercio de la poblaci?n chiapaneca no contaba con electricidad, un 41.6 % carec?a de agua potable, y un 58.8 % no dispon?a de drenaje (INEGI Web). Para el 1? de Enero de 1994, un grupo armado de ind?genas denominado ?Ejercito Zapatista de Liberaci?n Nacional? (EZLN) irrumpe en el contexto pol?tico y social de M?xico con el fin de dar a conocer al mundo entero la situaci?n de rezago y opresi?n sufrida por las comunidades ind?genas y as? ampliar y poner de manifiesto una vez m?s las demandas del Zapatismo de 1910, pero con una nueva visi?n, que se aplica a la situaci?n actual (Zapatistas: cr?nica de una rebeli?n DVD). Por ende este levantamiento evoca el concepto de responsabilidad de sus representantes como forma de gobierno, basado en el ?mandar obedeciendo? (Carlos Lenkersdorf 79), pues dentro de esta forma de organizaci?n social de las etnias de ascendencia maya (asentados en el estado de Chiapas) el que manda tambi?n obedece y as? mismo esta forma de gobierno es compartida por todos los pueblos ind?genas zapatistas. Dicho levantamiento reaviva la esperanza de un cambio concreto, palpable y radical para los oprimidos; equidad y autonom?a para utilizar sus tierras y recursos naturales, dado que con los proyectos neoliberales y capitalistas como el ?Plan Puebla-Panam?? (Cristina H?jar 67), 1 se atenta contra la estabilidad de las minor?as ind?genas. Las comunidades ind?genas zapatistas se han reestructurado y fortalecido pero contin?an siendo objeto de una guerra sucia. Esta guerra sucia de baja intensidad est? basada en agresiones y amenazas por parte de grupos 1 Plan Puebla-Panam?: Plan impulsado por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional que contempla la instalaci?n de maquilas, y la explotaci?n inmoderada de los recursos naturales abarcando desde la zona sur de M?xico hasta Centroam?rica. 3 paramilitares organizados y armados por partidos pol?ticos, gobiernos estatales o municipales, caciques, latifundistas o finqueros (43); pero que a?n as? no ha bastado para ceder en su idea primordial de conseguir el principio b?sico de vida: autonom?a. Ahora estas minor?as, trabajando en conjunto han levantado barreras que los opresores ya no pueden trasvasar. Con el levantamiento armado de 1994 por parte del EZLN, se genera un giro de 180? en la idiosincrasia del respeto a la pluralidad y el reconocimiento real a las comunidades ind?genas por parte de la sociedad y la opini?n p?blica de M?xico, m?s no puesto en pr?ctica por los poderes ejecutivo, legislativo y judicial de la federaci?n. A partir de este momento, en la reciente historia de M?xico se crea la posibilidad de cambiar la imagen del ?ind?gena? que d?a a d?a transporta madera haciendo colgar desde su frente un ?mecapal? que sostiene el peso de la misma sobre su espalda. Planteando as?, a trav?s de esta tesis que expone el movimiento zapatista por medio del teatro en rebeld?a, el progreso y la conjunci?n de la ideolog?a de anta?o con los nuevos matices del movimiento zapatista que por medio de su ineludible herencia cultural ha formado una resistencia incorruptible en su particular cosmovisi?n de autonom?a. Esta conjunci?n es perceptible en las distintas formas de expresi?n cultural de los pueblos ind?genas como lo es el teatro, producido por y para las comunidades en ?rebeld?a?, as? mismo desarrollado por los j?venes y promotores de la educaci?n quienes dignifican los logros de este resurgido zapatismo considerado rebelde e insubordinado. 4 Por insubordinaci?n entendemos de primera mano la oposici?n a una regla o norma establecida, aplicamos por mera relaci?n del principio de comportamiento una connotaci?n negativa que de manera autom?tica nos empuja a la idea de lo subversivo, de lo insurrecto, de la oposici?n sin fundamentos; de la rebeld?a. Sin embargo f?cilmente podr?amos relacionar a la insubordinaci?n como componente b?sico de la independencia, y en el mejor de los escenarios quiz? hasta podemos equiparar ambos conceptos como sin?nimos acopl?ndose estrechamente el uno con el otro y viceversa. En la conceptualizaci?n del t?rmino ?independiente? y su aplicaci?n l?gica, ubicamos de forma paralela la autonom?a; esta se presenta como rasgo caracter?stico de lo que se vale por s? mismo, y se soporta en relaci?n a funciones propias, autosuficiencia o sustento de s? mismo. Las distintas formas de organizaci?n social, movimientos art?sticos y filos?ficos y hasta la aplicaci?n de las ciencias a lo largo de la historia de la humanidad, obedecen a esta exposici?n de la idea de independencia, de autonom?a y en espec?fico de la rebeli?n en contra de lo establecido como resultado de su misma evoluci?n y necesidad de encontrar su propia identidad; su vocaci?n como unidad. De esta manera se presenta al movimiento zapatista, como movimiento insubordinado en busca de independencia y aplicaci?n de autosuficiencia; rebelde as? por adherencia de no contenerse dentro de lo que le es impuesto como totalidad y en consecuencia ?vido de explicar su propia realidad. Bajo esta idea y fundamento se basa la producci?n art?stica del movimiento zapatista y de las comunidades ind?genas por la necesidad de recobrar su valor como forma 5 cultural b?sica ligada a la vida y como v?a privilegiada de conocimiento colectivo. Es por medio de esto que el teatro en rebeld?a se comprende como una derivaci?n de diversas tendencias de los discursos teatrales y las teatralidades en Am?rica Latina. Por una parte muestra aspectos del teatro social; sin el af?n de crear falsas concepciones, lo concretaremos pues, en que tiene como objetivo primordial el presentar los problemas actuales de la sociedad. De esta manera el teatro en rebeld?a se utiliza como un instrumento que se pone al servicio de los pueblos ind?genas y replantea en cada producci?n los fundamentos de una continua revoluci?n de ideas que tiene como fin el fortalecimiento de su cultura para formar una unidad; el mantenimiento de identidad y la transmisi?n de una percepci?n racional y homog?nea de sus fundamentos como una sociedad, como una comunidad. Paralelamente en el teatro en rebeld?a se derivan y presentan ciertos aspectos referentes a los planteamientos del escritor Juan Villegas sobre el teatro al servicio de la revoluci?n, sustent?ndolos por medio de las propuestas de Augusto Boal y el dramaturgo Bertolt Brecht, como una teor?a teatral representativa de Am?rica Latina, que describe a este: ?como un modelo en el cual el teatro se pone al servicio de los sectores sociales que denomina ?oprimidos? (178); en este caso las comunidades ind?genas. Como antecedente Villegas hace menci?n a la tendencia de la socializaci?n de las producciones, que denomina como una ?creaci?n colectiva? y que estas a su vez exponen que el discurso teatral caracter?stico de las obras es ?el usar al teatro como medio de lucha pol?tica? (176). De esta manera identificamos como cualidades de la 6 producci?n del discurso teatral derivado del zapatismo las siguientes: primero; a la disposici?n del teatro como medio de expresi?n reflexiva, y segundo; la creaci?n colectiva, que son dos caracter?sticas que el teatro en rebeld?a hace suyos para transmitir su mensaje y de ah? el servicio que este le presta a su lucha. As? el modelo de Boal se puede aplicar al teatro en rebeld?a como ?l lo denomina, ?po?tica del oprimido?: El teatro es un arma, y es el pueblo qui?n la debe manejar? (citado en Villegas 178). Con base en lo anterior es como el teatro en rebeld?a por medio de este modelo, tambi?n aplica rasgos y adquiere una tendencia de teatro colectivo o popular, pues su discurso teatral incluye al espectador no como un contemplador pasivo, sino como un ente activo que participa en su misma transformaci?n hist?rica. Es decir se convierte en un ?revolucionario, consciente y capaz de contribuir en el proyecto pol?tico? (178), y que forma parte de una colectividad que genera un teatro popular, en el que el teatro aborda siempre los temas seg?n la perspectiva del pueblo (178), misma caracter?stica de la teatralidad prehisp?nica, como Miguel ?ngel Portilla afirma que: El espect?culo prehisp?nico encerraba en s? lo que hoy buscan los autores modernos; un juego que deja de ser un juego y una distracci?n para convertirse en acto ?til, y adquirir el valor de una verdadera terap?utica, exactamente como en los espectadores primitivos, de donde la muchedumbre extra?a la alegr?a de vivir y la fortaleza para resistir los ataques de la fatalidad. (Citado en Argud?n18) 7 Es de esta utilidad teatral de la que se vale esta tesis como presentaci?n de los zapatistas, manifest?ndose en los eventos culturales que tienen lugar en las comunidades y ?caracoles? (H?jar 87), donde el primordial objetivo es la recuperaci?n de la memoria de los pueblos ind?genas y mediante el teatro como parte de su cultura se expresan sus tareas cotidianas, los logros y los descontentos de su gente. De esta forma los eventos culturales de las comunidades ind?genas son el reflejo de la articulaci?n de ideas y funciones sociales que hacen un recorrido por las monta?as del sureste mexicano, donde se est? recobrando la dignidad, la identidad y la memoria de los pueblos ind?genas. Estas memorias son utilizadas para compartirse entre los pueblos mediante danzas, canciones, teatros, chistes, mon?logos y adivinanzas, rescatando las tradiciones, usos y costumbres de las antiguas civilizaciones mesoamericanas. Tomando estas expresiones art?sticas para recalcar esta manifestaci?n cultural, se abordan en esta tesis tres obras teatrales que son creadas por j?venes estudiantes y promotores de la educaci?n de las escuelas del territorio rebelde. Estas obras son: Historia de la traici?n al General Emiliano Zapata, El Dr. Matasanos y Los tres enamorados. Mediante estas obras teatrales se representa la historia y su realidad, percibida y entendida como conjunto o colectividad zapatista. Esta forma particular de su percepci?n y entendimiento tienen como consecuencia el realce y la belleza de las obras, pues el m?nimo detalle que las envuelve es elaborado en conjunto. Estos estudiantes conciben 8 este teatro gracias a la implementaci?n educativa que se realiza a partir del levantamiento zapatista de 1994. Poniendo en retrospectiva el per?odo de la conquista, el teatro era implementado por las ?rdenes religiosas como m?todo de evangelizaci?n y posteriormente como m?todo de educaci?n a los pueblos amerindios, debido a la complejidad idiom?tica y cultural. Por lo tanto no nos debe extra?ar, entonces, que el movimiento zapatista de hoy d?a se sirva de este g?nero y el uso de la tradici?n oral como m?todo did?ctico, ya que desafortunadamente todav?a existe mucho analfabetismo entre la poblaci?n ind?gena y as? este instrumento educativo sirva para mejorar dicha circunstancia. Es as? como los pueblos ind?genas utilizan la educaci?n como pol?tica principal de estas comunidades, y es a trav?s de ella, que se plantea la resoluci?n de los problemas de las mismas, se difunde la historia, su cultura y aspectos pol?ticos y religiosos. De esta forma la educaci?n hace uso de la producci?n teatral como una de las formas did?cticas por excelencia dentro de las comunidades. Es por eso que la tem?tica de las obras var?a en funci?n de los d?as en que ser?n representadas. Por ello debo hacer hincapi? en el hecho de que las comunidades zapatistas celebran tres fechas de suma trascendencia para su historia: a) El primero de enero, donde se crean y presentan obras que relatan el surgimiento y las razones del renovado movimiento zapatista en el panorama mexicano. b) El 10 de abril, donde se conmemora la vida y muerte del General Emiliano Zapata. c) El 8 de agosto celebraci?n de la creaci?n de los ?caracoles?, donde se representan obras que ponen de manifiesto alg?n aspecto 9 importante de la lucha de este movimiento (Entrevista personal con la Comisi?n de Educaci?n Zapatista). Durante estos d?as, dependiendo de la festividad o fecha a celebrarse, los eventos culturales se relacionan entre s?. Sin embargo, cabe mencionar que este trabajo de investigaci?n retoma ?nica y exclusivamente obras teatrales que se escenificaron durante las festividades y eventos culturales del diez de abril, grabadas y presenciadas por Iv?n Nolasco; adem?s de la obras presentadas el ocho de agosto del a?o 2009 presenciadas y grabadas por m? personalmente, utilizadas para llevar a cabo la investigaci?n de campo de esta tesis. Por ello es importante se?alar la relevancia que le dan a las fechas conmemorativas en las que se presentan estas obras, pues adem?s de solo ser eventos culturales aprovechan la funcionalidad del teatro para usarlo como medio de comunicaci?n masivo al transmitir su discurso teatral ante unos 1300 espectadores; esto tan solo en el caracol IV de Morelia; donde el peso de las fechas y el lugar de presentaci?n masifican la forma de ver la situaci?n que viven las comunidades ind?genas. Dependiendo de la fecha en la que son representadas estas obras, los j?venes usan sus propios patrones est?tico-culturales sirvi?ndose de las formas dram?ticas mayores y menores tradicionales del teatro para crear sus propias obras. Estas obras del teatro en rebeld?a son producidas por los j?venes rebeldes que se hallan en resistencia porque exigen paz, dignidad, libertad, justicia y democracia para sus pueblos. Son j?venes que no est?n de acuerdo con la agravante situaci?n que viven sus comunidades y lo manifiestan a trav?s 10 de su teatro. Conformemente, el movimiento zapatista se ve reflejado y explicado por los m?s j?venes del movimiento y es en ellos, en los j?venes, que recae la responsabilidad de mantener y heredar la ideolog?a y el sentimiento que sostiene al zapatismo, pues como lo manifiesta el Comit? Clandestino Revolucionario Ind?gena Comandancia General del Ejercito Zapatista de Liberaci?n Nacional: Y quienes eran ni?os en aquel enero de 94, son ya j?venes que han crecido en la resistencia, y han sido formados en la digna rebeld?a levantada por sus mayores en estos 12 a?os de guerra. Estos j?venes tienen una formaci?n pol?tica, t?cnica y cultural que no ten?amos quienes iniciamos el movimiento zapatista. Esta juventud alimenta ahora cada vez m?s tanto nuestras tropas como los puestos de direcci?n en la organizaci?n. (VI Declaraci?n de la Selva Lacandona 3) En la percepci?n antes mencionada se sustenta el que la educaci?n dentro de las comunidades en rebeld?a cargue con la tarea del desarrollo del conocimiento de los estudiantes y la prioridad de que desarrollen su capacidad de comunicaci?n en las escuelas aut?nomas rebeldes zapatistas. De esta manera las Juntas de Buen Gobierno asignan a las escuelas la tarea de crear las piezas que constituir?n el evento o los eventos culturales seg?n sea el caso. Aqu? comienza el proceso de creaci?n que sigue este teatro y que es el mismo procedimiento para el resto de los componentes de los festejos. Los j?venes eligen un tema, el cual ha sido estudiado por ellos y que tiene una 11 relaci?n cercana con la historia del movimiento. Una vez seleccionado el tema, los promotores de educaci?n ahondan en dicho tema y los estudiantes desarrollan el proceso de la creaci?n del discurso teatral con la repartici?n de los papeles, la redacci?n de los di?logos, la construcci?n del vestuario o del mobiliario y la consecuente puesta en escena; de este proceso di cuenta al hacer la investigaci?n de campo en las comunidades zapatistas (Entrevista personal con la Comisi?n de Educaci?n). Las obras puestas en escena que presenci? no relucen por su vestuario o el mobiliario utilizado en el escenario, sino por el mensaje que expresan como una unidad de representaci?n colectiva, as? como el uso de los diferentes elementos (m?sica, coros, metateatro, etc.) que se incluyen dentro de estas. Estos elementos hacen entender y reflexionar a los espectadores los puntos m?s importantes en su lucha por la dignidad y el reconocimiento que se merecen. M?s que obras teatrales son representaciones culturales que retoman una variedad de formas de expresi?n, como son los cantos o el uso de m?sica incidental creada por ellos mismos. Tambi?n, hay que poner en perspectiva que los eventos culturales brillan por la variedad de