MARCOS ESPACIALES EN FORTUNATA Y JACINTA POR BENITO P?REZ GALD?S Except where reference is made to the work of others, the work described in this thesis is my own or was done in collaboration with my advisory committee. This thesis does not include proprietary or classified information. __________________________________ Daniela Raducanu Certificate of Approval: ___________________________ ____________________________ Patrick Greene Linda Glaze, Chair Assistant Professor Associate Professor Foreign Languages and Literature Foreign Languages and Literature ___________________________ ____________________________ Jana Guti?rrez Stephen L. McFarland Assistant Professor Acting Dean Foreign Languages and Literature Graduate School MARCOS ESPACIALES EN FORTUNATA Y JACINTA POR BENITO P?REZ GALD?S Daniela Raducanu A Thesis Submitted to the Graduate Faculty of Auburn University in Partial Fulfillment of the Requirements for the Degree of Master of Arts Auburn,Alabama August 7, 2006 iii MARCOS ESPACIALES EN FORTUNATA Y JACINTA POR BENITO P?REZ GALD?S Daniela Raducanu Permission is granted to Auburn University to make copies of this thesis at its discretion, upon request of individuals or institutions and at their expense. The author reserves all publication rights. ________________________ Signature of Author August 7, 2006 ________________________ Date of Graduation iv THESIS ABSTRACT MARCOS ESPACIALES EN FORTUNATA Y JACINTA POR BENITO P?REZ GALD?S Daniela Raducanu Master of Arts, August 7, 2006 (M.A. English, Auburn University, 2004) (B.A., University of Craiova, Romania, 2001) 89 Typed Pages Directed by Linda Glaze The purpose of the thesis is to explore the importance of spaces as seen through the perspective of the novel Fortunata y Jacinta, written by Benito P?rez Gald?s. What I propose is a study that focuses on a comparison between spaces constructed and determined by social behavior during the XIX century in Spain, seen through Gald?s?s novel. From the outset of the novel, Benito P?rez Gald?s portrays a realistic and critical representation of Spanish society and its social and gender divisions, by presenting the main characters in both public spaces such as well-known streets of Madrid and private settings such as interiors of houses. In order to analyze the symbolic importance of these spaces, in each chapter first I present different literary theories and discuss their relevance to the novel written by Gald?s. v The first chapter focuses on public spaces, using the theories of Steve Pile and Henry Lefebvre found in their studies The Body and the City: Psychoanalysis, Space and Subjectivity and respectively Writings on Cities, which emphasize the importance of the city, its buildings and streets in the lives of the persons living there. As an example in Fortunata y Jacinta I trace the image of Madrid and its presence as one of the most important elements in the development of the plot and its characters. The second chapter is dedicated to the analysis of interior spaces in general and of houses in particular, as well as the importance of women in connection with these spaces. The first part of the chapter examines the theory of Bachelard and his study The Poetics of Space in order to provide evidence that details within the house or an interior space can reveal psychological features of an individual or even of a society. The second part of this chapter portrays the image of women in Gald?s?s novel using the theory of Daphne Spain, which states that spatial integration can be seen as a route to higher status for women. In general all the women characters from Fortunata y Jacinta are described as confined within the interior of a building. When they desire or succeed in escaping, they lose their status in society. Through the comparison of different types of spaces, both public and private, within the environment of the XIX century Spanish society and Gald?s?s novel, I conclude that the extensive descriptions of public and private spaces play a vital role in the development of the main characters. vi Style manual or journal used: MLA Handbook for Writers of Research Papers. Modern Language Association of America; 6th Ed, 2003. Computer software used: Microsoft Word XP. vii SUMARIO INTRODUCCI?N 1 LA CIUDAD Y LA ESPACIALIDAD NARRATIVA 5 LOS ESPACIOS INTERIORES, 40 LAS CASAS Y SU IMPORTANCIA EN FORTUNATA Y JACINTA CONCLUSIONES 77 OBRAS CITADAS 80 OBRAS CONSULTADAS 82 1 INTRODUCCI?N Benito P?rez Gald?s es el novelista espa?ol del siglo XIX que mejor alcanza a describir una representaci?n fiel de la sociedad de su tiempo. Conocido como uno de los m?s importantes novelistas realistas, el autor encuentra inspiraci?n para sus personajes en la vida cotidiana y los detalles de sus cuadros virtuales vienen a confirmar este atributo de su escritura. Seg?n Gustavo Correa, no existe nada m?s importante para Gald?s que el m?todo de evidenciar las faltas o lo positivo de un sistema social que a trav?s de la imagen cotidiana: El imperio de lo cotidiano queda establecido, as?, en estas novelas como una de las dimensiones esenciales del mundo de la realidad que el novelista ha tratado de captar con la mayor exactitud. Esta compacta atm?sfera del vivir cotidiano constituye la textura misma de la creaci?n novel?stica dentro de la cual los personajes encuentran su suelo nutricio y a trav?s de la cual van surgiendo sus vidas con su individualidad caracter?stica. (58) Fortunata y Jacinta, una de las m?s extensas e importantes novelas de la literatura espa?ola del siglo XIX, se sit?a en este sentido entre los par?metros mencionados antes que evidencian rasgos de la sociedad a trav?s de una gran diversidad de personajes que 2 viven en el medio urbano espec?fico de una ciudad grand como Madrid. La novela cuenta la historia de la familia de Santa Cruz, de su ?nico hijo Juanito, llamado ir?nicamente por el autor el Delf?n, su matrimonio con Jacinta, una joven de una familia burguesa como ?l, y su historia y enga?o con Fortunata, una joven simple del pueblo. El intento de Gald?s es de evidenciar las diferencias sociales y econ?micas que existen entre estos dos lados de la sociedad espa?ola de la segunda mitad del siglo XIX, y el modo en que estas diferencias tienen consecuencias en el modo de vivir y en la comunicaci?n entre los miembros de la sociedad. Sus principales t?cnicas literarias para conseguir este intento son la iron?a y la descripci?n detallada, cuya ayuda logra evidenciar la psicolog?a de sus personajes e impl?citamente de los miembros de su sociedad antes mencionados. En su ensayo ?Fortunata y Jacinta,? Julio Rodr?guez Pu?rtolas describe la interdependencia que existe entre los personajes de la novela y las descripciones de la ciudad: Con tal material de melodrama construye Gald?s una de las novelas m?s extraordinarias de toda la literatura europea, de una exuberante riqueza en la creaci?n de personajes, en la flexibilidad de procedimientos narrativos, en la representaci?n de un ambiente urbano-Madrid-, en el cual los miembros de las diferentes clases sociales entran constantemente en relaciones de interdependencia con grados diversos de conciencia acerca de lo que les une y les separa, con un sutil control de las ideas y pasiones en conflicto, del papel de la Historia y de la clase social en el 3 comportamiento de los individuos, en la conformaci?n de las ideolog?as y, en fin, en la lucha cotidiana de todos por adaptarse o rechazar coherentemente el medio en que viven. (290) El prop?sito de esta t?sis es el de explorar y enfatizar la importancia de diferentes espacios urbanos, p?blicos o privados, entendidos a trav?s de Fortunata y Jacinta. Lo que propongo es un an?lisis que se enfoca en el espacio urbano en conexi?n con la vida de los individuos dentro de dicho espacio. Voy a tomar en consideraci?n tanto los elementos diferentes que componen la totalidad de este espacio urbano, como por ejemplo las casas o las calles, como una variedad de caracteres que representan los miembros de la sociedad y que no son tan representativos ni tienen tanto poder de sugesti?n en otras novelas de este tiempo. En el primer cap?tulo de la tesis, voy a referirme en primer lugar a la importancia del espacio p?blico de la ciudad de Madrid en particular y para conseguir esto voy a utilizar algunas de las teor?as de Steve Pile y Henry Lefebvre. Para comprender el desarrollo de los personajes de Fortunata y Jacinta, hay que examinar el espacio en que desenvuelve la acci?n. Aunque sus conceptos del an?lisis del espacio son diferentes, ambos escritores en sus respectivos libros, The Body and the City: Psychoanalysis, Space and Subjectivity, y Writings on the Cities, subrayan la importancia de la conexi?n entre el espacio de la ciudad y las personas que viven dentro de este espacio delimitado aparentemente en una visi?n de un lector acostumbrado con la imagen de una ciudad delimitada por edificios de una presencia imponente. El tema del segundo cap?tulo lo constituye la importancia de los espacios 4 interiores, y principalmente de la casa, el modo en que estos pueden influir o evidenciar rasgos psicol?gicos de los personajes o su situaci?n social, y la ubicaci?n de la figura de la mujer en estos espacios. El libro de Bachelard The Poetics of Space analiza en profundidad todos los aspectos de la importancia de las casas en la vida de un indiv?duo con ciertos aspectos que se puede encontrar en Fortunata y Jacinta. En la ?ltima parte del segundo cap?tulo, voy a analizar la importancia de la figura femenina en la novela de Gald?s. Empezando con el t?tulo mismo que deja el primer lugar a dos personajes femeninos, voy a realizar un an?lisis de la conexi?n entre estos caracteres y diferentes ?spatial institutions? en la novela, tales como la iglesia o el matrimonio mismo, que configuran ?gendered spaces? en la sociedad espa?ola del siglo XIX (Spain 11). Gendered Spaces de Daphne Spain explica este concepto de la divisi?n de los espacios seg?n el g?nero como consecuencia de la sociedad. Esta divisi?n se puede encontrar de modo concreto en todos los niveles de la sociedad espa?ola contempor?nea de Gald?s. Algunas de las preguntas m?s importantes a las cuales voy a intentar responder como consecuencia de mi investigaci?n son: ?Est? Gald?s m?s interesado en presentar en un modo realista la sociedad de su tiempo, o consisten sus intereses m?s en revelar la reacci?n o consecuencia de la influencia de estos espacios sobre sus personajes? ?Qu? tipo de espacios corresponden o son espec?ficos para cada personaje principal Fortunata, Jacinta o Juanito, seg?n su g?nero? ?C?mo se puede clasificar diferentes tipos de espacios en Fortunata y Jacinta, adem?s de lugares que est?n abiertos o cerrados, y c?mo influyen el comportamiento y el destino de los personajes principales? 5 LA CIUDAD Y LA ESPACIALIDAD NARRATIVA Of the several kinds of meaning which may attach to a building or townscape-concrete, functional, emotional, symbolic- it is the symbolic interpretations, rather than intrinsic spatial attributes, which are important in city personality or in the evaluation, choice and attachment to the ideal environment. ( qtd. in Pile: 211) Los dos cr?ticos, Steve Pile y Henry Lefebvre, abordan el tema del espacio desde puntos de vista diferentes que se hacen claros a lo largo de sus an?lisis en sus respectivas obras. The Body and the City: Psychoanalysis, Space and Subjectivity de Pile muestra un v?nculo m?s claro desde un punto de vista psicoanal?tico entre los espacios de la ciudad, el ?cuerpo?de la ciudad, y sus habitantes, mientras que Writings on the Cities de Lefebvre denota un comentario m?s general y se puede decir m?s descriptivo sobre la ciudad, incorporando tambi?n elementos del psicoan?lisis. La idea que Pile quiere enfatizar es que entre individuos diferentes existen diferencias en las experiencias de un espacio, no solamente desde un punto de vista social, sino personal, mientras que Lefebvre afirma que todas las personas tienen la misma experiencia de un espacio. Al final de su libro, Pile se refiere a las teor?as de Lefebvre en general y hace esta comparaci?n que puede resumir los dos lados opuestos de sus teor?as: ?In particular, Lefebvre assumes that everyone?s experiences of space are the same; instead, I will assume that similarities and differences are socially, personally and spatially constituted? (212). 6 Para continuar con la teor?a de Pile con referencia a estas semejanzas y diferencias, el autor configura esta idea a trav?s de la utilizaci?n del t?rmino ?personal geographies,? cuando ?all information is inspired, edited and distorted by feeling? (qtd. in Pile: 11). Pile no se refiere solamente a las diferencias de percepci?n entre hombres y mujeres de ciertos espacios y de la creaci?n de estas geograf?as personales, sino tambi?n a otros aspectos que pueden producir estas diferencias, como por ejemplo grupos sociales o otros grupos de personas que se dividen seg?n otros conceptos: ?there are also regularities shared by groups: territoriality-the ownership, division, and evaluation of space-also differs from group to group? (Pile 11). En Fortunata y Jacinta, Gald?s crea estas geograf?as personales a trav?s de sus personajes, pero en primer lugar, para crearlas, emplea el lenguaje para su novela y sus descripciones: ?this is organised through languages, which organises the world, just as it organises the words which seemingly describe the world? (Pile 11). El autor de Fortunata y Jacinta utiliza muchos detalles para describir las calles y los barrios madrile?os, lugares que se transforman finalmente en ?a structuring device? de la novela para utilizar el t?rmino que se encuentra en el art?culo de Geoffrey Ribbans ?Dos paseos de Fortunata por Madrid y su integraci?n dentro de la estructura de la novela? (qtd. in Ribbans: 740). Este aspecto de la importancia del modo en que el autor elige atentamente las palabras para sus oraciones va a ser analizado m?s tarde en este primer cap?tulo. Pile, que sigue a Freud, escribe tambi?n sobre la importancia de lo inconsciente que desempe?a un papel importante en el comportamiento de una persona. El espacio donde una persona vive puede organizar y reorganizar su vida, sus pensamientos y su actitud frente a la vida y a la sociedad: ?Psychoanalysis and geography share an interest: 7 it has long been a concern of geographers to discover the terrae incognitae of people?s hearts and mind? (Pile 9). En particular, la influencia de las caracter?sticas de la infancia de una persona puede jugar un papel importante en el desarrollo de un individuo: ?We are all captives of our own personal histories? (Pile 11). M?s tarde en esta t?sis se puede encontrar ejemplos concretos de esta teor?a en la evoluci?n de algunos personajes de la novela de Gald?s. El lector puede encontrar en el segundo cap?tulo de The Body and the City, titulado ?Environment, Behaviour, Mind,? una idea que se puede evidenciar m?s tarde en la discusi?n de Fortunata y Jacinta, espec?ficamente la conexi?n entre un espacio abierto, como una gran ciudad por ejemplo, su entendimiento por una persona y como consecuencia el modo en que esta persona se comporta: An interest in overt spatial behavior led some geographers to consider the ways in which people understood-or perceived ?their environments. They argued that man?s vague questioning brought about specific answers, and it was on this specific understanding of the world around them that men acted. The place to look for an explanation of spatial behaviour, following this line of argument, was not in the physicality of geography but in the mental pictures that men developed of the world around them. (Pile 19) Se refleja esta idea en Fortunata y Jacinta, espec?ficamente en la descripci?n del cambio de la ciudad de Madrid a lo largo de los a?os, transformaci?n que tiene lugar no solamente en la fisionom?a de la ciudad pero tambi?n en el modo de percepci?n de sus marcos espaciales por diferentes personajes. Estos personajes forman en su mente diferentes ?behavioural geographies? que dictan su comportamiento. Este aspecto va a ser 8 analizado m?s, tanto en la segunda parte de este cap?tulo como en el ?ltimo cap?tulo de la tesis. Siguiendo esta idea, Pile observa que los individuos responden a trav?s de su comportamiento y de sus pensamientos en concordancia con el modo en que ellos perciben el medio donde viven: ?clearly human beings respond to their perceived environment, but their interpretations of their surrounding environments are subject to other ?functions? and ?factors?? (42). En este sentido, el cr?tico enfoca mucho de su an?lisis sobre el modo en que las mujeres y los hombres perciben en un modo diferente el medio donde viven: ?there are differences between the ways in which men and women perceive the environment? (50). Podemos encontrar una directa correlaci?n entre esta idea y algunas mentalidades existentes en Fortunata y Jacinta, mentalidades que consideran ver?dica la diferencia entre personas seg?n el g?nero. Para Pile existe una distinci?n entre ?the perceived environment ?in which actual behavior was rooted-and the physical environment. From this perspective, space has a dual character, as an ?objective environment? and as a ?subjective environment?. It is important to note that the perceived, or behavioural, environment is learned ? and this valorized, and continues to valorize, the learning experiences and spatial awareness of children? (23). El autor de The Body and the City empieza el tercer cap?tulo, ?In the city: state of mind and body,? con la cita que se encuentra al principio de este cap?tulo y las ideas expresadas concuerdan con la t?cnica narrativa de Gald?s: pintar un cuadro realista de su sociedad a trav?s de los marcos espaciales de Madrid. La cita de Pile subraya la importancia de prestar atenci?n a la multitud de significaciones que se puede asociar con un edificio, y especialmente a sus atributos intr?nsecos que denotan su personalidad. 