representaciones pues son muchas las escuelas que durante varios d?as llegan de otras comunidades para mostrar su m?sica, bailes, canciones, poes?as, mon?logos, chistes, adivinanzas y obras teatrales. Cada grupo tiene su turno y las representaciones se producen en el mismo espacio esc?nico abierto, como por ejemplo el escenario contiguo a la cancha de baloncesto o la misma cancha. Como lo menciona Villegas en referencia a las caracter?sticas definitorias de la teatralidad y los discursos 12 ind?genas en el siglo XX como en los per?odos anteriores, el discurso ind?gena constituye una pr?ctica cultural en la que se integran pr?cticas esc?nicas y performativas (c?digos culturales) tales como la danza, la representaci?n teatral y la m?sica. As? no solo se da ?nfasis a la actuaci?n individual, pues el teatro ind?gena no se limita ?nicamente al discurso verbal ni a la autor?a o creaci?n individual de los montajes, sino a producciones colectivas. Por otra parte el teatro en rebeld?a lleva como herencia cultural de los pueblos prehisp?nicos el que las representaciones se den en espacios abiertos que las comunidades consideran como espacios sagrados (254-256). Como parte de estas aplicaciones el espectador se convierte en parte activa del teatro en rebeld?a, y as? se crea una variante del teatro colectivo, no visto desde la perspectiva del argumento sino desde la integraci?n del espectador y de los c?digos culturales que han sido transmitidos de generaci?n en generaci?n como se realizaba en la teatralidad ind?gena. En el mismo sentido podemos abarcar no solo la actual realizaci?n del teatro en rebeld?a basada en la teatralidad ind?gena, sino tambi?n en el ritual mesoamericano que utiliza varios elementos teatrales (fecha de presentaci?n de las obras, uso de espacio abierto, etc.) concretamente como una manifestaci?n de lo colectivo. Estas producciones adem?s de adoptar e incrustar c?digos caracter?sticos de las culturas mesoamericanas, requieren para su mejor comprensi?n e interpretaci?n, el conocer tambi?n la forma de organizaci?n social y como participan todos sus habitantes en las comunidades. Por ello la necesidad de identificar dentro de las comunidades zapatistas el papel que desempe?an los ?caracoles?, las Juntas de Buen Gobierno, las 13 comisiones de educaci?n, la funci?n de las escuelas aut?nomas rebeldes y la responsabilidad creadora de los j?venes. Al llevar a cabo la escenificaci?n de las obras se da la comuni?n entre espectadores, actores y la estructura de las comunidades zapatistas, pues el proceso creativo de los j?venes, recurre frecuente al referente com?n del tema de la traici?n. Este tema les hace reflexionar y recordar la importancia de mantenerse fieles a sus principios, que son los tejidos unificadores de su identidad y raz?n de su resistencia colectiva, poniendo de manifiesto que todos son participes de una misma realidad. Por eso, tampoco necesitan recargar el escenario con infinidad de objetos para la puesta en escena porque sus palabras, las voces que las pronuncian y los oyentes que las escuchan en s? forman parte del escenario que pertenece a un espacio abierto en donde todos coexisten como uno mismo. La cuesti?n de plantear este teatro como colectivo se debe a que las obras exponen sus logros y avances como una comunidad, reflejando adem?s su forma organizativa. Todos esos logros han reflejado cambios que se han producido lentamente pero de manera firme y que a la par de la tem?tica cr?tica, reflexiva o pol?tica, expone de manera clara y precisa su realidad actual. Para comprender la cosmovisi?n de los pueblos ind?genas del sureste mexicano es necesario primero entender sus formas de concepci?n y organizaci?n. Hago la aclaraci?n que el foco de estudio de esta investigaci?n abarca la regi?n geogr?fica de Chiapas y en particular las comunidades ind?genas organizadas 14 desde la concepci?n del movimiento zapatista, y que comprendidas dentro del per?odo prehisp?nico pertenecieron a la cultura maya. Toda cultura a lo largo de la historia se ha identificado por tener sus propios modos de expresi?n, un lenguaje o idioma espec?fico, organizaci?n sociopol?tica, econ?mica, etc. Es aqu? donde se genera la peculiaridad de tomar a la lengua y el uso de esta como medio de transmisi?n cultural, pues como en todo idioma existen palabras que simbolizan y/o representan aspectos espec?ficos de una cultura. Por ejemplo existen palabras que del espa?ol al ingl?s o viceversa, no pueden ser traducidas literalmente, pues el contexto de la misma palabra y su aplicaci?n no encajan en el contexto del otro idioma. Esto sucede en las lenguas mayas, entre ellas el tzeltal y el tojolobal, entre otras donde existe una desinencia: tik (Lenkerdorft 25). Este tik es un distintivo de las lenguas mayas, que significa nosotros; pero no en el uso literal del castellano como aplicaci?n de pronombre. Es trascendental entonces distinguir al tik, no como una palabra en s?, sino como un concepto referente al nosotros caracter?stico de la cultura maya y que a lo largo del tiempo, se ha heredado como valor conceptual dentro de los pueblos ind?genas, en el que se explica el nosotros como una unidad, como un ente homog?neo en el que participan todos los individuos de manera equitativa y son tratados con igualdad pues cada cual cumple una funci?n espec?fica, pero no por eso de menor importancia. Este nosotros para los ind?genas tienen un fuerte sentido de asociaci?n colectiva que para la explicaci?n de la forma de organizaci?n y estructuraci?n del mundo occidental, es casi imposible identificarlo. Debido al individualismo y al rol de las 15 personas que interact?an y se relacionan dentro de una sociedad de manera independiente, es que se han impuesto normas, conductas, derechos y obligaciones como resultado de las nuevas formas de organizaci?n social. En contraparte en las comunidades ind?genas se parte de lo general a lo particular donde se entiende que la comunidad, es decir el nosotros incluye a cada individuo para que se desarrolle en plenitud como ser humano, pero siempre reconocido como parte del nosotros, y que coexiste no de manera particular con otros individuos sino con una comunidad. A esto Lenkerdorft hace referencia: ?Al parecer, la individualidad se sabe incorporada en el todo nos?trico que, por consiguiente, no es la suma de tantas individualidades o partes, sino que representa una entidad cualitativamente distinta? (32). Con fundamento en esta concepci?n del nosotros y la importancia de su aplicaci?n en la idea de ?comunidad? es como a manera de herencia cultural se transfiere y se arraiga en el subsecuente movimiento zapatista. La aparici?n e intromisi?n de los nuevos modos de producci?n, el despojo de sus tierras comunales rompe la armon?a colectiva del nosotros, de esta forma se desencaden? el levantamiento en armas no solo en 1910 sino tambi?n en 1994. Es as? como estos factores caracterizan, unen e identifican los dos movimientos zapatistas (1910 y 1994) bajo el mando de Emiliano Zapata, pues unos buscaban y otros contin?an buscando de manera com?n el retorno y respeto a su forma de organizaci?n. En las comunidades ind?genas esta organizaci?n comienza por los "caracoles". En ellos es que el teatro en rebeld?a manifiesta la explicaci?n de la realidad zapatista como sucedi? en las fiestas 16 conmemorativas del sexto aniversario de la creaci?n del Caracol IV de Morelia de donde se basa esta tesis (2009), y que respectivamente se celebran en cada uno de los cinco ?caracoles zapatistas?. Es as? que por ?caracoles? debemos comprender que son las instituciones de autogobierno ind?gena de facto, en las cuales se concentran las Juntas de Buen Gobierno y las comisiones encargadas del bienestar de las comunidades y de los municipios aut?nomos, y que a su vez fungen como cabeceras municipales para la regi?n. Los zapatistas los denominan con este nombre en base a ciertas simbolog?as: Las puertas para entrarse a las comunidades y para que las comunidades salgan; como ventanas para vernos dentro y para vernos fuera; como bocinas para sacar lejos nuestras palabras y para escuchar la del que lejos est?. Pero, sobre todo para recordarnos que debemos velar y estar pendientes de la cabalidad de los mundos que pueblan el mundo. (Chiapas, la treceava estela 15) Esta aplicaci?n del t?rmino caracol es explicada con base en la historia del sostenedor del cielo, quien en la tradici?n prehisp?nica es el encargado de mantener firme el cielo, pues este representa el techo de su casa; el mundo. Los sostenedores o el sostenedor son dioses que se encuentran en los cuatro puntos cardinales y realizan la funci?n de columnas como soporte del cielo. En ocasiones el cielo se afloja o desarregla, debido a que a los sostenedores como que les entra el sue?o, se duermen o se distraen y como consecuencia los vientos, las aguas y el fuego se inquietan. Debido a esto, los dioses primeros 17 dieron como encargo a uno de los sostenedores la responsabilidad de velar y estar pendiente de los otros tres, d?ndole un caracol que lleva colgado en el pecho, con el que escucha los ruidos y silencios del mundo para ver que todo est? bien y para llamar a los otros sostenedores tanto para que se despierten o no se duerman y vuelvan a tensar el cielo. As? pues en la tierra el coraz?n de los hombres y las mujeres verdaderos tiene la forma de un caracol, que seg?n los ense?adores de antes, les permite al igual que al sostenedor estar al pendiente del mundo y que este sea cabal entre otras muchas cosas, pero principalmente para no olvidar (Chiapas la treceava estela 14-15). Es por esto que los festejos de cualquier ?ndole se lleven a cabo en los caracoles, no simplemente por el hecho de ser cabeceras municipales sino por el simbolismo que estos representan en cuanto a la constante de no olvidar, de reavivar continuamente sus ideales y su identidad. Estos caracoles son utilizados como: ?el centro; lugar de reuni?n de los tres niveles c?smicos: el Cielo, la Tierra y los Infiernos? (Fernando Boasso 100). A trav?s de esta explicaci?n es que preciso la importancia de los caracoles como centros donde se vive y expresa la realidad colectiva por medio del teatro en rebeld?a. Es por ello que en esta teatralidad los elementos de la puesta en escena en algunas de las obras no son relativamente trascendentes y determinantes para la misma, pues el mismo entorno, el uso de la palabra y su mensaje como tal, son suficientes para crear tensi?n, emotividad, y provocar la risa o las reflexiones en quien es part?cipe de esta vivencia de la realidad zapatista. Tan es as? que se produce una comuni?n total entre actores y espectadores, pues todos son 18 part?cipes de una realidad colectiva. Siendo as?, esta forma de teatro cumple no una, sino varias funciones. Por una parte, el teatro realizado dentro del movimiento zapatista tiene car?cter did?ctico, ya que se escenifican cuestiones que ata?en a la ense?anza de sus pueblos. Por otra parte, es reivindicativo en el sentido que expresa de manera concreta sus quejas hacia los sectores que les oprimen y a la par su descontento con los estratos sociales y las fuerzas coercitivas del gobierno. Tambi?n argumenta mediante el discurso pol?tico los fundamentos y las causas del surgimiento de su movimiento y razones de lucha. Subrayo, entonces el elemento m?s llamativo y sencillo que se detecta en este teatro: la creaci?n colectiva y juvenil que es un factor art?stico y creador del teatro en rebeld?a. Las comunidades zapatistas se destacan por esa colectividad del ?todo para todos y nada para nosotros? (Alex Contreras Web), donde todos trabajan por un mismo objetivo y en donde todos son iguales y nadie es m?s que nadie, pudi?ndose as? constatar que en las comunidades zapatistas, existe una armon?a de g?neros. Los hombres limpian los frijoles y las mujeres se sientan en su Junta de Buen Gobierno, o viceversa. As? la armon?a entre g?neros se percibe al momento en que se crean y escenifican las obras de teatro, pues el patr?n de vida es realizar todo en concilio y de manera colectiva. Todo se hace mediante asambleas, los problemas son resueltos mediante estas y, de esta manera, se hace part?cipes a los m?s j?venes, quienes tambi?n conciben las obras en asamblea. Este sentido de colectividad es el aspecto m?s original de este teatro. 19 Esta equidad es palpable en el ambiente, porque a cada lado que uno mira encuentra grupos de gente discutiendo los problemas que le ata?en a la comunidad. Mientras que unos plantean la importancia de la cosecha, otros de m?s all? discuten sobre la fiesta que est? por venir el 8 de agosto, o los que est?n dentro de las Juntas de Buen Gobierno eval?an la situaci?n sobre el ?compa? (compa?ero-camarada) de la comunidad de Agua Azul que ha sido golpeado brutalmente por tres individuos para intentar instaurar el miedo en esa comunidad. No importa cu?l sea el caso, nada les impide ser productivos para la comunidad. Los que no argumentan, construyen las escuelitas o los centros de salud para todos ellos. Todos los ciudadanos est?n situados en un mismo plano sin prejuicios, con una aspiraci?n en mente; la de mejorar la situaci?n de las comunidades. Estos fueron algunos de los asuntos vigentes que pude observar dentro de la vivencia con las comunidades zapatistas como parte de la investigaci?n de campo documentada, en mi funci?n de observadora de derechos humanos. Estas aspiraciones por una calidad de vida igual para todos fue la base de la Revoluci?n Mexicana y lo es para el zapatismo de la actualidad. Ambos movimientos se ligan como movimiento social. El movimiento de 1910 se comprende desde dos puntos que hom?logamente se encuentran a raz?n de las precarias condiciones de vida de la poblaci?n. En el norte el movimiento revolucionario es iniciado por Francisco Villa y su ?Divisi?n del Norte?, mientras en el sur es iniciado por Emiliano Zapata y su ?Ej?rcito Libertador del Sur?. Es as? como este referente revolucionario y libertador de la regi?n geogr?fica en 20 cuesti?n, resurge 84 a?os m?s tarde como consecuencia de los mismos factores y retoma al movimiento zapatista como estandarte, una vez m?s, a manera de herencia cultural. De nueva cuenta se realiza una sublevaci?n armada en el a?o 1994 llevada a cabo por el Ejercito Zapatista de Liberaci?n Nacional (EZLN). Para estos a?os, M?xico forma ya parte de un nuevo mundo, regido por las tendencias globalizadoras y capitalistas en auge, mientras que la condici?n primaria del ind?gena se caracteriza a?n en el siglo XX, y a casi quinientos a?os despu?s de la conquista, por continuar de la misma manera, es decir, bajo extrema pobreza, explotaci?n, falta de educaci?n, negaci?n de justicia y aislamiento social (Arturo Urbina 39). Con este levantamiento armado de 1994 e incluso anterior a este, no solo se pone de manifiesto la situaci?n de las comunidades ind?genas, sino que se da pie a cambiar el horizonte de estas. Este levantamiento inicia la campa?a de otorgar a las comunidades los derechos b?sicos de los cuales hab?an sido despojados, como lo manifiesta la Primera Declaraci?n de la Selva Lacandona: Somos producto de 500 a?os de luchas: primero contra la esclavitud, en la guerra de independencia contra Espa?a encabezada por los insurgentes, despu?s por evitar ser absorbidos por el expansionismo norteamericano, luego por promulgar nuestra Constituci?n y expulsar al Imperio Franc?s de nuestro suelo, despu?s la dictadura porfirista nos neg? la aplicaci?n justa de leyes de Reforma y el pueblo se rebel? formando sus propios l?deres, surgieron Villa y Zapata, hombres pobres como nosotros a los que 21 se nos ha negado la preparaci?n m?s elemental para as? poder utilizarnos como carne de ca??n y saquear las riquezas de nuestra patria sin importarles que estemos muriendo de hambre y enfermedades curables, sin importarles que no tengamos nada, absolutamente nada, ni un techo digno, ni tierra, ni trabajo, ni salud, ni alimentaci?n, ni educaci?n, sin tener derecho a elegir libre y democr?ticamente a nuestras autoridades, sin dependencia de los extranjeros, sin paz ni justicia para nosotros y nuestros hijos. (EZLN Web) De esta declaraci?n surge la necesidad para las comunidades