9 En este cap?tulo, Pile destaca la importancia de ciertos espacios de una ciudad, como los monumentos por ejemplo, y su poder de influenciar ciertos aspectos de la sociedad: ?Although monuments are contrasted to the production of capitalist space and although they are designated as poetic spaces, they are nevertheless also thoroughly infused with power relations? (212). Esto es tambi?n el resultado cuando Gald?s describe diferentes calles, monumentos o edificios de Madrid: evidenciar el modo en que ciertos marcos espaciales pertenecen a ciertas clases sociales y como muchas veces son influ?das por tales elementos espaciales. Como he mencionado antes en el principio de este cap?tulo, otra visi?n del espacio urbano se puede encontrar en el libro de Henri Lefebvre, Writings on the Cities. El autor comenta la relaci?n entre la ciudad y la sociedad en su totalidad y como cada uno de estos dos elementos puede cambiar cuando el otro se transforma: ?The city always had relations with society as a a whole, with its constituting elements and with its history. It changes when society as a whole changes. Yet, the city?s transformations are not the passive outcomes of changes in the social whole. The city also depends as essentially on relations of immediacy, of direct relations between persons and groups which make up society (families, organized bodies, crafts and guilds, etc.)? (Lefebvre 101). Este aspecto de la ciudad se puede encontrar reflejado en Fortunata y Jacinta, especialmente en el modo en que Gald?s describe el desarrollo paralelo de los barrios de Madrid, de su historia y la historia de diferentes familias burguesas importantes. Lefebvre se refiere a la ciudad como ?oeuvre, closer to a work of art than to a simple material product. If there is production of the city, and social relations in the city, it is a production and reproduction of human beings by human beings, rather than a 10 production of objects. The city has a history; it is the work of a history, that is, of clearly defined people and groups who accomplish this oeuvre, in historical conditions? (101). Lefebvre introduce la diferencia entre el concepto de la ciudad, ?a present and immediate reality, a practico-material and architectural fact,?(110) y de urbanizaci?n ?a social reality made up of relations which are to be conceived of, constructed or reconstructed by thought? (110), una distinci?n que se puede ver claramente en Fortunata y Jacinta. En este contexto de la urbanizaci?n, Lefebvre encuentra muy dif?cil pero imperiosa la acci?n de leer la ciudad y su idioma simb?lico: ?It is this difficulty upon which one must now insist, that of conceiving the city as a semantic system, semiotic or semiological system arising from linguistic, urban language or urban reality considered as grouping of signs? (108). Con sus descripciones detalladas, Gald?s ayuda al lector a encontrar estos s?mbolos en la ciudad de Madrid y de poder leer pr?cticamente su historia y de descubrir su sociedad a trav?s de sus calles y barrios. Seg?n la opini?n de Lefebvre, no es suficiente leer un libro sobre la historia de una ciudad o ver im?genes de sus monumentos, es necesario conocer algo sobre lo que define esta ciudad, sobre la urbanizaci?n, la relaci?n entre los miembros de la sociedad y como se relacionan con el ?cuerpo? propio, simb?lico de la ciudad: To write on this writing or language, to elaborate the metalanguage of the city is not to know the city and the urban. The context, what is below the text to decipher (daily life, immediate relations the unconscious of the urban, what is little said and of which even less is written), hides itself in the inhabited spaces ?sexual and family life- and rarely confronts itself, and what is above this urban text (institutions, ideologies), cannot be 11 neglected in the deciphering. A book is not enough. (108) Lefebvre analiza y divide atentamente diferentes niveles de la significaci?n de la ciudad en t?rminos del idioma o de la escritura misma de una ciudad: There is the utterance of the city: what happens and takes place in the streets, in the squares, in the voids, what is said there. There is the language of the city: particularities specific to each city which are expressed in discourses, gestures, clothing, in the words and use of words by the inhabitants. There are urban languages, which one can consider as language of connotations, a secondary system and derived within the denotative system (to use here Hjemslec and Greima?s terminology). Finally, there is the writing of the city: what is inscribed and prescribed on its walls, in the layout of places and their linkages, in brief, the use of time in the city by its inhabitants. (115) Fortunata y Jacinta es probablemente una de las mejores novelas donde podemos encontrar y analizar en profundidad todas estas teor?as y divisiones de la ciudad y su lenguaje. En su art?culo ?The City as Design for the Novel; Madrid in Fortunata y Jacinta,? Farris Anderson subraya el hecho de que para demostrar la gran variedad de temas y s?mbolos que se puede evidenciar con respecto a la ciudad y Madrid especialmente, Gald?s ?makes 710 passing references to the streets, plazas, and neighborhoods of Madrid, and to buildings, institutions, and commercial establishments whose location in the city can be identified? (85). Gald?s construye su novela a trav?s de sus personajes y ciertos marcos espaciales que influyen el desarrollo de estos caracteres en un nivel personal tanto como en un nivel 12 colectivo de la sociedad espa?ola de la segunda mitad del siglo XIX. El espacio de la ciudad se convierte en ?metaphor of the novel?s human drama, in that it provides a spatialization of the human conflicts and their resolution? (Anderson 86). La ciudad es un testimonio en la novela y al mismo tiempo adquiere ?coherence and clarity, and is elevated from the role of background to that of organizer of the character?s experiences? (Anderson 86). A lo largo de las primeras p?ginas de la novela, la t?cnica narrativa del autor de transformar a Madrid en un personaje en s? mismo, no es muy visible, sino al contrario. La novela empieza con un enfoque sobre la personalidad y vida de Juanito Santa Cruz, empleando una t?cnica narrativa que recuerda un estilo indirecto, evitando en este modo una contradicci?n de las informaciones que el autor parece tener sobre su personaje: ?Las noticias m?s remotas que tengo de la persona que lleva este nombre me las ha dado Jacinto Mar?a Villalonga? (Gald?s 73). La novela parece seguir el destino de Juanito, de las personas que tienen conexi?n con su vida y su familia. A trav?s de las descripciones minuciosas de los lugares que han tenido un impacto importante en el desarrollo econ?mico o social de Madrid, como por ejemplo la calle de Atocha, importante para el comercio antiguo, la calle de Toledo, las numerosas iglesias como la iglesia de Santa Cruz y como ?ltimo ejemplo la plaza Mayor, el lector puede darse cuenta de que la verdadera intenci?n del autor no es necesariamente seguir el destino de cierto personaje en particular, sino de trazar un cuadro realista de su sociedad contempor?nea, cuadro que no se puede realizar sin evidenciar las conexiones inherentes entre la ciudad y sus habitantes. 13 Pedro Ortiz Armegnol aprecia en su libro Apuntaciones para Fortunata y Jacinta el hecho de que Madrid, ?la ciudad de todos? (56), es el principal espacio geogr?fico donde el autor coloca a sus personajes, y sus barrios y calles evocan no solamente la historia de un pa?s y de su gente, sino, lo que es m?s importante, definen ciertos tipos de personajes como la fam?lia Santa Cruz, ahora a la tercera generaci?n de comerciantes enriquecidos en el comercio de pa?os, Estupi?a, personaje que vive en los dos mundos de la burgues?a y de la clase baja, pero que tiene m?s el papel de criado de la familia antes mencionada y Fortunata, representante del pueblo. A la capital se puede a?adir otros lugares como Barcelona, Sevilla, Toledo, Valencia, C?diz, de menor importancia, pero que vienen a completar la imagen creada por P?rez-Gald?s sobre la importancia de la conexi?n entre la ciudad y sus habitantes. Gald?s nos ofrece una imagen personificada de un Madrid lleno de vitalidad, que nunca cesa de influenciar a sus habitantes con su energ?a simb?lica. El siguiente ejemplo es eficaz en para mostrar el car?cter de la ciudad de Madrid: Erales dif?cil a las tres mujeres andar prisa, por la mucha gente que ven?a calle abajo, caminando presurosa con la querencia del hogar pr?ximo. Los obreros llevaban el saquito con el jornal; las mujeres alg?n comistrajo reci?n comprado; los chicos, con sus bufandas enroscadas en el cuello, cargaban rabeles, nacimientos de una tosquedad prehist?rica o tambores que ya iban bien baqueteados antes de llegar a casa. Las ni?as iban en grupo de dos o tres, envuelta la cabeza en toquillas, charlando cada una por siete. Cu?l llevaba una botella de vino, cu?l el jarrito con leche de almendra; otras sal?an de las tiendas de comestibles dando brincos o se 14 paraban a ver los puestos de panderetas, d?ndoles con disimulo un par de golpecitos para que sonaran. En los puestos de pescado los maragotos limpiaban los besugos, arrojando las escamas sobre los transe?ntes, mientras un ganap?n vestido con los calzonazos negros y el mandil verde rayado berreaba fuera de la puerta:<< Al vivo de hoy, al vivito!>> ...Enorme farol?n con los cristales muy limpios alumbraba las pilas de lenguados y pajeles, y las nacastas de almejas. En las carnicer?as sonaban los machetazos con sorda trepidaci?n, y los platillos de las pesas, subiendo y bajando sin cesar, hac?an contra el m?rmol del mostrador los ruidos m?s extra?os, notas de misteriosa alegr?a. (Gald?s 420) Es un retrato verdadero de Madrid, realista, tal como la t?cnica narrativa de Gald?s muestra en otros ejemplos de la novela la ?cualidad del Madrid novelesco como un centro de actividad y de vida humana? (L?pez-Landy 103). El primer elemento caracter?stico de esta ciudad que se puede observar en la descripci?n anterior es la agitaci?n en las calles llenas de vida. Es una imagen espec?fica de la vida madrile?a que incorpora un aspecto sumamente importante en Fortunata y Jacinta: el comercio. Esta descripci?n representa una introspecci?n en la vida diaria de la gente com?n de Madrid y al nivel de la novela se convierte en la t?cnica narrativa de Gald?s de representar exactamente como una fotograf?a la verdadera imagen de la vida durante su tiempo. En su art?culo ?La casa como n?cleo estructurador del espacio urbano en la novela del siglo XIX: Fortunata y Jacinta de B. P?rez-Gald?s y La febre d?or de N.Oller,? Arroyo Almaraz analiza el impacto que tiene la ciudad, los ?contextos madrile?os y barceloneses? (18), sobre representantes de la burgues?a como los Santa 15 Cruz, por ejemplo. Seg?n Arroyo Almaraz, se puede decir que la ciudad en general se encuentra estructurada en dos ?mbitos: un espacio de la privacidad, que se encuentra dentro de la casa y cuya importancia voy a enfatizar y analizar en el pr?ximo cap?tulo, y un espacio p?blico, representado por los barrios y las calles de una ciudad (18). En el sentido de la subjetividad del espacio que se puede entender a trav?s de diferentes factores, la acc?on en gran parte en Fortunata y Jacinta se desarrolla en un espacio cerca de la Plaza Mayor, que en un sentido se transforma en un personaje. El autor transforma este marco espacial de Madrid en un lugar geogr?fico personal para hacer una radiograf?a de la sociedad madrile?a de su tiempo. La Plaza Mayor se convierte en el centro de la novela, mientras que otro lugar importante, la Puerta del Sol, es el centro activo de la ciudad de Madrid. La Puerta del Sol aparece varias veces en la novela, como por ejemplo en conexi?n con Juanito como el lugar donde pasaba su tiempo libre antes de casarse o cuando el autor menciona los caf?s de la ciudad, y representa el centro de Madrid, con la fuente circular en el centro. En contraste con las calles estrechas de Madrid, se puede destacar el espacio abierto de la Plaza Mayor, donde se encuentran al mismo tiempo todos los contrastes sociales y econ?micos de Madrid y de Espa?a, el contraste entre el espacio aparentemente abierto de Madrid y de la Puerta del Sol, y la visi?n del encierro en la novela en la imagen del convento, del manicomio o de un peque?o cuarto o ?tico: ?El escenario m?s importante es la Plaza Mayor de Madrid, terreno de juego para la lucha que va a tener lugar. En el flanco este de la Plaza est? el barrio que dominaba la iglesia de Santa Cruz, en la plazuela de este nombre? (Ortiz Armegnol 57). Al mismo tiempo, la Plaza participa en un modo directo en acentuar este contraste de clases sociales y econ?micas y, aunque no constituye exactamente el centro 16 geogr?fico de la ciudad de Madrid, el lector puede imaginarse este lugar con las calles que empiezan de este centro, como un sol con sus rayos de luz: ?La Plaza es el espacio en que chocan aquellos mundos y ella participa en el choque con su propia historia cambiante? (qtd. in Anderson: 90). Tambi?n, ?it is also central to the spatial organization of nineteenth-century Madrid. It is not the city?s exact geographic center, but it is a major hub from which the city?s streets and activities radiate? (Anderson 90). La primera menci?n importate de la Plaza Mayor se hace en conexi?n con un personaje importante de la novela, pero al mismo tiempo extra?o, Estupi?a, que ?ten?a un vicio hereditario y cr?nico: era la conversaci?n? (Gald?s 144). El participa en numerosas tertulias, al principio en la casa de Arn?iz, y despu?s en la ?tienda de bayetas y pa?os del Reino que estableci? en la Plaza Mayor, junto a la Panader?a. No puso dependientes, porque la cortedad del negocio no lo consent?a; pero su tertulia fue la m?s animada y dicharachera de todo el barrio? (Gald?s 143). En un modo simb?lico se puede trazar una correlaci?n entre Estupi?a y su ?vicio? para la conversaci?n y la Plaza Mayor, que se convierte en un lugar del debate que va a aparecer muchas veces a lo largo de la novela, en situaciones que pueden ser consideradas pol?micas para el lector. Es interesante el aspecto de elegir a Estupi?a como el primer personaje que presenta en un sentido la importancia de la Plaza Mayor, porque ?l es tambi?n la persona que es un testigo de la historia de Madrid: ?Para completar su erudici?n ocular, hablaba del aspecto que presentaba Madrid el 1.? de septiembre de 1840, como si fuera cosa de la semana pasada. Hab?a visto morir a Canterac; ajusticiar a Merino, ?nada menos que sobre el propio pat?bulo?, por ser el hermano de la Paz y Caridad. [. . .] La historia que Estupi?a sab?a estaba escrita en los balcones? (Gald?s 142). 17 Gald?s conceptualiza su novela y especialmente a sus personajes en conexi?n directa con las ciudades, particularmente con Madrid, donde se desarrolla la acci?n. En este sentido, el autor coloca a sus personajes en diferentes lugares de la ciudad, por ejemplo dentro de la Plaza Mayor, separando as? el mundo de la burgues?a de otras clases sociales. Un an?lisis de la importancia de esta arquitectura simb?lica del autor se puede encontrar en el libro de Ortiz Armegnol: En la Introducci?n tratamos de explicar el dise?o de Gald?s al situar en un flanco de la Plaza al elemento popular-Fortunata y los suyos- y al otro el mundo burgu?s de los Santa Cruz, Arna?z, Cordero, Moreno-Isla y otros. En un punto intermedio, pero desplazado y marginal, la clase media baja rozando con lo artesanal o sea la familia Rub?n. Alrededor de la Plaza est?n puestas estas tres fuerzas y como eje de la novela figura Fortunata, surgida de la planta baja de una de las casas de su sector, muchacha que vive toda su vida alterada y regresa al punto de partida, pero no al de origen sino a un plano superior cuando queda ?angelizada?. Ese es el n?cleo o yema central de la novela. (187) Todas estas menciones de la Plaza Mayor denotan la idea de una plaza como centro activo de la ciudad. En el mundo de la novela de Gald?s, su forma simb?lica puede representar tanto el trayecto de Fortunata de regreso a su origen de partida, como otras diferentes situaciones en la trama de la novela que tienen la forma de un c?rculo y que denotan la repetici?n en el ciclo de una vida. La importancia de estos dos s?mbolos, la Plaza Mayor y la Puerta del Sol, no aparece inmediatamente desde el principio de la novela. Primero, el autor presenta la 18 historia de las familias de Arna?z y Santa Cruz, y especialmente su importancia en los asuntos del comercio madrile?o: ?Santa Cruz, Bringas y Arn?iz el gordo, monopolizaban toda la pa?er?a de Madrid y surt?an a los tenderos de la calle de Atocha, de la Cruz y Toledo? (Gald?s 94). La susodicha calle de Atocha es una ?extensa v?a que un?a el centro de Madrid con el Monasterio de Atocha, en la salida hacia Valencia? (Ortiz Armengol 122). Podemos encontrar aqu? la conexi?n simb?lica entre el centro de Madrid, el lugar de toda la vida social y econ?mica, con un monasterio, lugar de redenci?n, dos polos opuestos de lo que significa la vida de una ciudad. Gald?s empieza pr?cticamente al incorporar elementos de la ciudad en su narrativa una vez que comienza a revelar al lector la historia de la familia Santa Cruz. El lugar de nacimiento de Barbarita Arn?iz, la madre de Juanito, considerado el ?ri?on de Madrid? (Gald?s 237), est? situado en la calle de Postas, ?una de las v?as urbanas m?s << galdosianas>>de Madrid, [. . .] que figura en el barrio de los comercios prestigiosos desde antiguo hasta bien entrado el siglo XX? (Ortiz Armegnol 131). La teor?a de Pile sobre las geograf?as personales ilumina en este instante dos rasgos e intenciones de esta descripci?n de Gald?s. La primera se convierte en el espacio personal de Barbarita en este rinc?n de Madrid, seg?n la siguiente descripci?n del lugar que decidamente est? en directa conexi?n con sus sentimientos para este barrio: ?Creci? Barbarita en una atm?sfera saturada de olor de s?ndalo, y las fragancias orientales, juntamente con los vivos colores de la pa?oler?a chinesca, dieron acento poderoso a las impresiones de su ni?ez? (Gald?s 100). El segundo aspecto de la descripci?n de la calle de Postas refleja otra perspectiva que quiere enfatizar al mismo tiempo la importancia de este lugar desde el punto de vista de un grupo social, los comerciantes madrile?os o la burgues?a. Gald?s 19 subraya el hecho de que las tradiciones e importancia de esta parte de Madrid se transmiten a sus inhabitantes, en este caso a Barbarita. Gald?s sigue con una descripci?n detallada de la red comercial de Madrid y en los detalles especificados se puede establecer el lugar importante ocupado por la familia Arn?iz. Para un lector familiarizado con la ciudad, el hecho de nombrar las calles importantes de Madrid en conexi?n con las dos familias de Arn?iz y Santa Cruz, les alcanza cierta fama a estos personajes enumerados: ?Las ni?as con quienes la de Arn?iz hac?a mejores amigas eran dos de su misma edad y vecinas de aquellos barrios, la una de la familia de Moreno, del due?o de la droguer?a de la calle de Carretas, la otra de Mu?oz, el comerciante de hierros de la calle de Tintoreros? (Gald?s 104). Ortiz Armegnol describe esta calle de Carretas como una calle vieja que sube desde la Puerta del Sol hasta la calle de Atocha y el hecho de que Gald?s recuerda la droguer?a de la familia Moreno en conexi?n con la familia conocida de Arn?iz, hace a uno pensar en la importancia de este lugar desde el punto de vista comercial. As?, el autor incita al lector a leer la ciudad y en este modo de encontrar relaciones entre las calles de la ciudad y sus habitantes, de analizar la urbanizaci?n de la ciudad con sus relaciones sociales constru?das por el pensamiento, tal como explicaba Lefebvre. Probablemente una de las conexiones m?s importantes y evidentes entre los personajes de la novela y a la vez de los habitantes de la ciudad de Madrid es la iglesia de Santa Cruz, un lugar edificador de la ciudad. La iglesia interviene en un modo simb?lico en el destino de los de Santa Cruz al principio de la novela. Despu?s de una confesi?n de Barbarita en esta iglesia, su madre trata de arreglar el casamiento con Baldomero, en un lugar donde es evidente la coincidencia de los nombres de la iglesia y la familia de Santa 20 Cruz. Finalmente esta iglesia se va a destruir m?s adelante en la novela, lo que puede ser un s?mbolo de la anticipaci?n de la destrucci?n moral de la familia de Santa Cruz a trav?s del comportamiento de Juanito. Al mismo tiempo, esta destrucci?n puede ser interpretada como una consecuencia del matrimonio arreglado entre Barbarita y Baldomero. Gald?s denuncia en este modo la costumbre de los matrimonios de conveniencia, beneficioso a la econom?a y el estatuto social de las dos familias. Finalmente, como simb?lico de esta destrucci?n de la ?poca, se subraya la importancia del fin de una ?poca en que el factor econ?mico ocupa el lugar m?s importante en todos los aspectos de una sociedad. Seg?n una historia breve de este edificio, escrita por Ortiz Armengol, la iglesia de Santa Cruz es una de las ?m?s antiguas y literaturizadas de Madrid,? (106) cuya construcci?n, incluso su torre, ha sido muchas veces en peligro a lo largo del tiempo. ?Gald?s menciona esta torre varias veces de un modo emotivo, desde sus inicios de escritor, y sus dos evocaciones en Fortunata y Jacinta-la amenaza del derribo y la pena de los madrile?os por verlo hacer-condensan recuerdos y valoraciones personales? (106). Gald?s traza la historia de la familia de don Juanito y como consecuencia de tantos detalles se?alados, este nombre de Santa Cruz se transforma en un testimonio al cambio econ?mico y socio-hist?rico de Madrid a trav?s de su negocio: ?Hab?a empezado el padre por la m?s humilde jerarqu?a comercial, y a fuerza de trabajo, constancia e orden, el hortera de 1796 ten?a, por los a?os del 10 al 15, uno de los m?s reputados establecimientos de la Corte en pa?er?a nacional y extranjera? (Gald?s 92). La asociaci?n entre apellido y lugar se revela ser m?s importante o al menos denota tener la misma importancia que entre apellido y fortuna: 21 Para que el progreso pusiera su mano en la obra de aquel hombre extraordinario, cuyo retrato, debido al pincel de don Vicente L?pez, hemos contemplado con satisfacci?n en la sala de sus ilustres descendientes, fue preciso que todo Madrid se transformase; que la desamortizaci?n edificara una ciudad nueva sobre los escombros de los conventos; que el marqu?s de Pontejos adecentase este lugar?n; que las reformas arancelarias del 49 y del 68 pusieran patas arriba todo el comercio madrile?o; que el grande ingenio de Salamanca idease los primeros ferrocarriles; que Madrid se colocase, por arte del vapor, a cuarenta horas de Par?s, y por fin, que hubiera muchas guerras y revoluciones y grandes trastornos en la riqueza individual. (Gald?s 124) Aqu?, se puede encontrar los conceptos de Pile de la actitud de la gente frente a una ciudad en transformaci?n y tambi?n al hecho de que los individuos responden a la percepci?n del medio que se puede aplicar al cambio de Madrid por ejemplo, pero sus interpretaciones son influenciadas por otras funciones y factores, como por ejemplo, en este caso el factor del comercio. La transformaci?n f?sica de Madrid implica tambi?n un cambiamento desde el punto de vista de la aparencia de sus habitantes y del ambiente de la ciudad. En este modo el medio social cambia y el lector puede ver todo en diferentes colores: ?Las galeras aceleradas iban trayendo a Madrid cada d?a con m?s presteza las novedades parisienes, y se apuntaba la invasi?n lenta y tir?nica de los medios colores, que pretenden ser signo de cultura. La sociedad espa?ola empezaba a presumir de seria; es decir, a vestirse l?gubremente, y el alegre imperio de los colorines se derrumbaba de un modo 22 indudable? (Gald?s 124). Uno de los personajes importantes en la novela que es al mismo tiempo un testimonio al cambio de Madrid es, como ya he mencionado antes, Estupi?a. Su car?cter vuelve a ser especialmente importante porque se convierte en una conexi?n entre la familia de Santa Cruz y su casa burguesa y Fortunata, representante de la clase social baja. Estupi?a vive en la Cava de San Miguel, lugar donde Juanito encuentra a Fortunata por primera vez. Este lugar de la Cava de San Miguel, junto con la Plaza Mayor, tiene un significado especial para el desarrollo de la novela porque ?this area is arguably the center of this novel, the location most endowed with symbolic significance, the place toward which the novel will strain for four volumes? (Anderson 89). Gald?s es muy espec?fico con respecto a este lugar y precisa tambi?n el n?mero de la casa: 11. Todas las interdependencias sociales se radican de esta casa: [It] forms a linkage between the Cava de San Miguel, with its working- class food vendors, and the Plaza Mayor. The Plaza Mayor, in turn, becomes an interface between the pueblo and the comfortable mercantile bourgeoisie. The pueblo and the pueblo-oriented small businesses occupy the west and southwest sides of the Plaza and surrounding streets, principally the Cava de San Miguel, Plazuela de Cuchilleros, and calle de Cuchilleros. The other side of the Plaza and the streets that extend east- ward to the Plaza de Pontejos are dominated by the comfortable bourgeoisie and the dry good business. (Anderson 90) En un modo simb?lico, Gald?s elige este espacio de la Cava de San Miguel como el lugar de encuentro para Juanito y Fortunata, dos representantes de diferentes lados de 23 la sociedad. En este sitio escondido que pertenece al mundo de Fortunata, una representante del pueblo, entra un representante de la burgues?a, Juanito, y tal como es el lugar, escondido, exactamente as? ser? su relaci?n. La inseguridad y la fragilidad de esta casa en particular y del lugar en general se trasladan a un plano superior en su relaci?n. Fortunata y Jacinta tiene como centro de su historia la ciudad de Madrid, pero esto no significa que la acci?n de la novela no puede cambiar de sitio de vez en cuando. El narrador quiere en este modo que el lector contraste el ambiente de Madrid con el de otros lugares y tambi?n el modo en que estos espacios influyen la acci?n. Durante su luna de miel, Juanito y Jacinta visitan varias ciudades y en cada lugar Jacinta siente una mezcla de sentimientos generados del entorno de la ciudad y de la actitud de su marido. El viaje empieza, tanto como sus nuevas vidas, en Burgos, a donde llegaron a las tres de la ma?ana, felices y locuaces, ri?ndose de todo, del fr?o y de la oscuridad. En el alma de Jacinta, no obstante, las alegr?as no exclu?an un cierto miedo, que a veces era terror. El ruido del ?mnibus sobre el desigual piso de las calles, la subida a la fonda por angosta escalera, el aposento y sus muebles de mal gusto, mezcla de desechos de ciudad y de lujos de aldea, aumentaron aquel fr?o invencible y aquella pavorosa expectaci?n que la hac?an estremecer. ?Y tant?simo como quer?a a su marido!... ?C?mo compaginar dos deseos tan diferentes; que su marido se apartase de ella y que estuviese cerca? (Gald?s 179) Evidentemente estos son los sentimientos de Jacinta, pero se puede decir que al mismo tiempo pertenecen a Juanito tambi?n, que busca de un modo establecer un tipo de estabilidad en su vida. Estos son tambi?n los momentos cuando Juanito empieza la 24 confesi?n sobre su relaci?n con Fortunata pero, como su viaje, es solamente el principio del camino. Desde Burgos, los dos contin?an su itinerario hasta Barcelona, donde la vida agitada de la ciudad influye a Jacinta a olvidar por algunos momentos del episodio de la confesi?n: En Barcelona estuvo Jacinta muy distra?da con la animaci?n y el fecundo bullicio de aquella gran colmena de hombres. Pasaron ratos muy dichosos visitando las soberbias f?bricas de Batll? y de Sert, y admirando sin cesar, de taller en taller, las maravillosas armas que ha discurrido el hombre para someter la Naturaleza. Durante tres d?as, la historia aquella del huevo crudo, la mujer seducida y la familia de insensatos que se amansaban con org?as, qued? completamente olvidada o perdida en un laberinto de m?quinas ruidosas y ahumadas, o en el triquitraque de los telares. (Gald?s 197) Barcelona tiene un efecto diferente sobre Jacinta que Madrid. De un modo simb?lico, Jacinta empieza a ser m?s madura y ver la vida desde otras perspectivas. Ella parece descubrir nuevas perspectivas sobre diferentes clases sociales que no conoc?a antes en Madrid: En aquella excursi?n por el campo instructivo de la industria, su generoso coraz?n se desbordaba en sentimientos filantr?picos, y su claro juicio sab?a mirar cara a cara los problemas sociales:<>. (Gald?s 197) En este caso se puede encontrar una de las antedichas teor?as de Pile seg?n la cual los individuos responden a la percepci?n del medio, pero sus interpretaciones son influenciadas por otros factores. Jacinta puede percibir la realidad social que encuentra en Barcelona pero al mismo tiempo su visi?n de esta realidad, en su subconsciencia, es una mezcla de sentimientos personales. Este paisaje que Juanito y