ind?genas apoyadas y guiadas por el zapatismo, de brindarle a la educaci?n ?nfasis como base para la interpretaci?n y comprensi?n de su realidad y de la realidad que externamente rodea a las comunidades zapatistas. As? la forma m?s simple de educar de manera colectiva y empapar a sus comunidades sobre su realidad y sus necesidades, se da mediante el discurso teatral. Este teatro es su manera de transmitir las ense?anzas aprendidas y comprendidas en el pasado hacia los dem?s, hacerles participes de su conocimiento y sus experiencias. El teatro, pues, es su forma de comunicaci?n con los dem?s que est?n en la misma situaci?n y su forma de motivarlos para que no desistan en su lucha por recuperar la simpleza y sencillez de vivir bajo sus usos y costumbres. Es por esto que se consideran rebeldes, no por el hecho de estar en contra de la nueva sociedad y formas de gobierno, sino que son rebeldes porque no les reconocen su autodeterminaci?n como pueblos ind?genas, de ah? la conceptualizaci?n del 22 teatro en rebeld?a que busca mostrar la situaci?n para as? mismo ofrecer las respuestas que han puesto en marcha los zapatistas a la hora de combatir a la traici?n y obstaculizaci?n hacia sus planteamientos de modo de vida. Es as? que el teatro en rebeld?a es el eco de las injusticias que se dan en las comunidades zapatistas. De ah? la importancia de ubicar y trasladarme al caracol de Morelia donde se representaron las obras grabadas por el soci?logo Iv?n Nolasco el 9 de abril del 2009 y donde personalmente tuve el primer contacto con el teatro en rebeld?a en las celebraciones del 8 de agosto, pudiendo grabar y presenciar una de las obras teatrales que se estudian en los cap?tulos siguientes de esta tesis, producto de la observaci?n de una tendencia del teatro realizado en Am?rica Latina. Es diferente, pues es un teatro colectivo y juvenil, creado por estudiantes y rebeldes que se est? forjando y perfeccionando en la m?s amplia libertad dentro las comunidades ind?genas aut?nomas. Gracias a la sublevaci?n en 1994 es que su inter?s colectivo mantiene el esp?ritu de resistencia para efectuar un cambio com?n, recuperar su memoria como pueblos ind?genas, y su dignidad e identidad como ra?z cultural de M?xico. A raz?n de esto es que se plantea la divisi?n de esta tesis en 3 cap?tulos. Estos a partir del tema de la traici?n como com?n denominador, muestran una perspectiva diferente en cada una de las obras, las que tratan las causales del levantamiento zapatista y su reflexi?n como conclusi?n a sus logros colectivos adquiridos. Dentro de la Historia de la traici?n al General Emiliano Zapata, con la que se abre paso a este trabajo de investigaci?n, se destaca la importancia de la 23 lucha del General Zapata, su cosmovisi?n y la herencia moral que genera un v?nculo con los ca?dos en la Revoluci?n iniciada en 1910 y los m?s contempor?neos del levantamiento de 1994. As? mismo dentro de esta obra se destaca el simbolismo de este personaje en la producci?n del teatro en rebeld?a. El segundo cap?tulo trata la obra El Dr. Matasanos la cual critica el tema del servicio de la salud p?blica en M?xico como un servicio b?sico de primera necesidad para la poblaci?n marginada. Esta expone una contradicci?n del sistema capitalista y la traici?n de los sistemas de bienestar social a los cuales el ind?gena no tiene derecho, por el simple hecho de ser ind?gena y pobre; uno de los motivos para el levantamiento del movimiento zapatista de 1994. La importancia de esta obra recae en la reflexi?n de entender el beneficio de manejarse colectivamente de manera aut?noma para la creaci?n de sus propios sistemas de desarrollo y bienestar com?n. De ah? tambi?n la importancia de los ?caracoles? y sus Juntas de Buen Gobierno encargados del mantenimiento del respeto a sus organismos y su funci?n como mecanismos de equidad e incorruptibilidad, mantenidos por la pol?tica del ?mandar obedeciendo?. El tercer cap?tulo, Los tres enamorados, plantea el rol de la mujer como parte activa de la comunidad al cuestionar la fidelidad del hombre al interior de la comunidad ind?gena. Esta obra cuestiona que la traici?n no solo es parte de los sistemas pol?ticos sino que tambi?n se puede presentar entre sus habitantes dentro de las comunidades zapatistas. Haciendo uso del metateatro, esta obra hace ?nfasis en la importancia de la fidelidad -la que va desde los ideales zapatistas hasta el valor de la autonom?a- y c?mo esta influye en el sistema 24 democr?tico de las comunidades. As? se aborda la cosmovisi?n de la mujer para crear un balance al interior del territorio zapatista a trav?s del teatro en rebeld?a como herramienta did?ctica sobre la trascendencia de la equidad de g?neros. Como ?ltimo, se da la presentaci?n de dos de los aspectos m?s importantes de la autonom?a zapatista: la educaci?n y la mujer. Uno de los mayores logros que se ha dado dentro de las comunidades es la igualdad de g?nero y la nueva funci?n femenina como parte activa militar o civil. Este cap?tulo, que est? dedicado espec?ficamente al papel de la mujer, toma como punto estrat?gico al sexo femenino como base fundamental de su democracia. Explicada la estructuraci?n de este trabajo es necesario exponer la motivaci?n que me llevo a explorar mediante la producci?n esta teatralidad a la cual he nombrado teatro en rebeld?a para explicar la forma en que se captan, exponen y traducen las vivencias de estas comunidades. Por esta raz?n me es necesario analizar esta teatralidad como una forma de comunicaci?n que se gesta en las comunidades para facilitar el debate, generar la reflexi?n sobre c?mo resolver la problem?tica comunitaria como es la falta de reconocimiento y respeto a sus usos y costumbres, agresi?n a sus espacios, relegaci?n como seres humanos y violaci?n a sus derechos. 25 CAPITULO PRIMERO De la Historia de la Traici?n al General Emiliano Zapata La obra Historia de la traici?n al General Emiliano Zapata trata los enga?os, y las artima?as utilizadas en contra de Emiliano Zapata y del movimiento zapatista, que se consuman con el asesinato del ?Caudillo del Sur? a manos de las fuerzas federales comandadas por el entonces general Jes?s Mar?a Guajardo en 1919 en la Hacienda de Chinameca, Morelos. Este hecho tiene gran significancia en la idiosincrasia de las comunidades ind?genas de la actualidad y es reflejo de las percepciones que el movimiento zapatista ha incluido en su discurso contempor?neo. La historia de la traici?n al General Emiliano Zapata nos sit?a en el ?ltimo d?a de vida de Zapata en el que fue v?ctima de la traici?n y fue muerto en una emboscada en la Hacienda de Chinameca. Esta obra presenta a los personajes de Emiliano Zapata; personaje principal, Jes?s Mar?a Guajardo; autor material de la traici?n a Zapata, Venustiano Carranza; Presidente en turno de M?xico y expuesto como autor intelectual del asesinato, y actores secundarios que complementan la obra representando al pueblo, adem?s de un coro y un narrador omnisciente. Esta representaci?n cuenta con la peculiaridad de narrar la historia mediante tres de sus elementos: la actuaci?n y la utilizaci?n de di?logos as? como la pantomima de los actores sobre el escenario; la cr?nica y las expresiones del narrador y los corridos acompa?ados de m?sica emitidos por el coro. 26 La obra se desarrolla dentro del marco hist?rico de la ?poca de la revoluci?n mexicana, que expone un per?odo social plagado de injusticias, traiciones y abusos de poder vividos en M?xico y que son aspectos que caracterizan los a?os previos y posteriores a 1910. A su vez contin?an siendo hasta la fecha, un tema que inunda las p?ginas de la historia de M?xico y en espec?fico la tem?tica del teatro en rebeld?a c?mo se expondr? a lo largo de este primer cap?tulo. De esta forma, mediante la producci?n del teatro en rebeld?a como forma de expresi?n, la perspectiva zapatista expone temas como el delito de la corrupci?n y arbitrariedades, planteando las consecuencias de ?la traici?n y el enga?o? del cual las comunidades ind?genas y el ideal zapatista han sido v?ctimas. As? se aborda de manera precisa los procederes caracter?sticos que manejan aquellos que oprimen al pueblo para ocupar, beneficiarse y lucrarse a trav?s del manejo del poder como una costumbre que se arrastra desde tiempos coloniales. De ah? pues, la importancia de tratar en este cap?tulo, la obra teatral Historia de la traici?n al General Emiliano Zapata, representada el 9 de abril de 2009 en el caracol IV de Morelia, Chiapas; como parte del vigente programa cultural dedicado al ?Caudillo del Sur? en conmemoraci?n de su aniversario luctuoso y por supuesto tambi?n, a la remembranza de los ideales zapatistas. Dicha obra grabada y comentada por el historiador y soci?logo Iv?n Gerardo Nolasco, fue puesta en escena en presencia de 1,106 zapatistas de diferentes comunidades comprendidas en varios caracoles y 11 personas de la 27 organizaci?n ?Enlace Civil? que sirve como puente entre las comunidades ind?genas chiapanecas y la sociedad civil de M?xico y del extranjero. Esta a su vez fue producida y argumentada por los promotores de educaci?n y estudiantes del caracol IV de Morelia y que compar?ndola con las dem?s obras a tratar en los siguientes cap?tulos, presenta una mayor calidad en la producci?n y elaboraci?n de ciertos elementos, adem?s de caracterizarse por reincorporar la ritualidad de la teatralidad prehisp?nica. Estos elementos son: el planteamiento de un hecho hist?rico de suma relevancia para el movimiento zapatista; la forma, los elementos utilizados para llevar a cabo la puesta en escena (m?sica, narrador, coros y vestuario); el fondo donde los di?logos y parlamentos que introducen los hechos hist?ricos est?n planeados estrat?gicamente para mostrar el valor simb?lico del personaje principal y precursor del movimiento zapatista. El trato del personaje de Zapata como s?mbolo, es suficiente raz?n para plantear lo que realmente significa su figura en esta obra y simboliza en la historia de M?xico, motivando a los noveles adeptos del movimiento a mantener vivo el ideal de rebeld?a y no decaer en el esfuerzo por concretar los fundamentos del zapatismo. Es as? que para los campesinos de la actualidad y las comunidades ind?genas consideradas en resistencia, Zapata m?s que ser un ?cono, es un s?mbolo de justicia, perseverancia, lealtad y camarader?a, es benefactor del bien com?n y enemigo de la traici?n; representante de la resistencia al sometimiento y al abuso del poder. Su representaci?n discierne tambi?n sobre el significado y valor de la muerte, que para los pueblos ind?genas 28 no resulta en una paradoja pues para ellos morir es vivir, es volver al vientre de su madre (la tierra) que les ha permitido vivir. Esta raz?n de pertenencia a la tierra y la representatividad que Zapata tiene en la actualidad, es perceptible en el sureste de M?xico: ?Zapata vuelve a cabalgar junto a un pueblo en armas, pobre y sin tierras. En Chiapas los indios vuelven a empu?ar machetes y fusiles y a cruzarse las cananas sobre el pecho? (Zapata Vive 276). Como ejemplo claro podemos citar la simbolog?a que la tierra representa para las comunidades ind?genas zapatista pues es la causa por la que Zapata luch? hasta morir. Mencionado en el discurso de un miembro de la Junta de Buen Gobierno del Caracol I ?la Realidad? (10 de abril de 2009), se hace referencia a la tierra: ??es nuestra madre y en ella nacemos, crecemos, nos reproducimos, nos alimentamos, en ella moriremos? (Miembro de la Junta de Buen Gobierno Discurso). Me refiero a la tierra como ejemplo t?cito de la simbolog?a no exclusiva del movimiento zapatista sino de las comunidades ind?genas, pues ?stas la consideran como la base fundamental para dar vida a sus comunidades, como lo es ahora y ha sido asumido desde tiempos anteriores a la conquista por las culturas mesoamericanas. A lo largo de la historia, por medio de las creaciones art?sticas y producci?n de obras, com?nmente se ha glorificado y satirizado a las figuras y s?mbolos de trascendencia cultural tanto en vida como en muerte. En ambas posturas, esto se ha con fines definidos y en favor de alguna causa. Com?nmente estas figuras y s?mbolos alcanzaban una dimensi?n divina y as? se les contin?a venerando con fervor para recordarles. De esta manera, estos 29 personajes alcanzan el estatus de s?mbolos o iconos de un per?odo hist?rico determinado, como lo ten?an los dioses prehisp?nicos. Es, pues, necesario indicar lo siguiente: ?El s?mbolo? desempe?a una funci?n cognoscitiva, y presupone tres elementos: objeto material, mente humana y un tertium quid, esto es la realidad simbolizada? (Boasso 76). As? se da la uni?n y relaci?n entre s?mbolo, mito y rito, que contextualiz?ndolo podemos referirlo a las ceremonias religiosas prehisp?nicas en donde los que eran considerados como h?roes tomaban aspecto de animales, como por ejemplo la simbolog?a reflejada en las caracter?sticas del jaguar y el ?guila. Identificando en esta obra y el contexto que la enmarca, apunto al personaje de Emiliano Zapata como el s?mbolo que carga con la significancia y los valores del movimiento, los representa y los reaviva con su simple ser. Como consecuencia la representaci?n de la vida y las acciones o vivencias de este personaje sobre un escenario se convierten en mito, pues la representaci?n de ?stas sirve como: ??respuesta a las cuestiones m?s profundas y graves que se plantea un grupo humano o pueblo? (Luis Cencillo citado por Boasso 95). Es por eso que con base en el planteamiento expuesto en el ensayo sobre s?mbolo y mito de Fernando Boasso, me aventuro a clasificar a Emiliano Zapata y su historia como un mito, pues adem?s de ser un personaje arquet?pico o un h?roe fabuloso, irrumpe en el mundo del hombre planteando con su historia un modelo ejemplar de conducta y proporcionan una cosmovisi?n en la que cobran sentido todas las cosas, teniendo as? una funci?n significativa que trasciende a manera de an?cdota. Mismamente, la repetici?n constante de 30 las remembranzas del pasado reactiva y genera una reactualizaci?n de ese pasado, de las vivencias, de los aprendizajes y las percepciones, d?ndoles una proyecci?n hacia el futuro como aplicaci?n de una forma de vida, de una constante en la conducta de la comunidad y que, por consiguiente se convierte en un rito simb?lico de ense?anza y de cultura. De esta manera las figuras y s?mbolos culturales dentro del teatro en rebeld?a, son reconocidos como uno m?s de la comunidad, alguien que camin? el camino honestamente, un buen ejemplo a seguir, un hermano que hay que recordar, respetar y venerar por sus ense?anzas y convicciones, as? como su papel en la historia de una naci?n. Este es el caso de Emiliano Zapata, un hombre cuya imagen debido al hero?smo que mostr? al atacar en 1909 la hacienda ?El Hospital?, alcanz? la magnitud de un dios y fue venerada por muchos pero tambi?n odiada sobre todo por aquellos cuyos planes entraban en conflicto con la determinaci?n del l?der por lograr la devoluci?n de las tierras despojadas. Zapata para muchos represent? el miedo de perder lo que de por s? a muchos no les pertenec?a, o de sufrir la sublevaci?n de la mano de obra campesina a la que inculc? sus ense?anzas y esp?ritu combativo. La pr?ctica de estas ense?anzas regenera la memoria del pueblo, de aqu? que el teatro que realizan los j?venes en las comunidades, sea did?ctico y en tanto rebelde. Muestra el camino recorrido a los espectadores y les hace reflexionar sobre la importancia del sentimiento de pertenencia e identidad a su cultura, que a manera aleg?rica les recuerda como regresar al lugar de procedencia, adem?s de observar su evoluci?n y desarrollo reflejado en el 31 presente: ?Las viejas cuentas pendientes del siglo asoman renovadas, se recuperan causas que jam?s terminaron y se mueve la historia de nuevo, cual si el paso del tiempo no fuera? (Zapata Vive 276). Una vez explicado la significancia del personaje de Zapata en esta obra podemos comenzar con el an?lisis de las caracter?sticas de este teatro, que puede ser considerado un h?brido, pero del cual reconocemos e identificamos diferentes elementos. Primeramente podemos comenzar con la identificaci?n y el uso del espacio