Jacinta encuentran en la capital de Catalu?a es un ?paisaje complementario de todo lo que el novelista ha explicado previamente acerca del comercio madrile?o, alimentado de modo especial por la industria catalana; as? lo comprende la inteligente y sensible Jacinta? (Pu?rtolas 291). Despu?s de Barcelona, siguen C?rdoba, Cadiz, y en cada uno de estos lugares sigue tambi?n la confesi?n de Juanito que nunca tiene el coraje de revelar toda la verdad con respecto a Fortunata hasta el final de la excursi?n: Hija de mi alma, hay que ponerse en la realidad. Hay dos mundos, el que se ve y el que no se ve. La sociedad no se gobierna con las ideas puras. Buenos andar?amos...No soy tan culpable como aparece a primera vista; fijate bien. Las diferencias de educaci?n y de clase establecen siempre una gran diferencia de procederes en las relaciones humanas. Esto no lo dice el Dec?logo; lo dice la realidad. La conducta social tiene sus leyes que en ninguna parte est?n escritas; pero que se sienten y no se pueden conculcar. Faltas comet?, ?qui?n lo duda?, pero imag?nate que hubiera seguido entre aquella gente, que hubiera cumplido mis compromisos con la Pitusa. (Gald?s 225) 26 Como lo explica Juanito, hay dos lados de la sociedad, las reglas concretas y el lado menos visible, y estos lados se pueden encontrar en el espacio de la ciudad que contiene representantes para ambos. Ya hemos visto que durante su luna de miel, Jacinta ha descubierto la existencia de la figura de Fortunata en la consciencia de su marido. Cada uno de los lugares que ellos visitan tiene un significado aparte para caracterizar diferentes fases en la vida o relaci?n de Fortunata, Juanito y Jacinta. Barcelona es un lugar cosmopolita, internacional, muy abierto a nuevas ideas. Valencia y Sevilla tienen una influencia ?rabe en su desarrollo. Se puede observar en este modo la idea de una influencia exterior en la vida de una naci?n. Adaptando esta situaci?n a la novela de Gald?s, en un modo particular, se puede ver esta influencia exterior en el matrimonio de Juanito y Jacinta. En realidad, se puede hablar de dos influencias: una de Barbarita y otra de Fortunata. Aunque diferentes, las dos vienen a cambiar el car?cter no muy constante desde el punto de vista de sus emociones, de un hombre que no sabe todav?a lo que quiere en la vida. Barbarita quiere que Juanito se case con Jacinta e insiste en que lo haga, pero Juanito no tiene la madurez necesaria para tomar una decisi?n: Por eso Juanito no s?lo lo dec?a, sino que parec?a como que pensaba, y?ndose a pasear solo por aquellos pe?ascales, y se enga?aba a s? mismo dici?ndose: ?? qu? pensativo estoy!? Porque estas cosas son muy serias, ?vaya! y hay que revolverlas mucho en el mag?n. Lo que hac?a el muy farsante era saborear de antemano lo que se le aproximaba y ver de qu? manera dec?a a su madre con el aire m?s grave y filos?fico del mundo: ?Mam?, he meditado profund?simamente sobre este problema, pensando 27 con escr?pulo las ventajas y los inconvenientes, y la verdad, aunque el caos tiene sus m?s y sus menos, aqu? me tiene usted dispuesto a complacerla?. (Gald?s 173) Al final Juanito se casa con Jacinta no porque la quiera de verdad, sino porque para ?l es importante la decisi?n de su madre y al mismo tiempo guardar su lugar e imagen en la sociedad como una persona seria. Seg?n Kay Engler en su tesis The Structure of Realism: The Novelas contemporaneas of Benito Galdos, en este ejemplo de la novela cuando se describen los pensamientos interiores y actitudes de un personaje, en este caso de Juanito, el lector encuentra otro tipo de espacio, el de la conciencia de los personajes: The narrative is focused exclusively on a single character?s mind and the narrative is interiorized. In passages of interiorized narration, narrator and reader stand together at the center of the experience, the individual character?s consciousness. At this level individual consciousness is the world of the novel. Everything has been drawn into it. Whereas in immediate narration exterior reality is perceived only indirectly, as reflected in the character?s consciousness, and both interior and exterior reality are experienced directly, by narrator, reader and character together. (Engler 128) Esta t?cnica de utilizar, analizar y revelar la conciencia de un personaje permite al lector de tener diferentes oportunidades para explorar espacios y lados de la acci?n, seg?n su experiencia, en la novela que en otro modo no pueden ser accesibles: In spite of the fact that in these passages exterior space seems to have 28 disappeared or is drawn into the narrow space of the character?s mind, the spatial dimensions of the novel are not reduced, but rather are enormously expanded. Ordinary temporal and spatial dimensions simply do not apply here. The character, in his mind, may move at will from past to present to future, from ?reality? to ?fantasy?, from the depths of despair and fear to the heights of hope. (Engler 128) Despu?s de seguir la trayectoria del viaje donde el lector puede cambiar de impresiones con respecto a otras ciudades, el autor lleva de nuevo la acci?n a Madrid, esta vez en la propia casa de los de Santa Cruz, en la calle de Pontejos. Aqu? ?Gald?s nos trae los ru?dos de la plazuela-inclu?do el <> tan sonoro-y los olores- el <> y-cubri?ndolo todo-<>? (Ortiz Armengol 224). Aunque esta calle es una parte de la ciudad que se asocia normalmente con la burgues?a, Gald?s la asocia en una conversaci?n con la idea del asilo de Guillermina y con la imagen del encierro de las Micaelas. Estos lugares van a ser importantes en el desarrollo de la novela y van a ser analizados especialmente en conexi?n con las figuras femeninas en la novela, en el pr?ximo cap?tulo de esta tesis. Gald?s utiliza muchos detalles para describir la incursi?n de Jacinta en las calles de Madrid y especialmente en el episodio en que ella busca el supuesto hijo de Fortunata y Juanito en un barrio de Madrid, y describe un mundo pintoresco pero diferente y casi desconocido para ella que empieza en la calle de Toledo. Esta calle de Toledo era una ?v?a importante que un?a el viejo Madrid con la salida hacia el sur de la pen?nsula, y que figura tanto en la obra de Gald?s, y en esta novela en particular, que casi adquiere 29 cualidad de personaje? (Ortiz Armengol 123). Lo que hace el autor de Fortunata y Jacinta en la descripci?n de este barrio de Madrid, es leer la ciudad a trav?s de uno de sus espacios m?s populares, espec?ficos. Se nos presenta como un espect?culo, una pel?cula que se desarrolla ante nuestros ojos: Recib?a tan s?lo la imagen borrosa de los objetos diversos que iban pasando, y lo digo as?, porque era como si ella estuviese parada y la pintoresca v?a se corriese delante de ella como un tel?n. En aquel tel?n hab?a racimos de d?tiles colgados de una percha; puntillas blancas que ca?an de un palo largo, en ondas, como los v?tagos de una trepadora, pelmazos de higos pasados, en bloques, turr?n en trozos como sillares que parec?an acabados de traer de una cantera; aceitunas en barriles rezumados; una mujer puesta sobre una silla y delante de una jaula, mostrando dos pajarillos amaestrados, y luego montones de oro, naranjas en seretas o hacinadas en el arroyo. El suelo intransitable pon?a obst?culos sin fin, pilas de c?ntaros y vasijas, ante los pies del gent?o presuroso, y la vibraci?n de los adoquines al paso de los carros parec?a hacer bailar a personas y cacharros. Hombres con sartas de pa?uelos de diferentes colores se pon?an delante del transe?nte como si fueran capearlo. Mujeres chillonas taladraban el o?do con pregones enf?ticos, acosando al p?blico y poni?ndole en la alternativa de comprar o morir. Jacinta ve?a las piezas de tela desenvueltas en ondas a lo largo de todas las paredes, percales azules, rojos y verdes, tendidos de puerta en puerta. (Gald?s 323) 30 El ambiente de la ciudad, descrita en un modo realista pero al mismo tiempo lleno de colores, parece ayudar a Jacinta a escapar de un modo del encierro simb?lico de su vida y ver la vida a trav?s de otras perspectivas. El momento cuando ella quiere realizar su deseo de maternidad y no puede, Jacinta sale de su casa e impl?citamente busca el hijo que no puede tener, en este caso el Pitus?n, dentro del espacio de la ciudad, parte del pueblo. Gald?s contin?a pintando el cuadro de la sociedad madrile?a, en este caso con la presencia de diferentes representantes del ?bloque de poder madrile?o? (Pu?rtolas 290). En la cena de Navidad, exactamente despu?s de la b?squeda de Jacinta por las calles de Madrid se encuentran diferentes personajes en la casa de los ?opulento se?ores de Santa Cruz: estaba el marqu?s de Casa-Mu?oz, de la aristocracia monetaria, y un Alvarez de Toledo, hermano del duque de Gravelinas, de la aristocracia antigua, casado con un Trujillo? (Gald?s 433). Todas estas presencias de los diferentes poderes del estado vienen a completar el cuadro hecho antes en la calle de Toledo de la sociedad espa?ola. En este sentido a?ade otro modo de vivir para que el lector pueda comparar y contrastar e imaginarse de un modo realista la sociedad contempor?nea de Gald?s. Para Gald?s es importante representar todo lo que significa esta sociedad cuyos representantes se encuentran dentro del espacio delimitado de Madrid y especialmente trazar el modo en que la capital cambia de fisionom?a. Su cuadro completo de los elementos de la sociedad se contin?a con ?una oligarqu?a que aparece gr?ficamente representada en la cena de Navidad de 1873 celebrada en casa de los Santa Cruz, y en que participan el comercio, las finanzas, la banca, la industria, la prensa, las profesiones liberales, la administraci?n p?blica, el Ej?rcito y la Iglesia: una oligarqu?a de base 31 terrateniente y urbana, y que no carece de conexiones con el capital extranjero que penetra en el pa?s? (Pu?rtolas 291). En la segunda parte de la novela, aparece un nuevo barrio, un lugar opuesto a la calle de Toledo y a su perfume antiguo. Es el barrio de Chamber? que en aquel tiempo era un barrio nuevo del norte de la capital (Ortiz Armengol 211). Chamber? no es solamente diferente en este sentido de los barrios antiguos del sur de la capital, sino que su representaci?n lo hace sin?nimo con un encierro simb?lico. Con respecto al barrio de Chamber?, Farris Anderson dice que ?Gald?s presents Chamber? almost entirely in negative terms, as a place of exile and imprisonment that must and will be overcome in the subsequent movement back to the south. Chamber? is new, unseasoned, uncultured. It is populated by pushy, grasping people who have neither the naturalness of the working class nor the style of the affluent? (91). En esta segunda parte del libro, el autor nos presenta no solamente una nueva parte de la ciudad, Chamber?, sino otros personajes con quienes se relacionan de un modo simb?lico. A trav?s de Do?a Lupe y sus sentimientos, podemos ver la diferencia entre este lugar de Chamber? y la otra parte antigua de la ciudad. Lo econ?mico le ha influido a Do?a Lupe a mudar su casa en Chamber?. Seg?n Anderson ?[she] feels lonely and separated from the life of the city, and she spends long hours looking nostalgically through her balcony in search of human vitality in the streets below. Chamber??s numerous religious institutions are themselves exiles of a sort, having been driven to the north by the disentailments of the earlier part of the century? (Anderson 91). Un personaje que vive con do?a Lupe en este barrio de Chamber?, Maximiliano Rub?n, su sobrino, se enamora de Fortunata, pero ?l tiene muchos problemas personales y 32 no est? nunca seguro de s? mismo. Como Fortunata, ?l no tiene un lugar suyo, una casa donde puede vivir con Fortunata. En la forma que Gald?s utiliza este espacio recientemente creado, Maximiliano crea su ?personal geography? donde se puede sentir libre y crear un futuro con Fortunata. El encuentra en la calle diferentes s?mbolos que lo pueden ayudar a tener el coraje y confesar a su t?a el amor por Fortunata y su deseo de casarse con ella: ?Los faroles de la calle le parec?an astros, los transe?ntes excelentes personas, movidas de los mejores deseos y de sentimientos nobil?simos? (Gald?s 557). El lenguaje en esta parte de la novela parece utilizado por un prop?sito y en un modo diferente del que existe en la primera parte de Fortunata y Jacinta. Aqu?, con la ayuda de lenguaje muy directo, casi como un mandato, Maximiliano intenta describir para Fortunata un nuevo camino en su vida, donde ella puede dejar atr?s todo su pasado: Tu comportamiento decidir? de tu suerte-afirm? ?l-, y como tu comportamiento ha de ser bueno, porque tu alma tiene todos los resortes del bien, estamos al cabo de la calle. Yo pongo sobre tu cabeza la corona de mujer honrada; t? har?s porque no se te caiga y por llevarla dignamente. Lo pasado, pasado est?, y el arrepentimiento no deja ni rastro de mancha, pero ni rastro. Lo que diga el mundo no nos importe. ?Qu? es el mundo? F?jate bien y ver?s que no es nada, cuando no es la conciencia. (Gald?s 567) En un modo simb?lico, Maximiliano crea un nuevo mundo para Fortunata, esta geografia personal: ?organized through language, which organises the world, just as it organises the words which seemingly describe the world? (Pile 11). 33 En esta parte de la novela, se presentan dos lugares para personas solas. Adem?s, el edificio de las Micaelas que est? cerca del asilo de Guillermina parece al mismo tiempo un sitio para los desilusionados que no pueden encontrar la paz en la sociedad cerrada para ellas. Como he mencionado antes, el convento estaba situado en el barrio de Chamber? y de nuevo Gald?s describe en detalles no solamente el edificio, pero tambi?n todo lo que se encuentra cerca para dar la posibilidad al lector de encontrar diferentes s?mbolos y para describir una imagen completa del lugar respectivo: La planicie de Chamber?, desde los Pozos y Santa B?rbara hasta m? all? de Cuatro Caminos, es el sitio preferido de las ?rdenes nuevas. All? hemos visto levantarse el asilo de Guillermina Pacheco, la mujer constante y extraordinaria, y all? tambi?n la casa de las Micaelas. Estos edificios tienen cierto car?cter de improvisaci?n, y en todos, combinado la baratura con la prisa, se ha empleado el ladrillo al descubierto, con ciertos aires mud?jares y pegotes de g?tico a la francesa. Las iglesias afectan, en las fr?giles escayolas que las decoran interiormente, el estilo adamado con pretensiones de elegante de la bas?lica de Lourdes. Hay, pues, en ellas una impresi?n de aseo y arreglo que encanta la vista, y una deplorable manera arquitect?nica. La importaci?n de los nuevos estilos de piedad, como el del Sagrado Coraz?n, esas manadas de curas de babero expulsados de Francia, nos han tra?do una cosa buena, el aseo de los lugares destinados al culto; y una cosa mala, la perversi?n del gusto en la decoraci?n religiosa. (Gald?s 678) 34 A trav?s de esta descripci?n de los nuevos lugares constru?dos en este barrio de Chamber?, el autor parece criticar la superficialidad de estos ?nuevos estilos de piedad? (Galdos 678). Aunque no rechaza totalmente las ideas nuevas que vienen a infiltrarse en la vida cultural o social de Espa?a en general, representadas aqu? por el ejemplo de la arquitectura, Gald?s predica una selecci?n m?s rigurosa en la adopci?n de estos valores. Uno de los elementos que se destaca en la narrativa de Gald?s es su atenci?n para detalles y sus descripciones que pr?cticamente convierten los espacios descritos en nuevos lugares. Las p?ginas que describen el episodio del convento de las Micaelas es uno de los ejemplos m?s edificadores en este sentido: El caser?n que llamamos Las Micaelas estaba situado m?s arriba del de Guillermina, all? donde las ramificaciones de la poblaci?n aumentan en t?rminos de que es mucho m?s extenso el suelo bald?o que el edificado. Por algunos huecos del caser?o se ven horizontes esteparios y luminosos, tapias de cementerios coronadas de cipreses, esbeltas chimeneas de f?bricas como palmeras sin ramas, grandes extensiones de terreno m?s sembrado para pasto de las burras de leche y de las cabras. Las casas son bajas, como las de los pueblos, y hay algunas de corredor con habitaciones numeradas, cuyas puertas se ven por la medianer?a. (Gald?s 680) Las primeras palabras que se puede utilizar en conexi?n con esta descripci?n es ?paisaje desconsolado,? un lugar que parece tan remoto de una Madrid llena de vida. Las personas que vienen aqu? quieren encontrar esperanza y paz, pero los sentimientos inspirados son exactamente los contrarios: 35 ?Las Micaelas? no es el ?nico lugar de este tipo en Madrid: Hay en Madrid tres conventos destinados a la correci?n de mujeres. Dos de ellos est?n en la poblaci?n antigua, uno en la ampliaci?n del Norte, que es la zona predilecta de los nuevos institutos religiosos y de las comunidades expulsadas del centro por la incautaci?n revolucionaria de sus hist?ricas casas. En esta faja Norte son tantos los edificios religiosos que casi es dif?cil contarlos. Los hay para monjas reclusas, y para las religiosas que viven en comunicaci?n con el mundo y en batalla ruda con la miseria humana, en estas ?rdenes modernas derivadas de la de San Vicente de Pa?l, cuya mortificaci?n consiste en recoger ancianos, asistir enfermos o educar ni?os. Como por encanto hemos visto levantarse en aquella zona grandes pelmazos de ladrillo, de dudoso valor arquitect?nico, que manifiestan cu?n positiva es a?n la propaganda religiosa, y qu? resultados tan pr?cticos se obtienen del ahorro espiritual, o sea la limosna, cultivado por buena mano. Las Hermanitas de los Pobres, las Siervas de Mar?a y otras, tan apreciadas en Madrid por los positivos auxilios que prestan al vecindario, han labrado en esta zona sus casas con la prontitud de las obras de contrata. De institutos para cl?rigos s?lo hay uno, grand?n, vulgar y triste como un falansterio. Las Salesas Reales, arrojadas del convento que les hizo do?a B?rbara, tienen tambi?n domicilio nuevo, y otras monjas hist?ricas, las que recogieron y guardaron los huesos de don Pedro el Cruel, acampan all? sobre las alturas del barrio de Salamanca. (Gald?s 677-78) 36 Al principio de la cita anterior, Gald?s se refiere a la ciudad de Madrid en general cuando habla de los tres conventos destinados a la correcci?n de las mujeres. Dos de estos lugares se encuentran en la parte norte y m?s nueva de la ciudad. Uno puede pensar en lo simb?lico de este aspecto: la sociedad espa?ola y sus valores morales representados aqu? por estos espacios de los conventos, lugares espec?ficos de Madrid, tienen como principio la construcci?n de edificios de ?arrepentimiento.? Complementaria a la descripci?n anterior del lugar de las Micaelas, adem?s de pintar estos espacios de ?arrepentimiento,? la ?ltima presentaci?n de otros conventos incluye tambi?n el elemento humano, las personas que son responsables para la construcci?n de estos lugares. Ricardo L?pez-Landy en su libro El espacio novelesco en la obra de Gald?s, considera que ?la enumeraci?n de edificios religiosos (como en otras ocasiones la de familias y genealog?as) supone el planteamiento de un ?mbito cuyas peculiaridades concretas son reflejo del car?cter humano de una parte de la sociedad novelada? (118). Este es un instante cuando podemos pensar en la idea de Lefebvre de ?leer la ciudad,? descifrar ?the utterance of the city,? lo que pasa en las calles, o ?the language of the city.? El barrio de Las Micaelas es una parte nueva de la ciudad, pero ahora se hace parte de la estructura realista y simb?lica de Madrid e influye su actividad social. Al final de la segunda parte de la novela, la acci?n se concentra m?s en la trayectoria de Fortunata. Despu?s de salir de las Micaelas, antes de su boda, Fortunata va a vivir con Maxi en un apartamento en la calle de Sagunto. Es un peque?o cuarto en un apartamento cerca de su t?a y seg?n Ortiz Armengol, ?del texto de la novela se deduce que la casa de los c?nyuges Rub?n estaba orientada al norte? (365). Esta orientaci?n geogr?fica viene como una anticipaci?n del lugar donde Fortunata va a perder su vida y 37 tambi?n su inestabilidad en la vida, visto que ella oscila entre el Norte y el Sur de la ciudad, pero nunca puede encontrar la tranquilidad. Un episodio importante en la novela que marca un cambio en los sentimientos de Fortunata hacia su casamiento con Maximiliano y hacia su relaci?n con Juanito, es su camino por Madrid por la calle de Santa Engracia: Iba despacio por la calle de Santa Engracia y se detuvo un instante en una tienda a comprar d?tiles, que le gustaban mucho. Siguiendo luego su vagabundo camino, saboreaba el placer ?ntimo de la libertad, de estar sola y suelta siquiera poco tiempo. La idea de poder ir a donde gustase la excitaba haciendo circular su sangre con m?s viveza. Trad?jose esta disposici?n de ?nimo en un sentimiento filantr?pico, pues toda la calderilla que ten?a la iba dando a los pobres que encontraba, que no eran pocos....Y anda que andar?s, vino a hacerse la consideraci?n de que no sent?a malditas ganas de meterse en su casa. ?Qu? iba ella a hacer en su casa? Nada. Conven?ale sacudirse, tomar el aire. Bastante esclavitud hab?a tenido dentro de las Micaelas. ?Qu? gusto poder coger de punta a punta una calle tan larga como la de Santa Engracia! El principal goce del paseo era ir solita, libre. Ni Maxi ni do?a Lupe ni Patricia ni nadie pod?an contarle los pasos, ni vigilarla, ni detenerla. Se hubiera sido as?...sabe D?os hasta d?nde. (Gald?s 806) Fortunata encuentra en este paseo no solamente la libertad de caminar sola, sino tambi?n la de pensar y de meditar su vida pasada y nueva. Este proceso pr?cticamente era prohibido para ella hasta ahora, dentro de las Micaelas o dentro de su casa donde 38 viv?a con Maximiliano y cerca de do?a Lupe. El ambiente de la calle le da la inspiraci?n de pensar profundamente en su porvenir y de encontrar opciones: ?Se libra por tanto a unas largas reflexiones sobre su vida pasada y lo que podr? depararle el porvenir en una serie de asociaciones sueltas expresadas en discurso indirecto libre. Es un magn?fico ejemplo de una t?cnica que se presta a la incorporaci?n de los sentimientos de un personaje dentro del proceso narrativo? (Ribbans, ?Dos paseos?? 741). El paseo de Fortunata por la calle de Santa Engracia representa la primera etapa de su liberaci?n que va a continuar, al final de la segunda parte de la novela, con su salida del apartamento que comparte con Maximiliano, sin ning?n remordimiento: ?Fortunata?s toma de conciencia, murky though it may be, is the beginning of the recovery of her lost freedom-a process that will take her back to the south, then to the center and an ultimate opening out? (Anderson 92). El final de la segunda parte contiene una imagen muy edificadora de Fortunata que se abandona de nuevo al desconocido de la ciudad, sin mirar atr?s: ?T?a y sobrino asom?ronse luego a los cristales del balc?n y la vieron atravesar la calle presurosa, y doblar la esquina sin dirigir una mirada a la casa que abandonaba para siempre? (Gald?s 853). De este modo Fortunata empieza su trayectoria de nuevo hasta el centro de la ciudad y al mismo tiempo hasta el fin de su vida, un itinerario circular que define un ciclo abstracto de la vida: nacimiento-experiencia-muerte (Anderson 88). El regreso de Fortunata hacia el centro y sur de la ciudad se puede entender como una necesidad que ella siente antes del final de su vida. El autor precipita la acci?n en la tercera y cuarta parte de su novela y esta decisi?n est? en concordancia perfecta con el ambiente de los caf?s de Madrid. La vida se desarrolla en un ritmo r?pido, tal como las 39 discusiones de los caf?s, y el destino de Fortunata no es una excepci?n. Podemos darnos cuenta, como lectores, que ella no va a lograr su sue?o de estar con Juanito, a trav?s de su camino precipitado hasta la casa de los Santa Cruz: Eran las nueve de la noche, Fortunata atraves? con paso ligero la calle de Hortaleza, la Red de San Luis. No deb?a de estar muy trastornada cuando en vez de tomar por la calle de la Montera, en la cual el gent?o estrobaba el tr?nsito, fue a buscar la de la Salud y baj? por ella, considerando que por tal camino ganaba diez minutos. De la calle del Carmen, pas? a la de Preciados, sin perder ni un momento el instinto de la viabilidad. Atraves? la Puerta del Sol por frente a la casa de Cordero, y ya la ten?is subiendo por la calle de Correos hacia la plazuela de Pontejos. Ya llegaba, y a medida que ve?a m?s cerca el objeto de su viaje, parec?a como que se le iba acabando la cuerda epil?ptica que le impulsaba a la febril marcha. Vio el portal de la casa de Santa Cruz, y sus miradas se internaron con recelo por aquella cavidad ancha, de estucadas paredes, y alumbrada por mecheros de gas. Ver esto y pararse en firme, con cierta frialdad en el alma, sintiendo el choque interior de toda velocidad bruscamente enfrenada, fue todo uno. (Gald?s 972) Esta descripc?on de su camino y el modo en que ella va a lo largo de estas calles, se constituye como un itinerario muy similar a su vida: al principio lento, cuando conoci? a Juanito y el episodio de la Cava de San Miguel, y despu?s m?s y m?s r?pido hasta que se va a parar, exactamente como su vida. 40 LOS ESPACIOS INTERIORES, LAS CASAS Y SU IMPORTANCIA EN FORTUNATA Y JACINTA It is not a question of describing the houses, or enumerating their picturesque features and analyzing for which reasons they are comfortable. On the contrary, we must go beyond the problems of description-whether this description be objective or subjective, that is, whether it gives facts or impressions-in order to attain to the primary virtues, those that reveal an attachment that is native in some way to the primary function of inhabiting. (Bachelard 4) En Fortunata y Jacinta, Benito P?rez Gald?s entiende y utiliza al m?ximo los espacios interiores y exteriores y sus descripciones detalladas. De la misma forma que aprecia Bachelard en la susdicha cita, el autor de Fortunata y Jacinta lleva su historia y las descripciones de sus espacios m?s all? de lo que normalmente uno puede encontrar en una imagen de un cuarto o una ciudad, y les da funciones de personajes en s? mismos. M?s importante, el autor hace una comparaci?n entre el espacio constru?do por comportamientos sociales en diferentes fases de la sociedad espa?ola del siglo XIX y su continuaci?n a trav?s del tiempo. Podemos ver el modo en que las personas que pertenecen a diferentes niveles de las clases sociales, tienen una influencia sobre diferentes espacios, imponiendo al mismo tiempo su personalidad: ?Although space is constructed by social behavior at a particular point in time, its legacy may persist to shape the behavior of future generations? (Pile 11). Como una continuaci?n del primer cap?tulo de la tesis que comenta el espacio abierto de una ciudad, incluyendo las calles y barrios, el prop?sito de este cap?tulo es el de analizar y desarrollar el tema del espacio privado de 41 un edificio en general y de una casa en particular y su influencia sobre el comportamiento de un individuo. Las calles, o lo que llamamos el espacio p?blico, incluyen las casas, representantes de un espacio privado. Lo que es importante es la totalidad de individuos que habitan estas casas y que toman caracter?sticas de estas estructuras o que prestan algunos de sus rasgos a estos lugares. En la segunda parte del cap?tulo voy a examinar el modo en que Gald?s utiliza la ubicaci?n de las figuras femeninas dentro de estos espacios para completar la imagen de la sociedad espa?ola del siglo XIX. En Fortunata y Jacinta, Gald?s relaciona en general lugares cerrados muchas veces con sus personajes femeninos o los que pertenecen a la parte m?s baja de la sociedad y lugares m?s abiertos con los personajes de la burgues?a. Su novela contiene muchos detalles significativos de descripciones que muestran como un espejo la vida de la sociedad espa?ola de la segunda mitad del siglo XIX y hemos podido ver el modo en que el autor anticipa en modo simb?lico el desarrollo de la acci?n con la ayuda de los espacios abiertos de la ciudad. Para entender y encontrar el papel importante de los espacios interiores en la novela de Gald?s, es necesario dar una introducci?n teor?tica a la definici?n y conexi?n con nuestra vida diaria de diferentes tipos de espacios, lugares cerrados, dentro de una casa o lugares abiertos, afuera de un edificio. Ya hemos visto algunas teor?as de Steve Pile y Henry Lefebvre que se refieren en particular al segundo tipo de espacios, de la ciudad. Un autor que ha dedicado un libro a la explicaci?n y profundizaci?n del tema de la importancia de una casa, es Gaston Bachelard. En The Poetics of Space, ?l se refiere en 42 principio a la importancia del espacio dom?stico en general y de la casa en particular, la ?ltima teniendo una influencia de modo particular sobre el comportamiento de una persona en ?pocas diferentes: ?Past, present and future give the house different dynamisms, which often interfere, at times opposing, at others, stimulating one another? (6). Leyendo el libro de Bachelard, uno puede analizar en detalle todos los significados de una casa y especialmente su influencia en la formaci?n del comportamiento de una persona. Al mismo tiempo cada persona que habita este espacio le puede dar nuevos significados: ?A house constitutes a body of images that give mankind proofs or illusions of stability. We are constantly re-imagining its reality: to distinguish all these images would be to describe the soul of the house; it would mean developing a veritable psychology of the house? (17). El problema principal, seg?n Bachelard, es el modo en que los individuos habitan sus casas y qu? caracter?sticas toman de este lugar tan ?ntimo: ?we should therefore have to say how we inhabit our vital space, in accord with all the dialectics of life, how we take root, day after day, in a corner of the world? (4). En este lugar de la casa uno tiene que encontrar inspiraci?n y en este modo las personas que la habitan pueden descubrir en cada detalle de un cuarto una cosa significante y bella: ?For our house is our corner of the world. As has often been said, it is our first universe, a real cosmos in every sense of the world. If we look at it intimately, the humblest dwelling has beauty. Authors of books on the humble home often mention this feature of the poetics of space? (Bachelard 4). The Poetics of Space explica una de las funciones m?s importantes del espacio de una casa: 43 We live fixations, fixations of happiness. We comfort ourselves by reliving memories of protection. Something closed must retain our memories, while leaving them their original value as images. Memories of the outside world will never have the same tonality as those of home and, by recalling these memories, we add to our store of dreams; we are never real historians, but always near poets, and our emotion is perhaps nothing but an expression of a poetry that was lost. (6) Probablemente la idea anterior es una de las mejores que se puede aplicar al texto de Gald?s y a sus numerosas descripciones de interiores de casas. El autor quiere que el lector se transforme en un poeta casi para poder descubrir los diferentes detalles en una casa y en este modo de entender y predecir la psicolog?a de un personaje, el modo en que estos detalles influyen esta psicolog?a y como consecuencia prefigurar el desarrollo de la