abierto como escenario donde los actores y su distribuci?n sobre este. Cada cual es posicionado espec?ficamente en un sector estrat?gico adem?s del narrador de la obra, los cantantes y los m?sicos que participan en ella. Los actores tienen libre movimiento para abarcar el escenario, as? cuando Zapata monta su caballo rondan libremente para darle mayor expresividad al relato de la obra. El narrador por su parte se encuentra siempre al costado izquierdo del escenario, mientras los m?sicos y los cantantes a manera de orquesta permanecen situados en el centro, as? se puede apreciar con mayor claridad la sencillez que da equilibrio a la puesta en escena. Esta utilizaci?n del espacio abierto es clave para mostrar el libre movimiento que Emiliano Zapata ocupaba para desplazarse; su personaje dentro de la obra es con raz?n qui?n hace uso de este espacio para hacer notar el dinamismo y vivacidad de su personaje, adem?s de recalcar la inquietud en busca de libertad hasta que se produce su muerte. Debido a la magnitud de los eventos culturales en donde se llevan a cabo estas obras como un rito, el ?rea donde se representan no es delimitada por una 32 escenograf?a u objetos que la apoyen, as? el espectador se vuelve parte de la representaci?n y toma el papel de personaje. Este se convierte en part?cipe de la obra pues se representa a s? mismo como el pueblo que a?n lucha y sufre al igual que los actores sobre el escenario por ejemplo en la escena en que velan el cuerpo sin vida de Zapata. La carencia de elementos de escenograf?a no sustrae emotividad e intenci?n en la transmisi?n del mensaje. Este espacio abierto es retomado por el teatro en rebeld?a para rescatar esta caracter?stica del teatro prehisp?nico, el cual es incorporado al teatro en las comunidades zapatistas para convertir esta teatralidad en un rito, al igual que era utilizado en la teatralidad del ritual prehisp?nico: ?El escenario natural es espacio receptor y pretexto del ritual que all? se realiza? (Patrick Johansson 15). Es pues que debido al espacio abierto es sumamente importante resaltar la funci?n de los efectos sonoros, el uso de sonidos y musicalizaci?n, los coros que sincronizan y crean una armon?a y unidad en la puesta en escena dando as? uniformidad a la acci?n, involucrando al espectador y transmitiendo un mensaje claro y conciso para todos los presentes. Estos elementos que dan representatividad al teatro prehisp?nico tienen como funci?n espec?fica, dar emotividad y realce a la acci?n presentada en el escenario pero que aun as? no se pierden frente a la dimensi?n del espacio abierto. As? la escenificaci?n teatral prehisp?nica constituye una pr?ctica cultural en la que se integran pr?cticas esc?nicas y performativas, tales como la danza, la m?sica o coreograf?as, transmitidas de generaci?n en generaci?n. (Villegas 254) En la historia de la traici?n al General Emiliano Zapata vemos como se 33 acoplan varias de estas caracter?sticas definitorias del teatro prehisp?nico como son la m?sica y los coros, estos elementos se complementan mutuamente pues refuerzan el elemento auditivo creando equilibrio ante la carencia de aspectos escenogr?ficos. As? pues es necesario entender que los elementos sonoros son un elemento para dar sentido de unidad entre lo visual y lo auditivo, ayudando a crear una fluidez y dinamismo para expresar la emotividad de momentos de tensi?n y el cl?max de la obra. Claramente al momento en que se presenta la muerte de Zapata, la aplicaci?n de los elementos sonoros como el uso de una flauta y el canto del coro refuerzan la escenificaci?n del momento en que es recibido a tiros y cae de su caballo, guiando al espectador no solo por medio de la canci?n sino que tambi?n los actores hacen uso de la pantomima que a la par se entrelazan para hacer m?s expresivo el momento clim?tico, guiando los movimientos de los personajes sobre el escenario: ??entraba a la hacienda, la descarga lo hiri?, que en lugar de saludarlo esa tropa lo mato? (Manuscrito I folio2). Los coros ayudan a dar unidad a la parte verbal y a la musical, no solo nos dan una informaci?n valiosa que es la muerte del General, es un coro colectivo pues tanto los espectadores como los actores son part?cipes de una misma realidad y una historia. As? es c?mo la obra genera una acci?n colectiva o representaci?n a manera del teatro colectivo, pues no s?lo muestra y enfatiza las consecuencias que implican la traici?n al general Zapata sino que tambi?n revela el destino tr?gico del pueblo y el da?o ocasionado a los ideales del movimiento zapatista expuestos a trav?s de las repeticiones que emanan de los 34 actores que no se resignan a creer que zapata esta muerto: ?no te mueras, porque como campesinos te necesitamos!? (Manuscrito uno, folio III), expresando la insatisfacci?n y el sentimiento de traici?n generado por la cobard?a de dicha acci?n. De la misma manera el sonido de la flauta hace referencia al momento en que la tropa del General Guajardo emula los honores correspondientes para recibir al General Emiliano Zapata antes de ser recibido a tiros. Estos efectos sonoros, son utilizados tambi?n para incorporar o dar un toque de realismo a las escenas o a la transici?n del tiempo y espacio entre estas, como son el timbrar de un tel?fono, el revolucionar de un motor o la detonaci?n de las balas y que son realizados por los mismos actores. No solo los elementos sonoros detallan lo escenificado sobre el escenario, sino que con la presencia del narrador omnisciente se explica y profundiza sobre el contexto en torno a lo acontecido en esa ?poca. Este narrador es quien sit?a al espectador en el espacio-tiempo de los hechos relatados en la obra dando una sinopsis al inicio de la misma. Su funci?n principal es relatar lo que est? sucediendo f?sicamente en el escenario haciendo fluir la acci?n, dar ritmo y fluidez al orden cronol?gico de los eventos expuestos en la obra. Esto es notorio al introducir cada fragmento referente al personaje de Zapata, adem?s de que es ?l, quien se encarga de describir, enaltecer y detallar las cualidades de Zapata: ?El General Zapata que era un ap?stol honrado, Pablo Gonz?lez lo nombr? General Divisionario? (Manuscrito I folio 2). El narrador expresa todo el ambiente que rodea al personaje de Zapata como nos relata de forma subjetiva el sufrimiento sentido por el pueblo: ?Pero los indios lloraron la muerte de un 35 caudillo. Solo mi pueblo explotado y que a?n sufre la opresi?n pudo saber que Zapata era de un gran coraz?n? (Manuscrito I folio 4). Es pues necesario establecer que este narrador aporta informaci?n en cuanto al entorno de la muerte de Emiliano Zapata, el evento m?s significativo de la obra: ?Todo su traje de charro, ensangrentado quedo y enfundado su pistola ah? se mancho. Ah? nadie tuvo tiempo de poderse defender, Guajardo acab? con todos a los que dijo querer; as? cay? en la emboscada de Jes?s Mar?a Guajardo? (Manuscrito I folio 2). Su funci?n concluye expresando la significancia de Zapata para el pueblo pronunci?ndolo como un mito para retomar sus ideales y continuar la lucha: Zapata no pudo morir porque los campesinos del sur siguen su ejemplo al luchar. Nuestra tierra la tienen los caciques patrones, nosotros somos peones. Dicen los campesinos de Morelos, que Zapata no muri?, que se fue por la monta?a sin su caballo blanco y en ?l se subi?. ?Zapata regresa por la monta?a del sur! (Manuscrito I folio 6) Esta significancia del personaje de Zapata como mito, no solamente se da por el peso de su personaje en la historia de M?xico, sino tambi?n por el atuendo que lo caracteriz? en vida y es cuidadosamente representado en la obra como parte del simbolismo que representa; el traje de charro, el sombrero, las cananas, la pistola y el cintur?n. Esta vestimenta es representativa de la memoria colectiva de M?xico y que hace referencia a la ?poca de la revoluci?n, mostrando a Zapata como principal exponente: ?Ning?n objeto puede ser s?mbolo ?en s?? ni ?para s??, sino en relaci?n a la conciencia humana, ?para el 36 hombre'? (Boasso 79). Estos simbolismos del atuendo son expuestos en la obra como parte del vestuario de Emiliano Zapata y son necesarios para establecer la significancia de su persona; es por ello que el narrador hace referencia de ello luego del momento en que es asesinado: ?Todo su traje de charro, ensangrentado quedo y enfundado su pistola ah? se mancho? (Manuscrito I folio 2). De la misma forma el resto de los personajes usan un vestuario sencillo a la usanza tradicional campesina de la ?poca revolucionaria de 1910. Otro s?mbolo caracter?stico que acompa?a a Zapata en la obra es el caballo como su acompa?ante fiel y es el elemento de utiler?a m?s elaborado de la puesta en escena mediante dos personas que hacen la funci?n del caballo, las cuales soportan una base cubierta con una capa blanca que conforma al caballo y el cual monta Zapata. Este caballo constituye paralelamente la representaci?n del mito de Zapata y el cual es presentado dentro del ritual para la conmemoraci?n del ?Caudillo del Sur? como menciona Ehrenreich sobre los ritos prehisp?nicos: ?? las cualidades que se arraigaban con la representaci?n mitol?gica era la representaci?n de ese h?roe cultural en forma de animal y al cual se le asignaban rasgos lunares o solares? (Ehrenreich citado en Krickeberg 14). En la obra, a Zapata no se le representa como un animal pero s? se exaltan las caracter?sticas de su caballo al que se le aplican los signos lunares y solares mencionados anteriormente. El caballo es un s?mbolo que representa, fortaleza, rapidez, impetuosidad, esp?ritu dominador y valent?a y que es com?nmente relacionado con personajes importantes de la historia de la humanidad, o desde la propia sem?ntica del t?rmino ?caballero?. Estos rasgos se manifiestan con la 37 figura m?tica de Zapata y su caballo donde se resalta su persona con los rasgos que se le atribuyen a su equino con el que se re?ne en las monta?as: Dicen que su caballo es un lucero que cuando el sol se pone brilla en el cielo, y que cuando oscurece sus relinchos van llamando a la gente de los ejidos. Sus espuelas de plata son dos estrellas y sus ojos la noche de la pelea de los hombres del campo de una llama, cuando alguna injusticia va y lo reclama. (Manuscrito I folio 3) Esta ?ntima relaci?n que se produce entre jinete y animal destaca la vitalidad e importancia de la representaci?n del mito prehisp?nico donde el individuo y el animal se unifican para ser uno mismo. As? Zapata siempre camin? bajo la palabra justa, democr?tica y libre, montado en su caballo cruzando sierras y monta?as; llevando a aquellos las mismas palabras para que estos las cargaran sobre s? y las caminaran hacia otros, metaf?ricamente confrontando el encuentro con los dioses malos y demostrando que se puede caminar con el peso de la palabra y su valor ?tico en la frente, como lo hacen los hombres verdaderos. Cuando el Subcomandante Insurgente Marco y el viejo Antonio comentan qui?n es Zapata en la Historia de las preguntas, el viejo Antonio le explica que: El tal Zapata no se apareci? ac? en las monta?as. No se naci?, dicen. Se apareci? as? nom?s. Dicen que el Ik?al y el Vot?n que hasta ac? vinieron a parar en su largo camino y que, para no espantar a las gentes buenas, se hicieron uno solo en el d?a y en la noche, y cuando se llegaron hasta ac? se hicieron uno y se 38 pusieron de nombre Zapata. Y dijo el Zapata que hasta aqu? hab?a llegado y ac? iba a encontrar la respuesta a donde lleva el camino y dijo que en veces ser?a luz y en veces oscuridad, pero que era el mismo, el Vot?n Zapata y el Ik?al Zapata, el Zapata blanco y el Zapata negro, que eran los dos el mismo camino para los hombres y mujeres verdaderos. (El viejo Antonio 62) Conforme a la obra Zapata es la uni?n de dos dioses que se unieron para formar el camino que los hombres verdaderos tienen que caminar. Su personaje representa el no desviarse del camino hasta haberlo recorrido entero. Le otorga un lugar a la historia y a sus creencias y una motivaci?n a los pueblos ind?genas para que no se desv?en en su prop?sito y no dejen a las tentaciones exteriores sacarlos del camino y siempre caminar preguntando. Las caracter?sticas que los autores le imponen a la figura de Zapata en esta obra giran de acuerdo a sus creencias tradicionales. De esta manera la identificaci?n de los elementos teatrales antes mencionados relatan los hechos hist?ricos de la traici?n y muerte del General. Y convergen con la parte verbal y escenificada que relata el regocijo de Carranza y Guajardo; autor intelectual y material del complot: ?Guajardo, de veras me da un gusto el trabajo que usted hizo, lo felicito, Guajardo y ahora usted es un General Divisionario y le traigo un premio para usted; aqu? le traigo este reconocimiento mi General Guajardo? (Manuscrito 1 folio 4). En conjunto la escenificaci?n, el narrador y los coros gu?an y ayudan a esclarecer la trama, precisan el 39 argumento y lo resaltan como lo describe el t?tulo de la obra; la traici?n de la que fue objeto Emiliano Zapata. Esta traici?n crea una reacci?n individual, hablando del espectador, y colectiva, refiri?ndonos al sector campesino e ind?gena; este perjurio se utiliza para fundamentar y soportar la idea del por qu? no desistir y sosegar los fundamentos zapatistas y con ello su movimiento de sublevaci?n, ya que a pesar del asesinato de Zapata el movimiento continu? al igual que su esencia perdur? en el pueblo de M?xico: ??Zapata no est? muerto! ?Zapata est? con nosotros! ?Zapata no ha muerto! ?Zapata, Zapata no te puedes morir! ?Zapata! ?Zapata! ?No te mueras, no te puedes morir Zapata! ?Vives con nosotros! ?Zapata! ?Zapata!? (Manuscrito I folio 4). As? mismo se hace referencia a la reacci?n colectiva del pueblo mediante una conversaci?n entre los personajes de Carranza y Guajardo a las posibles consecuencias del asesinato: ?Lo felicito. Pero sepa Usted que esto va a tener una reacci?n tarde que temprano, atenerse con las consecuencias. Nos vemos Guajardo? (Manuscrito I folio 4). Por medio de este tipo de di?logos se hace la reflexi?n de ?la traici?n? ocurrida: (Entre lamentos de la gente, se da el di?logo entre Carranza y Guajardo) CARRANZA: Buenas noches. Le traigo una cantidad de 50 mil pesos, por el trabajo que usted hizo. GUAJARDO: Esta bien mi General Carranza. CARRANZA: Aqu? est?n los 50 mil pesos. GUAJARDO: Esta bien mi General Carranza. 