acci?n. Especialmente en una novela, la descripci?n de un lugar revela m?s intepretaciones que una enumeraci?n de fechas: ?For a knowledge of intimacy, localization in the spaces of our intimacy is more urgent than determination of dates? (Bachelard 9). Gald?s no utiliza muchas fechas, sino que se refiere a ciertos acontecimientos hist?ricos, momentos en el desarrollo econ?mico del pa?s o personajes en la novela a trav?s de diferentes descripciones detalladas. Un ejemplo en este sentido es la tienda vieja de Arn?iz donde a lo largo de los a?os, Barbarita se convierte en un testimonio al cambio de la econom?a espa?ola: Y no s?lo se hablaba de asuntos pol?ticos y de la guerra civil, sino de cosas de comercio. Recuerda la se?ora haber o?do algo acerca de los primeros 44 f?sforos o mixtos que vinieron al mercado, y aun haberlos visto. Era como una botellita en la cual se met?a la cerilla, y sal?a echando lumbre. Tambi?n oy? hablar de las primeras alfombras de moqueta, de los primeros colchones de muelles, y de los primeros ferrocarriles, que alguno de los tertulios hab?a visto en el extranjero, pues aqu? ni asomos de ellos hab?a todav?a. Algo se apunt? all? sobre el billete de Banco, que en Madrid no fue papel-moneda corriente hasta algunos a?os despu?s, y s?lo se usaba entonces para los pagos fuertes de la banca. Do?a B?rbara se acuerda de haber visto el primer billete que llevaron a la tienda como un objeto de curiosidad, y todos convinieron en que era mejor una onza. El gas fue muy posterior a esto. (Gald?s 140) Otra funci?n de la casa, no solamente en una novela sino en la vida diaria tambi?n, es: ?the house is one of the greatest powers of integration for the thoughts, memories and dreams of mankind. The binding principle in this integration is the daydream. Past, present and future give the house different dynamisms, which often interfere, at times opposing, at others, stimulating one another? (Bachelard 6). Al mismo tiempo el lugar, el cuarto o la casa que habitamos, junto con todas sus caracter?sticas, se queda dentro de nuestra mente: ?and all the spaces of our past moments of solitude, the spaces in which we have suffered from solitude, enjoyed, desired and compromised solitude, remain indelible within us, and precisely because the human being wants them to remain so? (Bachelard 10). Bachelard concluye en su libro que ?Space calls for action, and before action, imagination is at work? (12). En el caso de Fortunata y Jacinta, el espacio cerrado muchas veces influye los pensamientos de libertad de acci?n de los 45 personajes. Un ejemplo en este sentido es Fortunata y el espacio cerrado donde ella tiene que vivir con Maximiliano y que le convince de salir de su matrimonio. Este aspecto del espacio cerrado considerado como una casa va a ser analizado en la segunda parte de este cap?tulo. En el primer cap?tulo de esta tesis se menciona la idea de Lefebvre de ?leer la ciudad,? de su necesidad de leer el espacio abierto de la ciudad. En The Poetics of Space? Bachelard se refiere a la acci?n de leer o escribir un espacio cerrado, un cuarto o una casa y su efecto sobre un individuo: ?It therefore makes sense form our standpoint of a philosophy of literature and poetry to say we write a room, read a room, or read a house. Thus, very quickly, at the very first word, at the first poetic overture, the reader who is reading a room leaves off reading and starts to think of some place in his own past? (14). Bachelard subraya el hecho de que la casa puede tener una psicolog?a propia que puede adaptarse o cambiarse dependiente de la persona que intenta descifrar esta psicolog?a. Para amplificar, esto significa que ?a house that has been experienced is not an inert box. Inhabited space transcends geometrical space? (Bachelard 47). En el libro de Bachelard podemos encontrar tambi?n un comentario sobre la colocaci?n de una casa en el espacio de una ciudad grande: ?... a house in a big city lacks cosmicity. For here, where houses are no longer set in natural surroundings, the relationship between house and space becomes an artificial one. Everything about it is mechanical and, on every side, intimate living flees. <>? (27). Esta probablemente es la ?nica idea que no se puede aplicar a la novela de Gald?s. En sus descripciones de casa y de interiores de casa no podemos encontrar nada mec?nico, sin vida. Todo parece simb?lico y en conexi?n con la 46 vida y destino de sus personajes. Aunque la acci?n se desarrolla tambi?n en el contexto de una ciudad grande y de un espacio grande, las relaciones entre casas y espacios no son artificiales, sino lo contrario: casas y espacios se completan y el lector no puede interpretarlos unos sin otros. Adem?s, Bachelard recuerda algunas im?genes primitivas que revelan el lado primitivo del ser humano y el modo en que un individuo busca cierta isolaci?n (91). Se puede encontrar estas im?genes primitivas en la tendencia de algunos personajes de retirarse espacialmente en un lugar de una casa en la novela de Gald?s. Esta idea va a ser detallada m?s tarde en el presente cap?tulo. The Poetics of Space analiza tambi?n la importancia, muchas veces poco estimada, de los diminutivos y miniaturas: ?Yet we are obliged to grant these images a certain objectivity, from the mere fact that they both attract and interest many dreamers? (148). Despu?s, Bachelard define el proceso de crearlos: ?all small things must evolve slowly, and certainly a long period of leisure, in a quiet room, was needed to miniaturize the world. Also one must love space to describe it as minutely as though there were world molecules, to enclose an entire spectacle in a molecule of drawing? (Bachelard 159). Aunque Gald?s no recurre a diminutivos para caracterizar espacios interiores, el uso de cosas vistas y descritas en miniatura se puede encontrar en Fortunata y Jacinta en conexi?n con nombres de personajes y como consecuencia se emplea para caracterizar personajes importantes como Barbarita o Juanito. Sus nombres mismos denotan esta idea de la miniatura, pero al mismo tiempo este es un elemento ir?nico utilizado por Gald?s. Los nombres que denotan la idea de miniatura para personas que son mayores son un indicio de que no se han madurado suficientemente. Como ejemplo de este sentido es el hecho de que Gald?s insiste al principio de la novela en la descripci?n de la ni?ez de 47 Barbarita o de la juventud de Juanito. Ellos mismos muchas veces analizan las situaciones m?s tarde en la novela con una mentalidad semejante a la de la ni?ez o la juventud. Ellos son representantes de familias importantes en la burgues?a de Madrid y por esta raz?n es ir?nica la actitud de Gald?s: las personas importantes de la sociedad espa?ola en realidad no tienen tanta sabidur?a para influir el desarrollo del sistema social o econ?mico. Como se ha mencionado antes a lo largo del primer cap?tulo, Gald?s dedica tanta atenci?n a la descripci?n de las calles y de los edificios como a la del interior de las casas. Ambos espacios ?adentro? y ?afuera? tienen una importancia m?xima en cuanto a influir al lector con elementos que se relacionan con el comportamiento y sentimientos de todos los personajes. Bachelard analiza los conceptos de ?adentro? y ?afuera,? prestando atenc?on al hecho de que estos dos conceptos: ?form a dialectic of division, the obvious geometry of which blinds us as soon as we bring it into play in metaphorical domains. It has the sharpness of the dialectics of yes and no, which decides everything? (211). Como una conclusi?n de la cita de Bachelard, en el caso de una casa y su influencia sobre una persona, uno tiene que analizar no solamente el interior, sino el ambiente donde est? colocada la casa. En su art?culo ?La casa como n?cleo estructurador del espacio urbano en la novela del siglo XIX: Fortunata y Jacinta de B. P?rez Gald?s y La febre d?or de N. Oller,? Antonio Arroyo Almaraz analiza este concepto de la privacidad de la casa, el ?adentro? en la ciudad y dice que ?La ciudad, como af?n de conjunto, se estructura en distintos ?mbitos, uno de los cuales es el espacio de la privacidad, frente a lo p?blico, que empieza a tener, mayor significaci?n en la narrativa decimon?nica que en ?pocas 48 anteriores. Su imagen de representaci?n es la casa que simboliza la totalidad del indiv?duo o indiv?duos que la habitan? (17). La descripci?n de la casa de Barbarita Arn?iz y sus alrededores sirve de buen ejemplo de la t?cnica de Gald?s de revelar los or?genes de sus personajes. El lector puede tener la impresi?n que se encuentra frente a una fotograf?a porque el escritor utiliza muchos detalles en cuanto al nombre de todas las calles, la ubicaci?n exacta de la casa, trazando un cuadro exacto de las habitaciones y sus caracter?sticas: Naci? Barbarita Arn?iz en la calle de Postas, esquina al callej?n de San Crist?bal, en uno de aquellos oprimidos edificios que parecen estuches o casas de mu?ecas. Los techos se cog?an con la mano; las escaleras hab?a que subirlas con el credo en la boca, y las habitaciones parec?an destinadas a la premeditaci?n de alg?n crimen. Otras ten?an los pisos en declive, y en todas ellas o?ase hasta el respirar de los vecinos. En algunas se ve?an mezquinos arcos de f?brica para sostener el entramado de las escaleras, y abundaba tanto el yeso en la construcci?n como escaseaba el hierro y la madera. (Gald?s 99) Uno de los elementos que se puede destacar m?s de esta descripci?n es la fragilidad en cuanto a la construcci?n de esta casa. Los edificios, las escaleras, dan la impresi?n de que pueden derrumbarse con un simple soplido y las personas que entran en estos edificios claramente no pueden estar nunca seguras de que todo no se va a volverse en ruinas, lo cual refleja los sentimientos de Barbarita. Ella nunca est? de verdad segura de la realidad de su vida y siempre quiere controlarlo todo por miedo de no perderlo todo. Su v?ctima es Juanito porque ella vive con la impresi?n de que solamente a ?l lo puede controlar en 49 totalidad: Empez? entonces para Barbarita nueva ?poca de sobresaltos. Si antes sus oraciones fueron pararrayos puesto sobre la cabeza de Juanito para apartar de ella el tifus y las viruelas, despu?s intentaban librarle de otros enemigos no menos atroces. Tem?a los esc?ndalos que ocasionaban lances personales, las pasiones que destruyen la salud y envilecen el alma, los despilfarros, el desorden moral, f?sico y econ?mico. Resolvi?se la insigne se?ora a tener car?cter y a vigilar a su hijo. (Gald?s 85) Ya que esta es la casa donde llev? los primeros a?os de su vida, estos sentimientos del personaje de Barbarita son especialmente importantes. Seg?n las teor?as de Bachelard, este lugar tiene una significaci?n particular, la integraci?n de los pensamientos e ilusiones que van a marcar profundamente la vida de un individuo. La descripci?n del lugar donde Barbarita ha llevado sus primeros a?os es muy significativa tambi?n desde un punto de vista simb?lico porque prefigura los tipos de personajes que se van a encontrar a lo largo de esta novela. Muchos de estos caracteres encuentran, en un grado de m?s o menos importancia, la necesidad de ser sostenidos por otros desde un punto de vista emocional o material, como por ejemplo Juanito o Fortunata. En el caso de Juanito, ?ste siempre est? al punto de decadencia y su madre o luego su esposa tienen que prestar atenci?n a su vida de un modo m?s o menos exagerado. La novela de Gald?s refleja la idea de Bachelard seg?n la cual la casa se convierte en un lugar que nos influye y que muchas veces presta caracter?sticas a las personas que la habitan. En Fortunata y Jacinta el sustantivo ?casa? tiene dos significados: el edificio mismo, pero a la vez se refiere a la familia entera que lleva este nombre: ?Entre las casas 50 de Santa Cr?z y Arn?iz no hubo nunca rivalidades; antes bien, se ayudaban cuando pod?an? (Gald?s 97). El autor de la novela subraya tambi?n de un modo simb?lico en la misma escena donde describe los lugares mencionados antes, los cambios que van a sucederles a sus personajes: ?Mucho de esto ha desaparecido en las renovaciones de estos ?ltimos veinte a?os; pero la estrechez de las viviendas subsiste? (Gald?s 99). Junto con el estado social, el edificio se puede transformar en modo simb?lico en un apellido que tambi?n indica el lugar en la sociedad, cuando el tipo de casa o edificio, donde habita una familia puede mostrar donde est? situada en la sociedad como en el caso de la casa de Santa Cruz. Adem?s del espacio privado de una casa particular, podemos tener otra idea de un edificio adentro. En la novela de Gald?s, hemos visto la imagen de la vida social madrile?a en la calle y en los caf?s, un lugar donde la gente se encontraba para hablar sobre asuntos econ?micos, pol?ticos o sociales. Junto con la imagen del espect?culo de la calle, Gald?s nos presenta otro lugar que denota otro aspecto diario de la vida madrile?a: los caf?s. La gente se re?ne en estos lugares para comentar los ?ltimos acontecimientos pol?ticos o econ?micos y aqu? podemos ver la faz objetiva y verdadera de la sociedad de Gald?s. El hermano de Maximiliano, Juan Pablo Rub?n, considera estos lugares una segunda casa: ?los caf?s de Madrid se parecen, lo mismo que se parecen las casas, Juan Pablo llevaba en s? propio su domesticidad, y a los dos d?as de frecuentar un caf?, ya se encontraba en ?l como en familia? (Gald?s 886). El prefiere ir siempre en caf?s diferentes, cambiar de lugar para estas tertulias y descubrir nuevos lugares y como consecuencia nuevas opiniones en su interacci?n con los habitantes de Madrid: 51 Quien se hubiera tomado el trabajo de seguir los pasos de Rub?n desde el 69 al 74, le habr?a visto parroquiano del caf? de San Antonio en la Corredera de San Pablo, despu?s del Suizo Nuevo, luego de Plater?as, del Siglo y de Levante; le ver?a, en cierta ocasi?n, prefiriendo los caf?s cantantes y en otro abominando de ellos; concurriendo al de Gallo o al de la Concepci?n Jer?nima cuando quer?a hacerse el invisible, y por fin, sentar sus reales en uno de los m?s concurridos y bulliciosos de la Puerta del Sol. (Gald?s 887) Estos caf?s son solamente algunos de la totalidad que se nos presenta en la novela y todos estos lugares existen en la vida real de Gald?s, siendo frecuentados por diversos escritores y otras personalidades. El cr?tico Ortiz Armengol habla de este aspecto en su estudio y, junto con otros ejemplos, dice que el caf? de San Antonio ?estuvo en la esquina de la calle del Pez con la Corredera de San Pablo. Julio Nombela-en sus Impresiones y Recuerdos-escribe que, hacia 1854-1860, se reun?an en ?l B?cquer, Garc?a Luna y otros amigos; y confirma la precisi?n del lugar en el cap?tulo de sus memorias titulado <>? (379). Parece que Gald?s siente la necesidad de utilizar estos espacios en su novela y su uso puede tener varios resultados: revelar la vida social madrile?a, caracterizar a algunos de sus personajes a trav?s de estos espacios y tambi?n prefigurar el desarrollo de la acci?n en Fortunata y Jacinta. Seg?n Anderson, el rasgo principal de estos caf?s es la inestabilidad, el ambiente agitado que existe all? y que se puede observar en el resto de la obra, con la salida de Fortunata de su matrimonio y su vida: This spatial instability of Part Three provides a hospitable environment for 52 the continuing development of the dialectic of expansion and contraction, freedom and entrapment, exile and return. There is a humorous touch of exile in Juan Pablo?s emigraci?n to the Caf? San Joaqu?n, Madrid?s northenmost caf?. In a more serious way the theme is embodied in Fortunata?s movement through the urban space. (94) Estos tipos de tertulias se pueden encontrar tambi?n en un lugar m?s privado que el de las calles por ejemplo y en uno que se acerca a la idea de una casa privada. Es el ejemplo de la tienda de Arn?iz: ?En la tienda de Arn?iz, junto a la reja que da a la calle de San Crist?bal, hay actualmente tres sillas de madera curva de Viena, las cuales sucedieron hace a?os a un banco sin respaldo forrado de hule negro, y este banco tuvo por antecesor a un arc?n o caja vac?a. Aqu?lla era la sede de la inmemorial tertulia de la casa. No hab?? tienda sin tertulia, como no pod?a haberla sin mostrador y santo tutelar? (Gald?s 139). En este retrato, Gald?s crea una imagen m?s familiar y un lugar m?s privado con la descripci?n de los muebles que un caf? donde estos encuentros de la gente para discutir se puede entender como la necesidad de comunicar en estos tiempos. No hay televisi?n ni otros medios de comunicaci?n, entonces estos lugares pueden realizar una conexi?n entre los habitantes de la ciudad. Aqu? se puede destacar otro elemento importante para Gald?s cuya escasez en la sociedad espa?ola del siglo XIX produce muchos tab?es: la comunicaci?n entre personas, especialmente en la misma fam?lia. Una consecuencia de esta falta de comunicaci?n son los matrimonios arreglados, una uni?n econ?mica y no por amor. A lo largo de la primera parte, tenemos solamente una visi?n breve de Fortunata, pero una imagen muy sugestiva, en su primer encuentro con Juanito. Al visitar a 53 Estupi??, Juanito tiene que entrar en una parte de la ciudad a la cual no pertenece desde un punto de vista social, y lo cual que va a tener una gran consecuencia en su vida. La descripci?n de sus primeras reacciones frente a este lugar es muy importante: Efectivamente, parec?a la subida a un castillo o prisi?n de Estado. El paramento era de f?brica cubierta de yeso y ?ste de rayas e inscripciones soeces o tontas. Por la parte m?s prima a la calle, fuertes rejas de hierro completaban el aspecto feudal del edificio. Al pasar junto a la puerta de una de las habitaciones del entresuelo, Juanito la vio abierta y, lo que es natural, mir? hacia dentro, pues todos los accidentes de aquel recinto despertaban en sumo grado su curiosidad. Pens? no ver nada y vio algo que de pronto le impresion?, una mujer bonita, joven, alta. (Gald?s 159) La relaci?n entre Juanito y Fortunata empieza y tiene lugar siempre en una prisi?n simb?lica porque ella pertenece a otra clase social, y siempre debe estar ocultada de otros miembros de la sociedad. El resultado de esta relaci?n, un ni?o, al principio va a ser tambi?n escondido del mundo. Esta consecuencia se puede anticipar en el episodio en que Fortunata come un huevo crudo, s?mbolo de la fertilidad, entre los muros de esta casa que se asemeja a una prisi?n: ?Con mucho donaire, la muchacha se llev? a la boca por segunda vez el huevo roto y se atiz? otro sorbo? (Gald?s 161). Es importante aqu? la actitud de desaf?o de Fortunata, que, aunque no siempre constante, va a caracterizarla en los episodios futuros de la novela. De un modo simb?lico, este episodio puede ilustrar la idea de la imagen primitiva del libro de Bachelard. Aunque no existe mucho di?logo en esta imagen del huevo roto, a trav?s de un s?mbolo primitivo, prefigura el desarrollo del destino de Fortunata. 54 Para continuar con el tema de los s?mbolos en Fortunata y Jacinta, una de las primeras cosas que se puede observar cuando el lector empieza a leer la novela son los t?tulos de cada cap?tulo, lleno de sugesti?n y muchas veces de iron?a, como por ejemplo el que se refiere al matrimonio de Juanito con Jacinta, ?Perdici?n y salvamento del Delf?n,? refiri?ndose a la dualidad del matrimonio para Juanito. Para ?l, su casamiento con Jacinta es una perdici?n porque no la ama, pero al mismo tiempo es un salvamento porque lo ayuda en un modo a romper la relaci?n con Fortunata que no hace parte de su mundo aristocr?tico. En otros casos, algunos cap?tulos anuncian desde el principio a trav?s de sus t?tulos un cambio en la trayectoria de la novela. Un ejemplo de este sentido es ?Una visita al cuarto estado,? donde Jacinta, junto a Guillermina, va para buscar el supuesto hijo de Juanito y Fortunata, el llamado Pitus?n. Seg?n una explicaci?n de Ortiz Armengol, el cuarto estado ?lo constituye el Pueblo, despu?s de la Aristocracia, la Iglesia y el Ej?rcito, y formaba parte de la terminolog?a pol?tica del siglo XIX? (249). Jacinta no duda en buscar al hijo que quiera en medio del pueblo, en una clase social que es considerada inferior a la suya por la familia Santa Cruz. De este modo simb?lico, el autor revela la necesidad de las clases sociales inferiores para la burgues?a. En la ?ltima parte de la novela, se acelera la acci?n, con la vuelta de Fortunata, el nacimiento de su hijo y finalmente la muerte de ella. Esta parte de la novela se caracteriza principalmente por un espacio cerrado: ?As the novel?s abstract space opens out, its physical space becomes tighter. Part Four is the only volume in which the narrator?s camera never crosses the mid-town line. That is, all on-camera locations, sustained and unsustained, are located in the south? (Anderson 100). Muchas de las descripciones en la ?ltima parte de la novela tienen lugar desde un espacio cerrado, como por ejemplo el 55 siguiente ejemplo de la vista de la Plaza Mayor desde el peque?o cuarto de Fortunata: Una ma?ana, al levantarse, vio que hab?a ca?do durante la noche una gran nevada. El espect?culo que ofrec?a la plaza era precioso; los techos enteramente blancos; todas las l?neas horizontales de la arquitectura y el herraje de los balcones perfilados con pur?simas l?neas de nieve; los ?rboles ostentando cuajarones que parec?an de algod?n, y el Rey Felipe III con pelliza de armi?o y gorro de dormir. Despu?s de arreglarse volvi? a mirar la plaza, entretenida en ver c?mo se sacud?an los pinos su desusada vestimenta; c?mo, en fin, en el cuerpo del Rey y en el del caballo, se desle?an los copos y chorreaban la humedad por el bronce abajo. El suelo, a la ma?ana tan puro y albo, era ya al mediod?a charca cenagosa, en la cual chapoteaban los barrenderos y mangueros municipales, disolviendo la nieve con los chorros de agua y revolvi?ndola con el fango para echarlo todo a la alcantarilla. (Gald?s 1402) Esta descripci?n de la Plaza Mayor es muy simb?lica porque en ella se pueden encontrar detalles de la historia de los personajes principales en la novela- Juanito, Fortunata, Jacinta-: al principio el matrimonio de Juanito y Jacinta parec?a perfecto como la nieve en las calles al principio del d?a, para que despu?s se revela toda ?charca cenagosa.? Como Anderson escribe en su art?culo, Gald?s ?manipulates the urban space to provide spatial support for the ebb and flow of life in the novel? (101). Seg?n Arroyo Almaraz, una casa en una novela en general y en Fortunata y Jacinta en particular, puede tener diferentes impactos sobre el desarrollo de la acci?n: 56 En un encuadre general, la casa es el espacio sobre el que se genera una circularidad en las novelas, con el consiguiente camino existencial recorrido que da sentido a la estructuraci?n narrativa. Por otro lado, la casa es un reflejo o una referencia del personaje, una de las distintas im?genes de representaci?n que lo definen; lo cual nos lleva a la comprensi?n de este espacio como generador de emociones y de cualidades connotativas . . . . Igualmente, la casa es el espacio continente de la promiscuidad, de la transgresi?n. (18) Un ejemplo de este sentido de la casa como un reflejo o una referencia del personaje es el siguiente: Los de Santa Cruz viv?an en su casa propia de la calle de Pontejos, dando frente a la plazuela del mismo nombre, finca comprada por el difundo Aparisi, uno de los socios de la Compa??a de Filipinas. Ocupaban los due?os el principal, que era inmenso, con doce balcones a la calle y mucha comodidad interior. . . . La casa era tan grande, que los dos matrimonios viv?an en ella holgadamente y les sobraba espacio. Ten?an un sal?n algo anticuado, con tres balcones. Segu?a por la izquierda el gabinete de Barbarita, luego otro aposento, despu?s la alcoba. A la derecha del sal?n estaba el despacho de Juanito, as? llamado no porque ?ste tuviese nada que despachar all?, sino porque hab?a mesa con tintero y dos hermosas librer?as. Era una habitaci?n muy bien puesta y c?moda. El gabinete de Jacinta, inmediato a esta pieza, era la estancia m?s bonita y elegante de la casa y la ?nica tapizada con tela; todas las dem?s lo estaban con colgadura 57 de papel, de un arte dudoso, dominando los grises y t?rtola con oro. Ve?anse en esta pieza algunas acuarelas muy lindas compradas por Juanito y dos o tres ?leos ligeros, todo selecto y de regulares firmas, porque Santa Cruz ten?a buen gusto dentro del gusto vigente. Los muebles eran de raso o de felpa y seda combinadas con arreglo a la moda, siendo de notar que lo que all? se ve?a no chocaba por original ni tampoco por rutinario. Segu?a luego la alcoba del matrimonio joven, la cual se distingu?a principalmente de la paterna en que ?sta hab?a lecho com?n y los j?venes los ten?an separados. Sus dos camas de palosanto eran muy elegantes, con pabellones de seda azul. La de los padres parec?a un andamiaje de caoba con cabecera de morri?n y columnas como las de un sagrario de Jueves Santo. La alcoba de los pollos se comunicaba con habitaciones de servicio, y le segu?an dos grandes piezas que Jacinta destinaba a los ni?os...cuando Dios se los diera. Hall?banse amuebladas con lo que iba sobrando de los aposentos que se pon?an de nuevo, y su aspecto era por dem?s heterog?neo. Pero el arreglo definitivo de estas habitaciones vacantes exist?a completo en la imaginaci?n de Jacinta, quien ya ten?a previstos hasta los ?ltimos detalles de todo lo que se hab?a de poner all? cuando el caso llegara. El comedor era interior, con tres ventanas al patio, su gran mesa ya paradores de nogal llenos de fin?sima loza de China, la consabida siller?a de cuero claveteado, y en las paredes papel imitando robles, listones claveteados tambi?n y los bodegones al ?leo, no malos, con la invariable 58 raja de sand?a, el conejo muerto y unas ruedas de merluza que de tan bien pintadas parec?a que ol?an mal. Asimismo era interior el despacho de don Baldomero. (Gald?s 239) La primera vez que el lector lee esta descripci?n detallada de la casa de los Santa Cruz, puede ser impresionado por la exactitud de la imagen, casi como una fotograf?a. Los detalles de los muebles, de los colores de los cuartos y la divisi?n de la casa a?aden esta cualidad de perfeci?n fotogr?fica al cuadro de la casa de Santa Cruz. Pero esta descripci?n va m?s all? de una simple imagen. Ella contiene informaci?n no solamente sobre los cuatro personajes, sino sobre su futuro tambi?n, como por ejemplo el comentario sobre los ni?os. La grandeza de la casa nos revela su lugar en la sociedad y tambi?n cierta aparencia de esnobismo. Todos estos elementos de la descripci?n tanto como ?las circunstancias que rodean a sus personajes para mejor captar su psicolog?a, elemento primordial en la novela? (Gald?s 237). A lo largo de esta descripci?n se destaca al mismo tiempo el tono ir?nico del autor, especialmente en lo que se refiere al despacho de Juanito. De verdad, no necesita este lugar que existe solamente en nombre porque era probable que nadie utilizara la mesa con el tintero y dos librer?as que estaban all?. El autor se refiere a los miembros de la familia Santa Cruz, con la excepci?n de Jacinta, como personas que tienen un concepto dudoso en cuanto al significado del arte. Este concepto sobre el arte se puede trasladar en otro nivel a sus ideas sobre la vida en general. El an?lisis del espacio descrito por P?rez Gald?s es subjetivo, y cada uno de sus personajes tiene una interpretaci?n diferente del lugar donde vive: ?There are differences between the ways in which men and women perceive the environment? (Pile 10). 59 Como consecuencia, podemos descubrir en este modo una sociedad separada a base no solamente del estado social sino del g?nero tambi?n y donde esta divisi?n parece normal desde el punto de vista de sus miembros: Gendered spaces themselves shape, and are shaped by, daily activities. Once in place, they become taken for granted, unexamined, and seemingly immutable. What ?is? becomes ?ought? to be, which contributes to the maintenance of prevailing status differences. (Spain 29) Daphne Spain, en su libro Gendered Spaces analiza este concepto de ?gendered spaces? y el estado de la mujer en diferentes sociedades desde diversos puntos de vista y concluye: ??I formulated the concept of spatial institutions, matching the social institutions of the family, education, and the labor force with their respective spatial corollaries of the dwelling, the school, and the workplace. Each of these spatial institutions, I found, had varying degrees of gender segregation across cultures and over time? (Spain xiv). Algunas de estas segregaciones espaciales se pueden ver muy claramente en Fortunata y Jacinta. Lo m?s importante en la conclusi?n de Daphne Spain es que ?spatial segregation does more than create a physical distance; it also affects the distribution of knowledge women could use to change their position in society? (Spain xiv). Y como un elemento importante en el libro de Spain es el hecho de que la escritora no presenta solamente este concepto, sino un remedio: ?advocate spatial integration as a route to higher status for women? (Spain xv). Un componente importante del libro de Spain a trav?s del cual ella demuestra la base de su teor?a es la arquitectura: 60 Architectural space also plays a role in maintaining status distinctions by gender. The spatial structure of buildings embodies knowledge of social relations, or the taken-for-granted rules that govern relations of individuals to each other and society. Thus dwellings reflect ideas and realities about relationships between women and men within the family and in society. The space outside the home becomes the arena in which social relations are produced, while the space inside the home becomes that in which social relations are reproduced. Gender-status distinctions therefore are played out within the home as well as outside of it. (Spain 7) Utilizando este elemento de la arquitectura podemos ver en Fortunata y Jacinta no solamente la intenci?n de los detalles en una descripci?n, pero tambi?n de la distribuci?n de estos edificios en la sociedad. Daphne Spain encuentra y comenta sobre otro elemento que influye un espacio dividido seg?n el g?nero. Escribiendo sobre su concepto de las instituciones espaciales, dice que ?an institution, in sociological terms, refers to a patterned set of activities organized around the production of certain outcomes. For example, the family is an institution because it is organized to reproduce future generations. Certain institutions are universal and evolve to fill requirements necessary to the maintenance of society? (Spain 11). En este sentido uno puede descubrir otro sentido simb?lico de la palabra ?espacio? que se puede entender en conexi?n con el sistema social. Spain contin?a diciendo que el espacio se interpone como un obst?culo para eliminar este tipo de ?gendered spaces?: 61 Spatial barriers become established and then institutionalized for reasons that have little to do with power, but which tend to maintain prevailing advantages. This is because space is a ?morphic language?, one of the means by which society is interpreted by its members. The reciprocity between space and status arises from the constant renegotiation and re- creation of the existing stratification system. Bourdieu proposes that the power of a dominant group lies in its ability to control constructions of reality that reinforce its own status so that subordinate groups