40 CARRANZA: Se atiene a las consecuencias; porque ya sabe. (Manuscrito I folio 4) Es as? que este di?logo es la manifestaci?n del enga?o y traici?n que concretan la muerte de Zapata como un hecho alevoso y ventajoso, que sin embargo no erradica la consigna de buscar democracia, justicia y libertad para las comunidades ind?genas y campesinas. La presencia de los personajes de Carranza y Guajardo en esta obra, son utilizados para presentar lo que los zapatistas no desean ver en sus l?deres y presentar la dicotom?a de la figura de Zapata que se ha mantenido desde los tiempos de la revoluci?n: por un lado, el Zapata h?roe utilizado como sin?nimo de ?caudillo? y en contraparte el Zapata bandido y subversivo. Tomando esta perspectiva hay que separar las dos posturas que se definen seg?n el estrato social. Pues mientras para las clases sociales marginadas era un aliado y salvador, para las clases sociales acaudaladas y el gobierno era simplemente un bandido, un inadaptado social levantado en armas que interfer?a con el proyecto de naci?n constituida. Zapata presenta esta dicotom?a en las caracter?sticas que definen su persona en lo referente al trato que este ha recibido por parte de las diferentes clases sociales en M?xico; es decir, su figura, para muchos, alcanz? una magnitud divina: ?ap?stol honrado? (Manuscrito I folio 2). Mientras que otros lo descalificaron para sembrar en la conciencia de la poblaci?n las caracter?sticas con las que durante mucho tiempo ser?a reconocida su figura, la de un bandido 41 que arrasaba con todo lo que encontraba. As? se observa en la obra cuando el ni?o vendedor de peri?dicos grita: ?Ya mataron un bandido! ?Ya mataron un bandido! ?Compren el peri?dico! ?Ya mataron al bandido Zapata! (Manuscrito 1 folio 3) A la par con las historias que glorificaban su nombre, tambi?n se vertieron sobre su figura descalificativos que mancharon los logros alcanzados por este luchador. Hay que poner en perspectiva que los zapatista al ir en contra de las injusticias y la impunidad con que ciertos sectores sociales amparados por el Estado cometen como por ejemplo el despojo de sus tierras, es como el zapatismo y en s? el teatro en rebeld?a, condenan y apuntan estas injusticias como una traici?n a sus derechos. Esto sirve como motor y base del manifiesto del movimiento zapatista de 1910 y 1994. Importante pues, resulta el mencionar la relevancia de El plan de Ayala y Las Declaraciones de la Selva Lacandona, como manifiestos que sustentan los ideales de la lucha y movimiento zapatista y que engendran a su vez, todas las formas de expresi?n de los pueblos ind?genas que sustentan la tem?tica del teatro en rebeld?a. Este teatro muestra a Zapata como un hombre genuino porque no traicion? sus principios y los respet? hasta encontrarse con la muerte. Su vida estuvo dedicada a solucionar las demandas de los campesinos que sufr?an las atrocidades de los hacendados que expand?an sus haciendas despojando a los campesinos de sus tierras. Desde un 42 primer momento, intent? solucionar los problemas por la v?a judicial y pac?fica, la junta de vecinos elegida por el pueblo llevo su petici?n a Don Porfirio D?az (Mcneely 157). Las respuestas no llegaban y los hostigamientos continuaban, por lo que al pueblo de Anenecuilco no le qued? otra salida que cambiar sus instrumentos de labranza por un rifle y pelear por lo que era suyo. Con esta obra no solo se conmemora la muerte de Zapata sino que tambi?n es un recordatorio para continuar con su lucha, y honrar la muerte de todos aquellos que cayeron en la revoluci?n de 1910 y as? mismo para los que antes de 1994 murieron por hambre o enfermedades curables, adem?s de los que tambi?n murieron en el levantamiento armado de 1994. De ah? que la importancia del teatro en rebeld?a es siempre fundamentar sus obras bajo la realidad y contexto que rodea a las comunidades ind?genas zapatistas. Estos j?venes ponen en perspectiva su pasado y presente, mediante el teatro como herramienta educativa para regenerar su memoria y construir una cultura uniforme que fomente el valor de unidad; cuestiones que contrapone el Dr. Matasanos en el siguiente cap?tulo. 43 CAP?TULO SEGUNDO Del porqu? del Dr. Matasanos El Dr. Matasanos fue escenificado en el caracol IV de Morelia el d?a 9 de abril de 2009; grabada por el soci?logo e historiador Iv?n Nolasco. Esta pieza fue presentada en la misma fecha que Historia de la traici?n del General Emiliano Zapata como parte del programa vigente en conmemoraci?n del ?Caudillo del Sur?. Esta obra es una producci?n de la regi?n de Tres r?os, Chiapas; y m?s que por los elementos teatrales, lo importante son la tem?tica y las formas del c?mo se transmite el mensaje y sus diferentes interpretaciones. Para explicar la raz?n de ser del personaje del Dr. Matasanos, es necesario tratar de manera general el funcionamiento del sistema de salud p?blica en M?xico. De esta manera se podr? comprender de forma m?s acertada la importancia del personaje y la raz?n que motiva el planteamiento del tema de la salud mediante la producci?n teatral en las comunidades ind?genas. Al momento de la puesta en escena existen ciertas peculiaridades que considero recalcar como caracter?sticas del teatro en rebeld?a, pues se muestra de manera h?bil e inteligente mediante el uso de temas de inter?s com?n, la manera correcta para comprender la visi?n, la importancia del mensaje y el trasfondo existente en la percepci?n de la realidad de las comunidades ind?genas bajo la cosmovisi?n zapatista. Dentro de esta obra se muestran dos situaciones totalmente distintas en cuanto al acceso a la sanidad, una con base en el sector social y el otro del tipo de pacientes que acuden al doctor econ?micamente hablando. En la primera 44 escena se da la situaci?n de aquel paciente pobre que tiene un tumor y no puede acceder a un tratamiento por falta de recursos; se le deniega el tratamiento y es expulsado del consultorio. La segunda escena presenta en cambio, la situaci?n de un paciente que tiene tambi?n un tumor pero que este al tener el capital puede acceder a una operaci?n y a un tratamiento. As? se contrastan las clases sociales y el trato desigual; mientras las clases pudientes que son las que consiguen acceder al sistema de sanidad sin escatimar en gastos, por otro lado se muestra al marginado, pobre; que se enfrenta a la discriminatoria actitud del doctor por cobrarle el servicio a?n sabiendo que el marginado har? hasta lo imposible por juntar el dinero para que atiendan a su familiar: ?pero ahorita doctor no tengo a ver si vas a esperar unos d?as? (Manuscrito II folio 2). Para explicar la imposibilidad de las comunidades zapatistas y el por qu? el Dr. Matasanos refleja esta problem?tica es importante abordar la centralizaci?n de los poderes en un pa?s en v?as de desarrollo como M?xico. Esta centralizaci?n nos ayuda a descubrir las razones por las cuales la cobertura del sector de salud y el tratamiento del tema son de suma importancia e inter?s com?n para la poblaci?n, pero en espec?fico para las comunidades ind?genas y el zapatismo. La gran diversidad cultural en M?xico y su extensa comprensi?n geogr?fica crean obviamente un obst?culo para abarcar de manera efectiva las necesidades y servicios que el Estado brinda a la poblaci?n. La concentraci?n del sector pol?tico, econ?mico e industrial dentro de un exacto punto geogr?fico (M?xico Distrito Federal), restringe invariablemente la 45 homogeneidad para cubrir de manera eficiente y eficaz los servicios b?sicos para sus habitantes. A la par, existen otras cuestiones subjetivas que han desembocado en dicha incapacidad para brindar de manera homog?nea estos servicios como est? referido en las acciones estrat?gicas de la Secretar?a de Salud (dependencia del Gobierno Federal de M?xico): ?Dentro de los factores pol?ticos destaca la falta de voluntad que muestran algunos de los principales actores del sector salud hacia el cambio. Esta resistencia al cambio puede deberse a inercias, conformismo y rutinas arraigadas? (Secretar?a de Salud Web). Como a manera de sarcasmo el mismo t?tulo de la obra Dr. Matasanos, engloba de manera peculiar la percepci?n de las comunidades ind?genas sobre el tema de la salud como factor indispensable para conseguir una adecuada calidad de vida como indica el mismo apellido, mata-sanos. A su vez la propuesta del tema de la salud, no solo se da a manera de cuestionar la atenci?n al enfermo sino tambi?n la calidad en atenci?n cl?nica, m?dica, quir?rgica, terap?utica, y la aplicaci?n de campa?as de prevenci?n y promoci?n a la salud. Es pues importante prestar atenci?n a la centralizaci?n de los poderes, pues esta centralizaci?n influye de manera negativa en el funcionamiento de un pa?s, pues evita garantizar un correcto desenvolvimiento e incorporaci?n a la vida social de los habitantes. No solamente en las ciudades sino tambi?n en las regiones m?s apartadas, pues debido a esta centralizaci?n es que los recursos f?sicos, materiales, t?cnicos y humanos que procuran la salud, solo abarcan algunas minor?as de la poblaci?n rural o las 46 concentraciones de las grandes ciudades. De esta forma, es que el sistema no logra desarrollar una estructura concreta que trabaje a raz?n del bien com?n y en contraparte da como resultado poco alcance sobre la poblaci?n. Este planteamiento de la estructura del sistema nacional de salud referida en el p?rrafo anterior est? encabezada por una Secretar?a de Salud como una dependencia del gobierno federal que rige las normas y estrategias en la materia, y la distribuci?n de los recursos para su aplicaci?n (Constituci?n Pol?tica de M?xico Art. 123 Frac. B). Esta a su vez consta de dos subsistemas que abarcan seguros sociales y los servicios de salud para la poblaci?n abierta que son el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Dichos subsistemas funcionan a manera de empresas paraestatales que ?nicamente cubren a los trabajadores asalariados del sector p?blico y privado y a sus familiares directos. A su vez los gobiernos estatales utilizan dichos subsistemas como empleadores del servicio de salud en cada entidad, como por ejemplo en el Estado de Chiapas. (Ley org?nica del IMSS e ISSSTE/Constituci?n Pol?tica de M?xico Art. 123 Frac. B). De esta manera es como el teatro en rebeld?a, enfoca en el tema de la salud esta peculiar forma de satirizar al Estado Mexicano, debido a su incapacidad para brindar este servicio a la poblaci?n haciendo hincapi? no solo en la falta de pluralidad e integraci?n que la estructura del sistema de salud p?blica contempla, sino tambi?n a las cuestiones subjetivas (percepciones actores pol?ticos) que determinan el funcionamiento de este sistema. Es debido 47 entonces entender que para ser beneficiario del sistema sanitario como un derecho b?sico del ciudadano mexicano, se necesita como primer requisito ser empleado asalariado y segundo que las prestaciones/beneficios laborales como trabajador contemplen el ser y estar inscrito a los subsistemas de salud; de otra manera es pr?cticamente imposible tener derecho al servicio de salud ?p?blica?. Conociendo entonces la situaci?n del sector salud de M?xico, el teatro en rebeld?a toma este tema como una forma de abordar la falta de compromiso y por ende las limitaciones en la aplicaci?n de las leyes as? como la traici?n y trasgresi?n a las garant?as individuales referidas en la Constituci?n Pol?tica de los Estados Unidos Mexicanos. Referente a la salud, este teatro transmite su percepci?n con base en lo establecido en el art?culo I de la Constituci?n Pol?tica de los Estados Unidos Mexicanos, que dice: ?Queda prohibida toda discriminaci?n motivada por origen ?tnico o nacional, el g?nero, la edad, las discapacidades, la condici?n social, las condiciones de salud, la religi?n, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas? (Constituci?n Pol?tica de los Estados Unidos Mexicanos Art. I). La manera en que aborda ?sta obra el teatro en rebeld?a, se da en base a la traici?n y la incapacidad e incumplimiento para la distribuci?n y reconocimiento de los derechos de las comunidades ind?genas, con base en la interpretaci?n que el zapatismo hace sobre la aseveraci?n que dice: ?La Naci?n Mexicana es ?nica e indivisible? (Constituci?n Pol?tica de los Estados Unidos Mexicanos Art. II). 48 As? al interpretar y relacionar el deber de los estatutos establecidos en la carta magna, las comunidades ind?genas hoy en d?a son consideradas el sustento original de las actuales poblaciones que habitan el pa?s, lo que genera referencia inmediata al adjetivo de ??nica? como base de la actual sociedad civil de M?xico; ?indivisible? porque en su car?cter de conjunto ?nico es indebida su fragmentaci?n o separaci?n en estratos sociales, lo cual motiv? el levantamiento en armas de 1994. Por lo antes mencionado los personajes del Dr. Matasanos aplican cierta comicidad e iron?a para enfrentarse a las dificultades de la vida cotidiana, en este caso la negaci?n del servicio sanitario por ser pobres, como suced?a com?nmente antes de la implementaci?n del ideal zapatista en las comunidades ind?genas. Previamente al levantamiento en 1994 las comunidades ind?genas no dispon?an de servicios de salud, educaci?n o un techo digno los cuales son derechos b?sicos de la poblaci?n. Esta falta del servicio de salubridad (tema central del Dr. Matasanos) tuvo como consecuencia en el Estado de Chiapas una de las m?s altas tasas de mortandad a causa de enfermedades curables como infecciones respiratorias, paludismo, salmonelosis, sarampi?n y dengue, entre otras (Viento primero el de arriba 8). Con base en este ?ndice de mortandad, la obra el Dr. Matasanos tambi?n propone una reflexi?n sobre la decisi?n y las opciones a las que las familias ind?genas se ven sujetas, debido a su precaria situaci?n econ?mica para hacer uso de este beneficio al servicio de la sociedad. As? el teatro en rebeld?a y el Dr. Matasanos crean un comparativo sobre la situaci?n actual de las comunidades 49 pero enfatizan la dificultad que tienen para ser beneficiarios del sistema de salud p?blica, lo que obliga al personaje a recurrir al m?dico privado/particular como ?ltima instancia. A este condicionamiento u obst?culo sobre la insolvencia econ?mica, es que se ven sujetas las comunidades ind?genas, debido a las formas en las que ?stas interact?an o no con el estilo de vida moderno. Es as? como tambi?n se remarca como un aspecto importante dentro de la obra, el car?cter del doctor, qui?n m?s que ejercer su profesi?n de manera ?tica, se muestra corrompido por la ambici?n monetaria y no expl?citamente por cobrar la consulta m?dica y el servicio, sino por mostrar un comportamiento distinto al abusar e incrementar el precio en comparaci?n al marginado y al pudiente; mientras al primero (marginado) se le requiere pagar ?treinta mil pesos? (Manuscrito II folio 2), al segundo (pudiente) en cambio se le requiere pagar ?sesenta mil pesos? (Manuscrito II folio 4), gran disparidad mostrada para el mismo tipo de servicio. De esta forma se hace una cr?tica de car?cter sistem?tico al capitalismo enfundado en M?xico, no como mero sistema econ?mico sino por las irracionalidades que este sistema ha creado en la modificaci?n de la conducta de los individuos. As? mismo se cr?tica el dominio de la propiedad privada y el abuso que algunos mecanismos del estado o particulares, hacen de este y que ha sido implementado en el pa?s bajo el denominado sistema capitalista. Este hecho lo explica el Subcomandante Insurgente Marcos: La salud de los chiapanecos es un claro ejemplo de la huella capitalista: un mill?n y medio de personas no disponen de servicio 50 m?dico alguno. Hay 0.2 consultorios por cada mil habitantes, cinco veces menos que el promedio nacional; hay 0.3 camas de hospital por cada mil chiapanecos, tres veces menos que en el resto de M?xico, hay un quir?fano por cada 100 mil habitantes, dos veces menos que en el pa?s; hay 0.5 m?dicos y 0.4 enfermeras por cada mil personas, dos veces menos que el promedio nacional. (Viento primero el de arriba 5) Estas cifras son dr?sticas compar?ndolas con el resto del pa?s, y son una realidad para las comunidades a la hora de disponer de los servicios sanitarios, sin contar el alto coste de la medicina si uno no est? asegurado y tiene que optar por una consulta privada m?dica, como es el caso de la mayor?a de los zapatistas que trabajan su milpa. Por lo tanto no solo se expone la discriminaci?n hacia las clases ?tnicas y su acceso a los beneficios de una sociedad moderna, sino tambi?n la discriminaci?n entre clases sociales, su incongruencia y disparidad, por medio de la utilizaci?n del sistema de libre empresa o la econom?a de mercado. Lo anterior puede verse dentro de la obra de manera clara y puntual mediante las afirmaciones del Dr. Matasanos: ?lo que pide ?l (marginado) es nam?s que le sane, y no s? pa cuando me paga; yo no confi? porque voy a trabajar m?s, con eso me vivo y ese es mi trabajo. Y los que tienen dinero pos si los atiendo, pero los que no tienen dinero, ?Qu? se vayan al pante?n solos!? (Manuscrito II folio 5). As? el papel del m?dico se muestra como alguien carente de las nociones de pertenencia a la colectividad, y ?tica que contrastan con el razonamiento del 51 nosotros caracter?stico arraigado dentro de las comunidades ind?genas zapatistas. Esta ausencia del sentido de humanidad del doctor es la manera de exponer la individualidad que se da fuera de las comunidades zapatistas y que fuera de estas comunidades los individuos coexisten entre s?, sin dar mayor importancia al valor moral de la humanidad, valor pr?cticamente nulo. Esta falta de humanidad y adulaci?n al dinero se muestra en varias enunciaciones que el doctor hace a ambos pacientes a lo largo de la obra. El paciente pobre al no tener el capital es expulsado de la cl?nica sin recibir tratamiento alguno: ??S?calo por favor! porque me atrasas y lo que es mi trabajo me quitas pues. Y es as? como me lo pides nada m?s y no se puede? (Manuscrito II folio 3). Despu?s de haberle rogado al m?dico repetidas veces en vano que le permita esperar varios d?as hasta que consiga el dinero para pagar sus servicios. Sin embargo, el doctor le deniega sus servicios: ??a nosotros no nos cura el doctor , hermano; ni modo. Vamos a salir ya y vamos a ver lo que pasa con vos? (manuscrito II folio 4). Ahondando en los elementos de la obra podemos centrarnos en la importancia del lenguaje utilizado, el peso espec?fico de algunas palabras, la variaci?n del lenguaje y el uso de modismos y expresiones, adem?s de la forma en c?mo est?n estructurados ciertos enunciados al igual que su fin expresivo. El teatro en rebeld?a tiene como caracter?stica espec?fica la forma c?mo se utiliza el lenguaje. Debido a que la lengua materna en las comunidades ind?genas son lenguas mayas, la forma en c?mo emplean el espa?ol es de forma coloquial donde se aprecian rasgos de una educaci?n poco forma del idioma, lo que crea 52 en ocasiones confusi?n o la percepci?n de una err?nea forma de estructura del espa?ol: ?Como este a nosotros no nos cura pues, el doctor, hermano; pues ni modo vamos a salir ya? (Manuscrito II folio 4). Sin embargo en esto radica la expresividad y significancia que determina a los di?logos o enunciaciones dentro de esta obra. Es as? como podemos presentar la palabra como elemento b?sico y ?nico de las enunciaciones que tienen como importancia el simbolizar o significar un objeto, una situaci?n, hecho o realidad en espec?fico, como la palabra ?chuchito?: ?si, vas a esperar dos d?as, ah? voy a vender un tu chuchito? (Manuscrito II folio 3), que tiene un valor significativo y econ?mico importante para el personaje, por ello es que propone venderlo. Esta importancia en el uso de la palabra y el lenguaje en su conjunto, es a diferencia del vestuario o la escenograf?a, el elemento de mayor importancia en la puesta en escena del teatro en rebeld?a. Se observa pues desde el t?tulo de la obra el uso del juego de palabras (Dr. Matasanos), que a manera de iron?a nos da un pre?mbulo de la forma c?mo se abordar? el tema de la salud y la perspectiva de quienes produjeron la obra al ridiculizar un apellido, una persona y deshonrar un t?tulo honor?fico. De esta manera se interpreta el t?tulo honor?fico de doctor como un t?rmino que por la importante funci?n que desempe?a dentro de una sociedad, denota por s? mismo un rango de respeto y determina a una persona eminente; no as? el Dr. Matasanos. Igualmente la forma como f?sicamente se representa al doctor, es m?nimamente importante, pues el ?nico vestuario que utiliza en la pieza teatral es la bata que lleva com?nmente un 53 doctor y ni siquiera lleva el estetoscopio, s?mbolo tan usual en la vestimenta del m?dico. As? los j?venes creadores y los promotores de educaci?n utilizan estrat?gicamente el lenguaje como parte fundamental del teatro en rebeld?a, pues mediante este, es que no requieren el uso de un vestuario para sus personajes, ni de elementos escenogr?ficos determinados o estrat?gicos para cada pieza teatral. Puesto que mediante el uso y aplicaci?n a su modo de comprender el lenguaje, siempre proponen generar y fortalecer su identidad y valores a trav?s de palabras espec?ficas a modo de simbolismos, creando un c?digo y una diferenciaci?n del no hablar por hablar, hecho sumamente diferenciado entre los di?logos del pariente y el doctor: PARIENTE: Si es que soy pobre, pues; no tengo tu paga. ?Voy a vender tu gallina y ah? va tu paga! DOCTOR: Pero es imposible que me junte ese dinero, yo necesito tambi?n porque eso es mi vida. PARIENTE: haz el favor doctor, no tengo tu paga. DOCTOR: Pero aunque t? me quisieras decir que cuando vas a trabajar m?s enseguida. PARIENTE: Si vas a esperar dos d?as, ah? voy a buscar y vender tu chuchito. (Manuscrito II folio 2) Por medio de este segmento de la obra hemos de identificar la connotaci?n y denotaci?n del pronombre posesivo tu, como referente a lo que de por s? ya no pertenece al personaje del pariente marginado; y que tambi?n a 54 modo de sarcasmo/iron?a, al no tener nada con que pagar utiliza una estructura del lenguaje para hacerle inferir al doctor que todas sus pertenencias ya son propiedad de ?l: DOCTOR: ?Cu?nto? ?Cu?ntos d?as? PARIENTE: si quiera, un tu mes. DOCTOR: Pues es dif?cil. PARIENTE: Si, es que soy pobre. Pues no tengo tu paga. Voy a vender tambi?n tu gallina y ah? va tu paga. (Manuscrito II folio 2) Aunque el planteamiento de la situaci?n en la obra expone un tema serio, el sarcasmo hace que el p?blico r?a constantemente al poner en evidencia la falta de profesionalismo y carencia de valores del Dr. Matasanos. Mediante su personaje y el trasfondo de esta pieza teatral se compara la realidad anterior con los logros que las comunidades han alcanzado actualmente en cuanto a la salud, al igual que se expresa el final de este tipo de situaciones en las comunidades. As? es como el Dr. Matasanos representa por medio de sus enunciaciones la conciencia del teatro en rebeld?a. Por ello sus personajes generan en el espectador distintas percepciones que van desde el perfil no deseado para los integrantes de la comunidad, hasta el factor motivacional para mejorar la situaci?n de las comunidades ind?genas apoy?ndose en el zapatismo. Por eso el uso de las palabras cargadas de connotaciones, que pueden ser comprendidas simplemente como iron?as:?oye pues hermano, el Doctor Sano va a curar a vos? (Manuscrito III folio 4); no as? para los integrantes de las comunidades ind?genas 55 que a manera de c?digo, han creado su propio lenguaje el cu?l se puede conceptualizar: ?El lenguaje tiene, por funci?n, indicar y nombrar, pero tiene por vocaci?n, interpelar y evocar, invocar y convocar? (Hugo Mujica 138). Es de esta manera como el teatro en rebeld?a hace uso de la palabra como expresi?n ir?nica, pues a trav?s de ella se logra una interpretaci?n del tema de la obra como conjunto, pero dentro de la cual podemos encontrar y separar palabras que mediante su articulaci?n reflejan el sentido y la raz?n que impulsa a las comunidades ind?genas a manejarse y organizarse bajo la ideolog?a zapatista: ??Y los que tienen dinero por s? los atiendo, pero los que no tienen dinero que se vayan al pante?n? (Manuscrito II folio 5). Esta frase emitida por el doctor es la ?ltima parte de la obra en la que claramente se niega la asistencia del derecho humano, que determina la raz?n primera de la b?squeda de autonom?a de las comunidades ind?genas. Con el teatro en rebeld?a y los ideales zapatistas, es que las comunidades ind?genas tambi?n expresan la importancia de haber creado nuevas organizaciones dentro de ellas, y que mediante el uso de este teatro, expresan comicidad, iron?a y el uso de un lenguaje particular para defender la raz?n de ser de sus sistemas y organizaciones, siempre poniendo en perspectiva su situaci?n en el presente y el pasado. De ah? tambi?n la importancia de llevar a la pr?ctica el teatro; presentarlo abiertamente a todos los habitantes de las comunidades bajo fechas espec?ficas, que a manera de asambleas permiten a todas las comunidades ind?genas hacer uso de la palabra para aumentar su capacidad de an?lisis y 56 comprensi?n de su entorno, debatir y confrontar ideas; una manera m?s de comunicarse y mantenerse informados. Bajo el ideal zapatista construyen una cultura uniforme que permea e impulsa el desarrollo de estas, as? mismo fortalece su perseverancia en b?squeda de la democracia del nosotros que consiste en una gran participaci?n de opiniones e ideas, lo cual evitar? la explotaci?n y abuso del hombre por el hombre, como en el caso del Dr. Matasanos. Esta pieza teatral, el Dr. Matasanos, se utiliza como herramienta para evaluar sus logros comunes y se usa al teatro como medio para como evaluar su realidad. Es por eso que hoy en d?a como resultado de una de las tareas principales del zapatismo dentro de las comunidades en rebeld?a, existen redes sanitarias aut?nomas que trabajan paralelamente como sistemas independientes a los ya existentes, los cuales son propiedad del sistema nacional de salud (gobierno federal): ?Como este a nosotros no nos cura el doctor, ni modo hermano. Vamos a salir ya, y vamos a ver lo que pasa con vos?? (Manuscrito II folio 3). Tambi?n otro aspecto que mediante el uso del teatro en rebeld?a se eval?a como resultado de la autonom?a zapatista, es la educaci?n, que toma vital importancia como cimiento para inculcar en la poblaci?n el valor de la unidad y evitar la discriminaci?n. Se reconoce a este sector como base en el cu?l se educaron los promotores que prestan servicio sanitario a las comunidades y del cual emergen todas estas producciones teatrales para manifestar su cultura. 57 As? pues mediante el teatro tambi?n celebran sus logros haciendo comparativos del pasado con el presente, pues ahora tienen m?dicos y acceso a un sistema sanitario gratuito, cosa impensable antes del 94; cuentan ya tambi?n con cl?nicas totalmente equipadas y diez micro cl?nicas repartidas por todo el territorio zapatista, m?dicos, enfermeras, material quir?rgico, medicinas tradicionales y herbolares. Uno de los mejores ejemplos es la cl?nica ?La Guadalupana? en el caracol de Oventic, que naci? en 1992 con 8 promotores de salud, aunque su construcci?n se inici? en 1987 y arranc? definitivamente con toda su capacidad en 1994. (H?jar 153). Esta cl?nica cuenta con quir?fano, consultorio dental, laboratorios de an?lisis cl?nicos, ?reas de oftalmolog?a y ?ptica, ginecolog?a, laboratorios de herbolaria, farmacia, 8 cuartos de hospitalizaci?n. (153). No solo han establecido un sistema sanitario sino que a trav?s de la educaci?n tambi?n est?n implantando campa?as de prevenci?n en cuanto a la limpieza de las casas, la higiene y diferentes ?reas para evitar las enfermedades con miras en el costo y beneficios. Todo esto ha ocurrido gracias al apoyo econ?mico de proyectos de salud y a la ayudada solidaria de doctores y doctoras de todo el mundo que les brindan su tiempo para que este proyecto y los dem?s progresen (Leer un video seis avances 92), para no solo concentrar los esfuerzos en curar sino en prevenir. Es as? como el Dr. Matasanos representa para la visi?n de las comunidades zapatistas las limitaciones a las que son sujetos para recibir servicios p?blicos. Estas limitaciones refuerzan la b?squeda para resolver y satisfacer sus necesidades como comunidad, encaminando todos sus esfuerzos 58 y recursos para otorgarle a cada miembro de sus poblaciones servicios eficientes, gratuitos y que aseguren su desarrollo como individuos, teniendo siempre presente los aspectos de la igualdad y la pluralidad que determinan consecuentemente las funciones de ni?os, adolescentes, mujeres, ancianos y hombres, y como consecuencia la integraci?n de todos a sus comunidades. Estos aspectos ser?n reflejados en el siguiente cap?tulo Los tres enamorados, usando como ejemplo la importancia y valor que la mujeres tienen en las comunidades zapatistas. 59 CAPITULO TERCERO De quien se enamoran, Los tres enamorados. Escenificada el d?a 8 de agosto de 2009 y de la cual fui espectadora; la Junta de Buen Gobierno me honr? con la posibilidad de audio grabar esta obra que tiene por nombre Los tres enamorados. Producida y desarrollada por la escuela aut?noma zapatista del Caracol IV de Morelia, con motivo de la celebraci?n del sexto aniversario de la creaci?n de los caracoles zapatistas; dicha celebraci?n tuvo una duraci?n de tres d?as. Los j?venes de esta comunidad crean, Los tres enamorados, con el fin de plantear y recalcar la importancia sobre la igualdad de g?neros dentro de las comunidades ind?genas zapatistas y la valoraci?n en espec?fico de la mujer como parte activa de estas comunidades. Esta pieza teatral es desarrollada en un solo acto, en la que se introduce inicialmente a los tres enamorados y posteriormente el trascendente personaje de la mujer. As? mismo esta pieza presenta estructuralmente un teatro dentro de un teatro, lo cual es parte de una de las varias estrategias que presenta el metateatro que maneja la dualidad de los personajes mediante el juego de papeles. Este juego de papeles al que Richard Hornby hace referencia es tan solo una de las estrategias del metateatro que se presenta en esta obra y que se abordar? como particularidad de esta, para precisar uno de los ideales zapatistas, ya que la definici?n de metateatro es muy extensa y ha sido tratada por muchos autores de diferente manera. 60 De esta manera la obra inicia con el di?logo de tres hermanos, Lupe el hermano mayor, Tom?s el de en medio y Quinto como el m?s joven de los tres. Estos tres j?venes intentar?n persuadir a To?ita para que sea novia de alguno de ellos, los tres hermanos plantean que m?s que estar enamorados de ella y a manera de un juego de machos, compiten entre s? y deciden acercarse a hablar con ella. Cada uno expresa mediante frases trilladas y exageradas persuadir a To?ita para lograr una cita con ella y hacerla su novia. Sin embargo la obra da un giro cuando la joven pone a prueba la integridad moral de los tres hermanos, a los cuales incita a cambiar de papeles para medir su lealtad. Es as? que To?ita se convierte en el centro de las acciones pues maneja a su antojo a los tres enamorados, que contradictoriamente son quienes terminan siendo enga?ados. Es importante mencionar que para una mejor comprensi?n del mensaje al final de la obra hay un enlace entre la escenificaci?n teatral y la realidad de las comunidades ind?genas. La escenificaci?n comienza con la s?bita introducci?n de los hermanos en orden de edades o jerarqu?a, quienes manifiestan a manera de posta la competici?n por To?ita; primero se introduce a Lupe, el hermano mayor: ?Bueno carnales, To?ita es mi novia, (en menos) nada antes de que cante un gallo? (Manuscrito III Folio 1). Lupe presenta a To?ita haciendo la aseveraci?n de que ser? su novia, determin?ndolo as? como un joven muy confiado en s? mismo. Le continua Tom?s, el segundo de los hermanos que aparece en la obra diciendo: ??rale carnal, la To?ita de por s? va a ser mi novia? (Manuscrito III Folio 1). El segundo de los hermanos contrapone lo antes dicho por el hermano mayor, 61 contestando con la misma aseveraci?n a manera de iron?a. Ya como ?ltimo de los personajes varones, se presenta Quinto; el m?s joven de los tres quien replica: ?Oyes carnales, mi novia es To?ita, pero nadie es priista, como un gallo? (Manuscrito III Folio 1).Este ?ltimo entra a la disputa por To?ita utilizando una frase que hace alusi?n a dar las cosas por hecho antes de que sucedan; otra muestra de ego. Por su parte To?ita, quien es el personaje con mayor peso de la obra es presentada momentos despu?s al entrevistarse con cada uno de los tres hermanos, cuestionando al primero: ??De veras me quieres tanto?? (Manuscrito III Folio 1). Mediante la respuesta de ella se observa un cierto toque de coqueter?a pero muestra que su personaje no se f?a de las palabras expresadas por Lupe, lo que da indicios del futuro juego o enredo entre los personajes. A trav?s de la estructuraci?n de los di?logos y su enunciaci?n as? como el orden en que los personajes van apareciendo e interactuando con To?ita, se determina el papel que dentro de la obra ir?n adquiriendo cada uno de ellos. To?ita toma el papel de directora, controlando y determinando la situaci?n, luego de intuir las deshonestas intenciones de los tres hermanos, raz?n por la cual su personaje es identificado con un car?cter bien definido y determinado a controlar a los hermanos y burlarse de ellos: TO?ITA: ?De veras me quieres tanto? LUPE: ?Ay se?orita! Tanto te quiero, tanto te dar?a. Cualquier cosa que pidieras. TO?ITA: ?Bueno! ?Ir?as a cuidar un muerto al cementerio? (Manuscrito III folio 2) 62 Estas respuestas implican distinguir el personaje de To?ita que se desenvuelve como el personaje de mayor conciencia y perspicacia en la pieza, presenta en s? un car?cter de rebeld?a que caracteriza al estereotipo de las mujeres ind?genas zapatistas pues no se muestra como la mujer sumisa, sin opini?n, sin personalidad, exponiendo a la mujer como ser consciente de sus actos y vivacidad en sus respuestas. Es importante mencionar el personaje de To?ita y el rol de la mujer que aparece en primer plano en las acciones que se desarrollan en esta obra; contrastando la actualidad de las comunidades zapatista y el rol de la mujer dentro de estas, mediante un comparativo con la ?poca prehisp?nica. La mujer como parte del rito prehisp?nico por ejemplo, ?ten?a prohibido participar en los bailes o asistir a los lugares sagrados; ese privilegio se le otorgaba solo a los hombres? (Mar?a de la Paz Hern?ndez 110); sin embargo el sexo femenino dentro de las sociedades, ocupaba puestos de poder pol?tico y hasta religiosos como lo hace en la actualidad dentro de las comunidades zapatistas. Es necesario e importante hacer la diferenciaci?n entre el acceso que la mujer, ten?a para involucrarse en los ritos prehisp?nicos, demostrando que la funci?n de esta y la diferencia de g?neros aplicaba en rituales de las culturas prehisp?nicas, pero no denigraba a la mujer como un objeto o se le relegaba a un segundo plano; poniendo as? en perspectiva los usos y costumbres de ese entonces. To?ita es expuesta como el personaje principal de esta obra y como part?cipe de un rito, en comparaci?n con las ?nicas mujeres que tomaban parte en estas celebraciones, que eran bailarinas sagradas a las cuales se les 63 describ?a como ?un conjunto de viejas espantables que danzaban fren?ticas a manera de furias o brujas de aquelarte, con las ropas y caballer?as te?idas de sangre? (citado en Hern?ndez 110). De esta manera la aseveraci?n de que la mujer prehisp?nica ten?a importancia y hasta cierto car?cter sagrado, se expone en el libro Mujeres de Ma?z: Hubo un tiempo antiguo, ?tiempo todav?a sin tiempo?, dicen los choles cuando el mundo fue formado en esta oscuridad liquida por el padre-madre, antes a?n de que el sol fuera a su vez concebido. Con la llegada de los espa?oles Dios dejo de ser dualidad masculina y femenina, y paso a ser uno, ?nico y macho, el Padre. Y jam?s a partir de entonces una mujer ocupar?a un lugar igual al hombre. (Rovira 19) Para la ?poca de la conquista esta marginaci?n que sufr?an las mujeres no solo ocurr?a en los ritos prehisp?nicos sino tambi?n se convirti? en un aspecto com?n de las comunidades ind?genas. Con la conquista, la evangelizaci?n y la imposici?n del cristianismo como ?nica religi?n en los pueblos prehisp?nicos, se instaur? un sistema patriarcal con el que se consign? destruir y perseguir todo lo referente a usos y costumbres ind?genas, que por pr?ctica o costumbre hac?an converger sus creencias religiosas con la estructura pol?tica y social por las cuales se reg?an. De esta manera el personaje de To?ita conlleva implicaciones de car?cter cultural, que mediante el teatro en rebeld?a y sus bases en el zapatismo intentan recuperar y reincorporar a sus pr?cticas actuales. As? la igualdad de g?neros es expuesta como fuerte valor cultural no 64 solo de la tradici?n prehisp?nica, sino como parte de la ideolog?a zapatista y por ende en las comunidades ind?genas de Chiapas, la cual el personaje de To?ita incrusta en el espectador. Este personaje por medio de sus parlamentos se muestra como due?a de sus actos, como un individuo que analiza previamente la situaci?n, trayendo as? una autoconciencia y valoraci?n de su persona, evitando ser enga?ada f?cilmente: TO?ITA: ?De veras me quieres tanto? LUPE: ?Ay se?orita! Tanto te quiero, tanto te dar?a. Cualquier cosa que pidieras. TO?ITA: ?Bueno! ?Ir?as a cuidar un muerto al cementerio? LUPE: ?H?jole! Pero? pero si lo har?a. TO?ITA: Entonces, ven en la noche. El muerto estar? listo. ?Lo llevaras al campo-santo! (Manuscrito III folio 2) Esta autoconciencia e intuici?n mostrada en el personaje de To?ita tiene como fin crear en el espectador una conciencia, diferenciando y remarcando la verdad y contraponiendo el uso de mentiras, falsas promesas y el enga?o premeditado que com?nmente deriva en traici?n; pero exponiendo el valor de la mujer como un ser pensante y racional. En cuanto a la exposici?n del car?cter de los hermanos, estos plantean como las mujeres contin?an siendo subestimadas por el simple hecho de ser mujeres e ind?genas: LUPE: Carnales, me voy. Porque soy el hermano mayor, voy a echar un trago porque no tengo miedo de hablarle a To?ita. 65 LUPE: ?Buenas noches! TO?ITA: Buenas noches. LUPE: ?Yo soy Lupe; el hermano mayor, el m?s trabajador y responsable! Vengo ante usted To?ita para decirte que eres muy bonita y tanto te quiero. (Manuscrito III folio 2) Esta aserci?n sobre c?mo se subestima a la mujer es necesario atarla con la parte final de la obra en donde se muestra claramente la percepci?n que fuera del territorio rebelde se tiene de las mujeres ind?genas, la magnitud e importancia de la igualdad de g?neros y el rol de la mujer dentro de las comunidades ind?genas zapatistas. Como an?cdota de lo antes mencionado, la Capitana Insurgente de Infanter?a Silvia, cuando intentaba franquear un ret?n militar a las afueras de la ciudad de Ocosingo, Chiapas el dos de enero de 1994 para intentar reunirse con su unidad zapatista en las monta?as. Esta cuenta que los militares le permitieron el libre acceso pues la subestimaron por su apariencia f?sica (ind?gena) y sobre la cual hicieron el siguiente comentario: ?imposible que una mujer tan joven y fr?gil sea rebelde- dicen los militares? (Doce mujeres en el a?o 12 8). As? se intuye mediante los parlamentos de los hermanos y su exagerada confianza, que creen que lograran embaucar a To?ita con sus frases trilladas bas?ndose en la supuesta ingenuidad de To?ita: ?Bueno carnales, To?ita es mi novia, (en menos) nada antes de que cante un gallo? (Manuscrito III Folio 1). Es por eso la importancia del an?lisis de los personajes varones y el uso del lenguaje exagerado que utilizan, como lo es el caso de Lupe, quien se 66 presenta as?: ?Soy el hermano mayor, el m?s trabajador y responsable. Vengo ante usted To?ita para decirle que eres muy bonita y tanto te quiero? (Manuscrito III Folio I). El segundo hermano expresa: ?Soy Tom?s, el segundo de mis hermanos y me gustan mucho las muchachas, por eso vengo a decirte lo que har?a, lo que me pidas para que sepas cuanto me gustas? (Manuscrito III Folio I) El tercero a la carga le dice a To?ita: ?Mi nombre es Quinto, el tercer hermano: ??Ay To?ita eres como una flor y por eso eres mi gran amor. Por el amor que te tengo por ti har?a? por ti lo que me ordenes? (Manuscrito III Folio 2). Es notable que mediante el discurso que utilizan comienzan a adoptar el papel de seductores, pues su lenguaje es l?rico en el que se puede percibir un estilo rom?ntico y hasta cursi haciendo uso de rimas y s?miles para embaucar y generar empat?a en To?ita. Es notable tambi?n que cada uno trata de superar al otro en la seducci?n compitiendo as? por el favor de To?ita. Mediante el an?lisis del lenguaje de los personajes que se ridiculizan y crean una impresi?n caricaturesca de sus personas ante ella, es que To?ita deduce que los tres est?n intentando enga?arla para que se decida por alguno de ellos. Esta cuesti?n es perceptible tambi?n al inicio de la obra en donde se propone clasificar al personaje de To?ita como posible v?ctima, pero que termina siendo victimaria al someterlos en un juego inventado por ella misma, pero sin que estos se den cuenta. Sobre el lenguaje que en cambio utiliza ella, son en su mayor?a cuestionamientos para valorar las aseveraciones de los hermanos concret?ndose a utilizar respuestas cortas como forma de tantear las intenciones reales de estos: ??Bueno! ?Ir?as a cuidar a un muerto al cementerio?? 67 (Manuscrito III folio 2). Mediante estas respuestas cortas es que To?ita tantea lo que se atrever?an a hacer por ella, para que despu?s de confirmar la disposici?n que tiene los hermanos para hacer la tarea propuesta, recurre a mandatos para condicionar y contraponer la supuesta astucia de ellos. Con ello y de manera sutil, los hace entrar en su juego, les crea expectativas, y adem?s se auto- determina como conductora de la situaci?n: ?Entonces ven en la noche, el muerto estar? listo. ?Lo llevar?s al campo-santo!? (Manuscrito III Folio 2). En este aspecto ella es qui?n adem?s de hacer uso del lenguaje, utiliza la palabra ?campo-santo? para poner a prueba el significado que los hermanos le dan a la palabra ?campo-santo?. De igual manera pone a prueba el respeto que los tres hermanos tienen por los difuntos; as? como tambi?n para mostrar la simbolog?a que estos representan para las comunidades ind?genas: ??H?jole! Pero? pero si lo h ar?a? (Manuscrito III folio 2). Este "campo-santo" que menciona To?ita, a diferencia del cementerio, es el lugar donde descansan las almas de sus seres queridos, donde se cobijan los restos de amor y donde la tierra vuelve a ser un espacio m?tico donde se cuida a los muertos y se celebra el rito a la muerte. Parafraseando la funci?n del rito de Boasso podemos aseverar que este campo-santo es un lugar donde se celebra el rito de la muerte como un fen?meno vital de la naturaleza viviente: ?si se celebra un aniversario de la muerte ?es para hacer que el muerto viva, que sea inmortal!? (105). As? el campo-santo es un s?mbolo que representa para las culturas ind?genas zapatistas, un lugar sacro, mientras que para los personajes de los hermanos no; mostr?ndolos como ajenos a la cosmovisi?n zapatista de las comunidades 68 ind?genas. Expuestos como intrusos en esas comunidades, no dudan en jugar el juego impuesto por To?ita en el campo-santo, quien a su vez es quien determina la inversi?n de papeles, convirti?ndose en directora. As? el personaje de To?ita refleja el cambio que se est? dando dentro de las mismas comunidades, donde la mujer est? retomando importancia en los aspectos de inter?s com?n, y como caracter?stica de este entorno zapatista, tiene la posibilidad de disponer y no solo obedecer; resaltando as? la pol?tica del ?mandar obedeciendo? aplicada en las comunidades zapatistas y expuesta en la introducci?n. Esta inversi?n de papeles o modificaci?n en sus comportamientos expone una de las caracter?sticas del metateatro. Los tres hermanos van cambiando de rol y comienzan a actuar dentro del juego creado por To?ita, no solo en el papel l?gico de un enamorado, sino que para embaucar a To?ita modifican su comportamiento, as? ella simult?neamente los convierte en personajes sigui?ndoles el su juego: TOMAS: Soy Tom?s, el segundo de mis hermanos y me gustan mucho las muchachas, por eso vengo a decirte lo que har?a, lo que me pidas para que sepas cuanto me gustas. TO?ITA: ?De veras? TOMAS: ?De verdad! Todo lo que me pidas si dices que te llevo abrazadita, que te llevo a las estrellas. Y te llevo abrazadita. TO?ITA: Bueno. Pues esta noche har?s como si fueras un muerto. Haber voy a tomarte las medidas para hacer tu caj?n. TOMAS: Bueno. (Manuscrito III folio 3) 69 Los tres enamorados es una obra dentro de una obra en la que la inserci?n de la segunda obra pasa a un primer plano, pues es a trav?s de esta parte en la que los personajes se exponen a s? mismos como lo que son en la realidad. Esto es conocido como juego de papeles que seg?n Hornby es una t?cnica excelente para proyectar al personaje, mostr?ndolo no solo como lo que es, sino como lo que quiere ser. Cuando uno de estos personajes en la obra juega un papel que no le pertenece se puede sugerir que ir?nicamente ese papel se acerca m?s a la realidad de su persona m?s que al mismo personaje de la obra metateatral expuesta por To?ita (67).2 Partiendo de este punto se puede observar que los tres hermanos manejan una dualidad en su caracterizaci?n. Su papel de enamorados es presentado como tal, pero act?an como falsos seductores modificando su comportamiento y haciendo un segundo papel al mismo tiempo en que seg?n ellos, es falso, pues solo es un sacrificio que hacen por conquistar a To?ita. Mientras tanto ella es consciente del papel al que los est? condicionando. As? Tom?s acepta hacer el papel de un muerto; Quinto, el papel de diablito; y Lupe deber? velar a un muerto al que ni siquiera conoce. Por medio de esta caracterizaci?n de los personajes, se identifica la inserci?n de la obra dentro de la obra donde modifican su papel mostr?ndose como lo que en verdad son; falsos en su hablar y su actuar. De esta falsa pretensi?n es que los tres enamorados reciben una lecci?n como respuesta de su comportamiento 2 Cita traducida por m? del libro Drama, Metadrama, and percepci?n: ?role playing within the role is an excellent means for delineating character, by showing not only who the character is, but what he wants to be. When a playwright depicts a character who is himself playing a role, there is often the suggestion that, ironically, the role is closer to the character?s true self than his every day ?real? personality?. 70 deshonesto, ya que una vez en el campo-santo, mientras Lupe velaba al muerto, ve al supuesto diablillo, el cual no sabe que es Quinto, su hermano; Lupe exclama: ?Ave Mar?a sant?sima ?Qu? es eso?? (Manuscrito III Folio 3), y sale corriendo del cementerio. El muerto se reincorpora y sale del ata?d y al ver tambi?n al diablito exclama: ??Ahhh, un diablo!? (Manuscrito III Folio 3), y sale corriendo como el otro hermano. El diablito, al ver correr al supuesto muerto que no reconoce como su hermano Tom?s, exclama: ??Pero c?mo un muerto corre como un muerto? Un muerto se corri? pero me da miedo. ?Ay la pulga! (Manuscrito III Folio 3), as? este ?ltimo, asustado, tambi?n sale corriendo. Es as? comprensible que cuando cada uno act?a el papel que no le corresponde, terminan siendo v?ctimas del juego de seducci?n que To?ita ha impuesto y de esta forma salen espantados del campo-santo. Mientras tanto To?ita, en su papel de directora en la obra insertada, proyecta el verdadero car?cter de los hermanos que no son conscientes del juego del que han sido participes. De esta forma es que To?ita astutamente condiciona previamente la actuaci?n de los tres hermanos al proponer el escenario del campo-santo donde se lleva a cabo la inserci?n de la obra en la obra principal. Por ende se utiliza un ata?d y el vestuario del diablito como complementaci?n para mostrar el cambio de papeles de los personajes. Este elemento del vestuario espec?ficamente hablando del diablito, tiene como funci?n el crear incertidumbre en el comportamiento de los otros hermanos pues la acci?n es desarrollada dentro de un ?campo-santo? donde existe una total armon?a y las almas de los difuntos descansan en paz. As? el diablito se 71 considera un intruso a la solemnidad y tranquilidad del espacio y lugar, no porque represente la malignidad en s?, sino porque rompe con esta quietud al ser un ente sin alma, intranquilo; opuesto a lo santo. Este diablito se presenta en el ?campo-santo? corriendo y brincando entre el ata?d y el hermano que vela a este, haciendo referencia al simbolismo que representa para la cultura ind?gena el trato y respeto a sus muertos. La trascendencia de To?ita es el crear esta inserci?n de una segunda obra para mostrar a los tres hermanos como reflejo del enga?o que la mujer recib?a por parte del hombre en las comunidades antes de la toma de conciencia de esta. Adem?s, al adoptar To?ita misma los papeles de dramaturga y directora, por medio de ella se expone y resalta la importancia que la mujer zapatista ha adquirido tomando conciencia de sus propios actos, como base de la familia en las comunidades y donde estas a su vez funcionan como una gran familia. La funci?n o rol de la mujer es la de procreadora de vida, de dar a luz ya sea hombres o mujeres. Por lo tanto es la mujer la que, por naturaleza, siembra las bases de la educaci?n de los ind?genas, forj?ndolos como hombres verdaderos. De la misma forma, es ella quien inculca, como fuente primaria, amor, respeto y la gama de valores que se encuentran inmersos en las comunidades zapatistas. Como pre?mbulo de esta influencia que tiene la mujer en las comunidades y su conciencia misma, es importante mencionar la creaci?n de la Ley Revolucionaria de las Mujeres del EZLN acordada en 1993 como uno de los primeros logros dentro del ideal de la pol?tica zapatista de ?mandar obedeciendo? 72 antes mencionada, y la cual determin? un punto de partida en el respeto y la valoraci?n de su g?nero como parte activa de las comunidades. En esta ley se establecen sus derechos, se reconoce su libre albedr?o y su participaci?n dentro de las comunidades as? como su participaci?n militar en el EZLN. Dentro de las comunidades ind?genas zapatistas la mujer es reconocida como trascendental en el establecimiento y desarrollo de estas y, como resultado, se manifiesta una equidad de g?nero. Paulo Freire hace una referencia al concepto de la autoreflexi?n que indica: ??las llevar? a la consecuente profundizaci?n de su toma de conciencia y que la cual resultar? su inserci?n en la historia, ya no como espectadores, sino como actores y autores? (26). El papel de To?ita tambi?n apunta a la trascendencia de la igualdad de g?neros, al desenvolverse esta como autora y no meramente como actriz del juego de la seducci?n. Durante el transcurso de la obra el personaje de To?ita contrapone la visi?n actual y c?mo se contemplaba a la mujer en el pasado, pues era sometida com?nmente a traiciones, abusos y enga?os por parte del hombre y no como algo meramente cultural. Esto hace que el espectador reflexione sobre la disparidad con que es tratada la mujer y por ello la importancia de la t?cnica reflexiva del teatro en rebeld?a, para razonar y contrastar la habitualidad del pasado y la cultura con el presente enfundado en el zapatismo y la mejor?a cultural. Esta mejor?a cultural de las comunidades debido al rol de la mujer como parte activa de la estructura zapatista es vital. El acceso que hoy en d?a tiene a la educaci?n, su papel natural y el razonamiento que el g?nero masculino 73 presenta sobre la equidad de g?neros, han permitido que esta adquiera dentro de las comunidades zapatistas funciones m?s relevantes y por ende tenga la misma formaci?n integral que cualquier otro. A modo de ver en el pasado, la mujer ind?gena era limitada a las labores del hogar debido a la imposici?n patriarcal a la que se vio sometido el sexo femenino tras la llegada de los espa?oles y que poco a poco se fue arraigando en las comunidades ind?genas: Desde peque?as nos han ense?ado a obedecer y no quejarnos, a permanecer en silencio, a aguantar, a no hablar, y a no participar. Sin embargo, hoy en d?a ya no nos queremos dejar pisotear. Como mujeres ya no queremos quedarnos atr?s o que nos pisoteen. Demandamos el respeto de nuestras costumbres, aquellas que las comunidades encuentren que sean buenas para todos. (Elisabeth Manrique Web)3 Esta idea expuesta interpela al personaje de To?ita directamente, pues es ella qui?n representa esta convicci?n de participar y levantar la voz. El papel de directora que maneja su personaje manifiesta que la mujer tiene la misma capacidad que el hombre, merece los mismos derechos y requiere el mismo respeto. Se?ala sobre todo que la funci?n y las labores que desempe?a dentro de las comunidades son fundamentales para alcanzar la autonom?a que fomenta el ideal zapatista. 3 Cita traducida por m? del libro Chiapas, and the women?: Since childhood we have been taught to obey, not to complain, to be silent, to endure, not to talk, not to participate. But nowadays we do not want to stay behind; we do not want to be trampled upon. We demand to be respected as indigenous and as women and that our rights be taken into consideration. We want our customs to be respected, those that the community finds [to be] good for all, women, men and children. We also want to participate in making laws which take us and our people into account and which respect our rights. 74 To?ita es transmisora de la mejor?a cultural, la cual mediante la educaci?n escolar de la mujer, ha servido para formarlas y capacitarlas, para desarrollarlas en cualquier aspecto que ellas as? lo deseen. El hombre ha vuelto a entender que para generar una cultura renovada y diferente a las perspectivas que ten?an en el pasado, es necesario el involucramiento de la mujer en todos los ?mbitos de la comunidad. Se ha vuelto a entender que el nosotros no solo est? comprendido por lo que la capacidad del hombre puede abarcar, sino que con la capacidad de la mujer, su habilidad para administrar primeramente los recursos del hogar, su educaci?n de los hijos y el mantenimiento de la lengua maya, han abierto el panorama tanto de hombres como mujeres. Sin embargo antes de la adopci?n de la visi?n zapatista dentro de las comunidades exist?an marcadas diferencias entre g?neros. A la mujer la educaci?n formal se le negaba, eran principalmente educadas con finalidades espec?ficas del hogar: ??asear la casa, tortear, lavar los trastes, lavar las ropas, preparar comidas, tejer, bordar, cargar le?a. Y algunas tambi?n aprenden a pastorear borregos,? (Mujeres de Ma?z 155). Este paradigma en el que la mujer ?nicamente necesitaba ser educada para el hogar, ha llevado cambiar, como lo explicaba el Subcomandante Insurgente Marcos en el a?o 2004: Las mujeres siguen sin ser tomadas en cuenta para nombramientos de comisarios ejidales y agente municipales. El trabajo de gobierno es a?n prerrogativa de los varones. Y no es que estemos a favor del ?empoderamiento? de las mujeres tan de moda all? arriba, sino que no hay todav?a espacios para que la 75 participaci?n femenina en la base social zapatista se vea reflejada en los cargos de gobierno. (Leer un video segunda parte 71) Esta labor que la visi?n zapatista intentaba inculcar desde un principio como en la ?poca prehisp?nica, sigue mostrando una resistencia al cambio dentro de las mismas comunidades. As?, al final de la puesta en escena se exhorta a hacer un cambio de paradigma; uno de los promotores de educaci?n sube al escenario con To?ita y expresa su respeto hacia ella, pues se considera a s? mismo un verdadero zapatista: ?Mi nombre es Nicol?s Pacheco. Yo s? quiero respetar de verdad a la To?ita; soy un zapatista? (Manuscrito III Folio 3). Esta parte final de la obra hace una diferenciaci?n entre los personajes y nos da raz?n para explicar el porqu? del orden en que fueron presentados, adem?s de apuntar a la utilizaci?n del teatro como una herramienta para mejorar la educaci?n de los pueblos ind?genas. La educaci?n es fundamental para los zapatistas, pues a trav?s de ella que se han generado los mayores logros no solo en las ?reas de salud, educaci?n sino tambi?n la ense?anza de los valores humanos para evitar la traici?n en todos los ?mbitos, hasta en el amor. Debido a la aparici?n del promotor de educaci?n se conecta la escenificaci?n con la realidad, se concreta el rol de los personajes y su importancia comparativamente con la realidad de las comunidades. De aqu? el papel fundamental del teatro dentro de las comunidades zapatistas pues como bien explica Hornby: ?El teatro sigue siendo una t?cnica muy importante para ense?ar en una sociedad cualquiera, para ser un hombre, 76 una mujer, un adulto, un trabajador o un padre? (71).4 Y es lo que el personaje de To?ita ense?a al estar sobre el escenario como directora de su propio destino, que las cosas se pueden lograr As? el teatro denominado en rebeld?a sirve como una fundamental herramienta educativa para el zapatismo y las comunidades ind?genas pues logra romper paradigmas, fomentar respeto y generar constantemente identidad, enaltecer la cultura ind?gena, determinar el valor de los seres humanos, instruir valores y principios, convocar a todos sus integrantes incluy?ndolos sin distinciones y servir como plataforma para expresar una democracia. De esta forma se le da especial valor a la aparici?n del promotor de educaci?n quien aparece en la puesta en escena para reforzar la idea presentada: el respeto a la mujer y la reflexi?n que To?ita aporta a esta nueva cultura. 4 Cita traducida por m? del libro Drama, metadrama, and perception: ?theater is still an important divice for teaching what it means, in a given society, to be a man, a woman, an adult, a worker, a parent? 77 CONCLUSIONES El an?lisis de las tres obras expuestas en esta tesis tienen como motivo el explicar el significado y la simbolog?a que tienen para las comunidades zapatistas los personajes que en ellas aparecen y las situaciones que les acontecen, para mostrar as? la polaridad en que estas colectividades han vivido y el presente en el que se encuentran. Esta comprensi?n de su realidad es presentada por medio del teatro, el que sirve como una herramienta educativa y arma pol?tica que escenifica, contextualiza y pone en perspectiva puntos de la historia, y sus caracter?sticas culturales como colectividad. Este teatro tambi?n tiene como finalidad el asimilar y mejorar continuamente las acciones a realizar en sus comunidades para lograr una mejor?a de la calidad de vida de sus habitantes, basada en la autonom?a. El prop?sito de La historia de la traici?n del General Emiliano Zapata es presentar al icono precursor del movimiento, explicar a sus habitantes lo que signific? para los sectores sociales desprotegidos y lo que representa en la historia de M?xico ?El Caudillo del Sur?. De esta manera se puede comprender la raz?n por la que es retomado como estandarte que fundamenta al movimiento zapatista de la actualidad. Hay que comprender que la historia de M?xico est? caracterizada por traiciones en las c?pulas del poder y la lucha constante entre opresores y oprimidos. Sin embargo, es m?s importante comprender que para la consecuci?n de un objetivo com?n y la resoluci?n de cualquier conflicto, es necesaria la participaci?n de todos los individuos y su involucramiento bajo una misma perspectiva. 78 En el Dr. Matasanos, mediante la creaci?n del personaje del m?dico, se da una respuesta sobre la necesidad de que las comunidades ind?genas sean aut?nomas. Estas comunidades consideradas como un sector social desprotegido, relegado y discriminado por la modernidad de M?xico mediante su autosuficiencia y autonom?a, podr?n acceder a todo lo que se les ha negado hist?ricamente y podr?n mantener y reforzar sus usos y costumbres. La situaci?n que expone el Dr. Matasanos sirve para redefinir la forma en que los servicios y los derechos de los habitantes de las comunidades ind?genas deben ser brindados y respetados de manera equitativa. En De quien se enamoran, los tres enamorados, la mujer proactiva con capacidad anal?tica y de alma rebelde es determinante para el desarrollo de las comunidades zapatistas y para la realizaci?n de su autonom?a por medio de su involucramiento e integraci?n a la comunidad. Por consiguiente, desempe?ara una funci?n igual a la del hombre, creando en estas comunidades una equidad de g?nero. La gama de valores y principios que la mujer proyecta penetran la cosmovisi?n de todos los integrantes de la comunidad, generando una mejor?a cultural. El personaje de To?ita y la aplicaci?n del metateatro en esta obra ubican a la mujer como parte activa de las comunidades. Exponiendo la conciencia de la mujer y el respeto del que ahora gozan y la percepci?n que se tiene del sexo femenino en las comunidades ind?genas. Por medio del teatro en rebeld?a se replantea su funci?n y se le determina como directora y dramaturga de sus acciones en las comunidades zapatistas. 79 A trav?s de la manera original y h?bil en que se estructura la trama en estas obras se identifican los rasgos caracter?sticos de las comunidades ind?genas zapatistas en cuanto a: a) La producci?n teatral. b) La forma en c?mo piensan y planean la creaci?n de sus discursos. c) La implementaci?n de elementos teatrales adecuados y adaptados a sus posibilidades, recursos, usos y costumbres. Estas piezas tambi?n recrean el pasado y eval?an el peso de la historia, las consecuencias y efectos que han generado en la poblaci?n y la forma en que esta poblaci?n est? estructurada hoy d?a. Se puede afirmar que estas obras proponen, a trav?s de los aspectos negativos de los personajes, la inversi?n del mensaje o discurso al momento en que este es abstra?do por el espectador, para comprender el lado positivo de la obra. Esto sirve como medio para crear una reflexi?n que se mantiene en la memoria de quien las observa, como si se tratara de una t?cnica de psicolog?a inversa, aprendiendo, comprendiendo y diferenciando lo malo de lo bueno. Las comunidades ind?genas que mantienen la identidad cultural de un pa?s y son la base de esta poblaci?n, en la actualidad utilizan al teatro como una forma de expresi?n, esparcimiento y recreaci?n, pero tambi?n de manera educativa. El teatro es una herramienta para mejorar culturalmente sus comunidades y es utilizada como un medio de comunicaci?n que tiene como funci?n resaltar la importancia del mantenimiento cultural de estas comunidades, transmitir mensajes que lleven a la reflexi?n mediante la retrospecci?n, para que as? estas comparen, refuercen y reestructuren su identidad y cultura. 80 Aunque al movimiento zapatista se le conozca por una sublevaci?n armada (1994), al d?a de hoy la ?nica arma que utiliza es la palabra, de ah? la importancia de utilizarla como elemento b?sico de su teatralidad. Este teatro creado en las comunidades zapatistas lo conceptualizo como teatro en rebeld?a pues mantiene la resistencia de un ideal que busca la din?mica social de sus integrantes, evita la pasividad y va en contra de la contemplaci?n. El teatro en rebeld?a lucha por encontrar opciones que den bienestar a su comunidad, transmitir conocimiento, sentido com?n y apele por reconocimiento de la dignidad de sus comunidades. Es as? que esta teatralidad puntualiza en retomar la funci?n del teatro prehisp?nico como una ritualidad, en donde las comunidades en que se represente se vuelvan participes de su mensaje y conviertan al espectador pasivo en actor activo, por ende reestructurando su visi?n y comprensi?n de la realidad. Para finalizar, me gustar?a expresar mi admiraci?n por la labor que este teatro en rebeld?a realiza para generar una armon?a en sus comunidades, aportando de manera significativa un cambio en la mentalidad y motivaciones de las comunidades ind?genas para conformar una sociedad din?mica, plural e inclusiva. El movimiento zapatista representa para m? un ideal en la forma de vivir. Es un movimiento que solo es comprensible al vivirlo desde su centro, el planteamiento de autonom?a y el ser part?cipe de ello, crea en todo aquel que tiene la oportunidad de vivirlo un cambio en su forma de ver la vida. Se aprende y crece como ser humano estando en contacto con esta forma de organizaci?n social y el valor que esta le da a la naturaleza, por medio del cual se capta la 81 esencia de las culturas mesoamericanas que luchan por persistir ante la evoluci?n del hombre y la modernidad. Ser?a un honor en un futuro pr?ximo ser espectadora en uno de los eventos culturales realizados en un caracol o en cualquier otra comunidad zapatista, de alguna pieza teatral en la cual sus personajes, los narradores y la gente en torno a este movimiento, no tengan que usar m?s un pasamonta?as como signo de rebeld?a o resistencia. Poder ser testigo que mediante esa pieza puedan expresar por fin, que la autonom?a por la que lucharon les ha dado la libertad, y afirme el lema zapatista: ?La tierra es de quien la trabaja?. As? mismo que cuenten con el reconocimiento y valor a sus creencias, usos y costumbres, as? como el respeto que les fue negado por m?s de cinco siglos. De esta manera podr?a ser yo part?cipe de que su resistencia mereci? la pena y testigo que este teatro en rebeld?a deje de ser teatro rebelde para convertirse en favor de un teatro en libertad. 82 Works Cited An?nimo. ?Historia de la traici?n al General Emiliano Zapata.? Unpublished play, 2009. An?nimo. ?Dr. Matasanos.? Unpublished play, 2009. An?nimo. ?Los tres enamorados.? Unpublished play, 2009. Argud?n, Yolanda. Historia de teatro en M?xico: desde los rituales prehisp?nicos hasta el arte dram?tico de nuestros d?as. M?xico: Panorama Editorial S.A., 1986. Print. Boasso, Fernando. "S?mbolo y mito." Comp. Graciela Maturo. Literatura y hermen?utica: estudios sobre la creaci?n literaria desde una perspectiva latinoamericana. Buenos Aires: Fernando Garc?a Cambeiro, 1986. 71- 108. Print. "Censo de 1990." Instituto Nacional de Estad?stica y Geograf?a. Gobierno Federal/ Presidencia de la Republica Mexicana. Web. Sept.-Oct. 2009. . Comisi?n de Educaci?n del Caracol IV de Morelia. 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