accept the social order and their own place in it. (Spain 17) La escritora cita algunos ejemplos en diferentes sociedades donde dentro del espacio interior de una casa, de una ?spatial institution,? el espacio de las mujeres es atentamente controlado por los hombres: Berber men control women?s space inside the home as a way of maintaining their own power to define the world: The orientation of the house is fundamentally defined from the outside, from the point of view of men and, ...by men and for men, as the place from which men come out. The house is an empire within an empire, but one which always remains subordinate because, even though it presents all the properties and all the relations which define the archetypal world, it remains a reversed world, an inverted reflection. Man is the lamp of the outside and woman the lamp of the inside. (Spain 42) El control del espacio por el hombre se manifiesta seguramente en Fortunata y Jacinta, pero al mismo tiempo, a trav?s del continuo movimiento de sus personajes 62 femeninos, Gald?s revela la importancia de la mujer en la sociedad madrile?a, dentro de este sistema con una clara divisi?n seg?n el g?nero. Sin esta figura femenina, el autor no podr?a identificar y exponer los problemas de su sociedad contempor?nea. Su decisi?n de utilizar una gran variedad de figuras femeninas y especialmente caracteres fuertes que provienen de diversas partes de la sociedad ciertamente es importante en la realizaci?n de un cuadro completo de la sociedad espa?ola en la segunda mitad del siglo XIX. El t?tulo mismo de su novela revela la importancia que el autor atribuye a sus caracteres femeninos. Adem?s de las figuras de Fortunata y Jacinta, en el plano secundario de la novela se pueden encontrar los caracteres de Guillermina y Mauricia la Dura que vienen a completar esta multitud de caracteres. En el plano secundario de la novela, ellas son dos personajes totalmente opuestas, contradictorias y vienen de diferentes clases sociales. Guillermina viene de la clase burguesa y es como parte de la familia de Santa Cruz, pero al mismo tiempo ella quiere ayudar aparentemente a los menos fortunados de la sociedad. Gald?s la llama ir?nicamente ?virgen y fundadora? y como en otros casos, describe su car?cter en detalle: ?Era un temperamento so?ador, activo y emprendedor; un esp?ritu con ideas propias y con iniciativas varoniles, no se le hac?a cuesta arriba la disciplina en el terreno espiritual; pero en el material si, por lo cual no pens? nunca en afiliarse a ninguna de las ?rdenes religiosas m?s o menos severas que hay en el orbe cat?lico? (Gald?s 260). Al final de la novela no se puede retener su temperamento so?ador, sino su dualidad y su deseo para aparencias. Seg?n Geoffrey Ribbans, Guillermina tambi?n tiene su dosis de ambivalencia...Sus ideas religiosas son ortodoxas e inflexibles: afirma pintorescamente la superioridad 63 espiritual espa?ola...encierra a muchachas como Felisa en las Micaelas sin m?s autoridad que la suya propia; se niega tenazmente a aceptar los gestos de bondad que los protestantes don Horacio y do?a Malvina tienen con Mauricia y est? dispuesta a saltarse la ley para hacerlo: la Guardia Civil obedecera sus ?rdenes sin chistar. De las dos instituciones con que est? relacionada, las Micaelas, ciertamente, tiene pocos puntos favorables, y podemos sospechar que el orfanato, a donde es llevado el Pitus?n, ser? igualmente desagradable. Resulta chocante que cuando la vocaci?n de Guillermina de virgen y fundadora se describe con detalle, todo el ?nfasis se pone sobre sus poderes de iniciativa y su capacidad para dirigir y organizar. No se da la menor indicaci?n sobre su espiritualidad o compasi?n. (Ribbans, Dos novelas?, 175) Guillermina solamente parece ser fiel a sus intereses de crear una imagen de la bondad, pero su asociaci?n interesada con dos instituciones espaciales del convento y del orfanato cambia su imagen. Otro personaje secundario pol?mico mencionado antes es Mauricia la Dura y ella revela la verdadera preocupaci?n de do?a Gullermina por ayudar a los infelices que necesitan apoyo moral. En un sentido ella representa el desaf?o a la hipocres?a de do?a Gullermina y las instituciones sociales que representa, aunque su rebeld?a va hasta una extremidad peligrosa, vista como maldad por otros personajes: ?M?s que una personificaci?n del Mal, Mauricia revela en su propio yo la lucha entre un impulso hacia la total rebeli?n y un remordimiento por esta falta de disciplina? (Ribbans, Dos novelas?, 175). Seg?n Demetrio Est?banez Calder?n, ?Fortunata y Jacinta representa, 64 desde el punto de vista cultural, la afirmaci?n de la primac?a de la naturaleza sobre la civilizaci?n como fuente de valores humanos. Supone, a la vez, una toma de conciencia sobre la cr?sis de valores de la sociedad de la Restauraci?n, en el plano social, pol?tico y ?tico- religioso (Calder?n 89). La figura espec?fica de Mauricio en la novela va a ser analizada m?s adelante en el cap?tulo presente en conexi?n con el espacio de las Micaelas. Para entrar en este nuevo mundo de Maximiliano, Fortunata tiene que arrepentirse de sus pecados y de su pasado y esto se puede hacer, seg?n Nicol?s, el hermano cura de Maximiliano, s?lo con un encierro f?sico en un lugar de Madrid, muy cerca de Chamber?. Para Maximiliano, la idea de su hermano de llevar a Fortunata ?al convento como a una casa de purificaci?n? le parec?a muy buena (Gald?s 655). En su mente, este lugar le dar?a la honra necesaria a su futura mujer para regresar en la sociedad: ?Tamizada por la religi?n, Fortunata volver?a a la sociedad limpia de polvo y paja, y entonces ?qui?n osar?a dudar de su honorabilidad??(Gald?s 655). A trav?s de este destierro que se produce en el centro de una ciudad cambiada, las mujeres que entran en este lugar tienen que aceptar ciertas normas de comportamiento que forman parte de la sociedad alta: Hay en Madrid una instituci?n religiosa de las m?s ?tiles, la cual tiene por objeto recoger a las muchachas extraviadas y convertirlas a la verdad por medio de la oraci?n, del trabajo y del recogimiento. Unas, desenga?adas de la poca sustancia que se saca al deleite, se quedan all? para siempre; otras salen ya edificadas, bien para casarse, bien para servir en casas de personas respetabil?simas. Son muy pocas las que salen para volver a la 65 perdici?n. Tambi?n entran all? se?oras decentes a expiar sus pecados, esposas ligeras de cascos que han hecho alguna trastada a sus maridos, y otras que buscan en la soledad la dicha que no tuvieron en el bullicio del mundo. (Gald?s 651) Este lugar de encierro y purificaci?n en la visi?n de la sociedad de Gald?s, se llamaba ?las Micaelas? y en este modo podemos entender que estos barrios nuevos representan en un modo el deseo de la sociedad de seguir el mismo tipo de reglas sociales nobles del siglo XIX que no aceptan un miembro de una clase baja de poder entrar en la burgues?a ni en una clase social superior. El individuo tiene que pasar de este proceso para conseguir un lugar en la otra parte noble de la ciudad, pero al mismo tiempo la necesidad aparente de este proceso nos hace preguntar si no asistimos al nacimiento de una censura dentro de la sociedad espa?ola: ?Ser?a posible concluir que en Fortunata y Jacinta asistimos al fracaso de la pr?ctica de la libertad? Es cierto que buena parte de los personajes de la novela son destruidos, y muchas veces al estilo cervantino.Varios lugares de encierro parecen simbolizar aquella sociedad y aquella Espa?a. El manicomio de Legan?s, donde ser? internado Maxi; el convento de <> de Las Micaelas; el internado donde ser? educada la hija de Mauricia, la desgraciada amiga de Fortunata; la c?rcel, con que se amenaza constantemente en la novela a todo disidente; el ?ltimo, y definitivo, el cementerio, y a?n m?s all?, el Infierno. Sin duda. Pero junto a todo eso conviene no olvidar que cuando termina la acci?n de Fortunata y Jacinta la Restauraci?n ha vencido, y que cuando Gald?s escribe su 66 novela en 1886-1887, ese mismo sistema se ha establecido sobre bases que entonces parecen firmes. Pues Fortunata y Jacinta es, por ?ltimo, una defensa apasionada y consciente de la libertad, de la necesidad de una utop?a libertaria. (Pu?rtolas 294) En el contexto del ejemplo del convento se puede ver claramente que la novela de Gald?s se convierte en una met?fora para expresar de un modo realista los problemas o lo que se considera ser un problema de la sociedad de su tiempo. El convento de las Micaelas tiene dedicados dos cap?tulos: ?Las Micaelas por fuera? y ?Las Micaelas por dentro,? donde se puede entender el impacto profundo de este lugar no solamente sobre el car?cter de Fortunata, sino de todas las mujeres que viven dentro de este espacio: ?Gald?s?s double portrait of the convent-<>and <>-gives a structural reality to the tension between openness and enclosure, implied in the inmates and their experience, and generalized as one of the novel?s principal patterns of movement? (Anderson 91). Al mismo tiempo el autor nos ofrece una doble visi?n de este lugar: por dentro, atrav?s de las personas cerradas y de afuera, la descripci?n que puede ser vista de cualquier individuo que pasa por este lugar, las primeras impresiones de esta persona. El cap?tulo ?Las Micaelas por dentro? describe la vida dentro de este convento donde las mujeres entraban para ser educadas o para correcci?n. El ambiente es de una prisi?n y las mujeres que vienen all? son como prisioneras. El mejor ejemplo es de Mauricia que no soporta estar dentro de este lugar, siempre desobedece y como consecuencia tiene que estar encerrada en un espacio a?n m?s cerrado para ser ?domada? como dice Gald?s: 67 La faz napole?nica, l?vida y con la melena suelta, volvi? a asomar en la reja a la ca?da de la tarde.Y Sor Marcela pas? repetidas veces por delante de la c?rcel, volviendo de registrar los nidos de las gallinas, por ver si ten?an huevos, o de regar los pensamientos y francesillas que cultivaba en un rinc?n de la huerta. El patio, que era peque?o y se comunicaba con la huerta por una reja de madera casi siempre abierta, estaba muy mal empedrado, resultando tan irregular el paso de la coja, que los balanceos de su cuerpo semejaban los de una peque?a embarcaci?n en un mar muy agitado. Muy a menudo andaba Sor Marcela por all?, pues ten?a la llave de la le?era y carbonera, la del calabozo y de la otra pieza en que se guardaban trastos de la casa y de la iglesia. Ya cerca de la noche, como he dicho, Mauricia no se quitaba de la reja para hablar a la monja cuando pasaba. Su acento hab?a perdido la aspereza iracunda de por la ma?ana, aunque estaba m?s ronca y ten?a tonos de olor y de miseria, implorando caridad. La fiera estaba domada. (Gald?s 709) En la cita anterior, se puede ver el efecto de este lugar sobre el comportamiento de las personas adentro. Mauricia no acepta este deber de estar all? por ser educada y, aunque no es el prototipo de todas las mujeres adentro desde un punto de vista del comportamiento, su rebeld?a puede representar lo que existe dentro de la subconciencia de todas las mujeres en las Micaelas. Las mujeres no pueden salir del convento durante sus arrepentimientos y todo lo que pueden hacer es mirar el espacio de afuera a trav?s de la ventana: 68 Desde el corredor alto se ve?a parte del Campo de Guardias, el Dep?sito de aguas del Lozoya, el cementerio de San Mart?n y el caser?o de Cuatro Caminos, y detr?s de esto los tonos severos del paisaje de la Moncloa y el admirable horizonte que parece el mar, l?neas ligeramente onduladas, en cuya aparente inquietud parece balancearse, como la vela de un barco, la torre de Aravaca o de H?mera. (Gald?s 215) Es un paisaje diverso, tan diverso como los caracteres que est?n dentro del convento. Pero poco a poco este paisaje no se puede observar m?s por culpa de una construcci?n: Estas hermosuras se ocultar?an completamente a la vista de Filomenas y Josefinas cuando estuviera conclu?da la iglesia en que se trabajaba constantemente. Cada d?a, la creciente masa de ladrillos tapaba una l?nea de paisaje. Parec?a que los alba?iles, al poner cada hilada, no constru?an, sino que borraban. De abajo arriba, el panorama iba desapareciendo como un mundo que se anega. Hundi?ronse las casas del paseo de Santa Engracia, el Dep?sito de aguas, despu?s el cementerio. Cuando los ladrillos rozaban ya la bell?sima l?nea del horizonte, a?n sobresal?an las lejanas torres de H?mera y las puntas de los cipreses del Campo Santo. Lleg? un d?a en que las recogidas se alzaban sobre las puntas de los pies o daban saltos para ver algo m?s y despedirse de aquellos amigos que se iban para siempre. Por fin la techumbre de la iglesia se lo trag? todo, y s?lo se pudo ver la claridad del crep?sculo, la cola del d?a arrastrada por el cielo. (Gald?s 716) 69 Esta construcci?n que esconde gradualmente todo el paisaje representa la ilusi?n de estos grupos de Filomenas y Josefinas que desaparece gradualmente en este lugar cerrado, un lugar que normalmente deber?a darles esperanza. Algunas de ellas, como Mauricia por ejemplo, hacen todo lo posible para salir afuera porque se dan cuenta de que la vida adentro es peor que la vida afuera: The inmates of the Micaelas watch wistfully as their view of the outside world is gradually cut off by the construction of a brick wall that rises slowly and relentlessly. This convent is, for an extended period, home not only to Fortunata, but also to the irrascible free spirit Mauricia la Dura. Mauricia is temperamentally incapable of living in a prison; her violent behavior results in her expulsion from the convent. She regards her expulsion as a liberation and cries triumphantly, as she returns to the outside world, ?Ay, mi querida calle de mi alma! (Anderson 91) De esta prisi?n de las Micaelas, Fortunata cambia la casa en otro tipo de prisi?n: simb?licamente el matrimonio con Maximiliano y en realidad un cuarto en la calle de Sagunto, pero donde, como dice Gald?s con un tono ir?nico, ?ya se hab?an comprado casi todos los muebles? (Gald?s 767). Como dice Bachelard, el espacio de la casa le inspira al habitante a meditar sobre su propia vida y esto podemos ver en el caso de Fortunata: Ya de noche pas? Fortunata a su casa. Su marido no hab?a llegado a?n. Mientras le esperaba, la pecadora volvi? a ver el espectro aquel de su perversidad; pero entonces le vio m?s claro, y no pudo tan f?cilmente hacerle huir de su esp?ritu. <>La casa estaba a oscuras y encendi? luz. Al arrojar la cerilla en el suelo, ?sta cay? encendida, y Fortunata la mir? con vivo inter?s, recordando una de las supersticiones que le hab?an ense?ado en su juventud. <>. (Gald?s 814) La cita anterior es solamente un ejemplo entre muchos en la novela donde podemos conocer mejor a los personajes principales a trav?s de un mon?logo interior. Estos pensamientos interiores son revelados no solamente a trav?s de sus pensamientos interiores, sino tambi?n con la ayuda de la descripci?n del espacio que influye estos pensamientos: Otros m?todos por los que Gald?s logra profundizar el espacio de la obra son los que utiliza para dar a conocer los procesos mentales de los personajes. Y ?stos son varios. A veces hace uso del mon?logo interior, y a veces encubre casi totalmente el proceso mismo. Pero al hacer uso del mon?logo interno, el autor muestra un mayor grado de penetraci?n en el mundo psicol?gico de los personajes. Entonces surge a la impresi?n de introducirse en otro espacio con consistencia propia, m?s a?n dentro de la novela. (L?pez-Landy 212) El encierro no se revela solamente en conexi?n con Fortunata, sino con otros personajes tambi?n. Antonio Arroyo Almaraz analiza en su art?culo la opresi?n de Maximiliano en la casa de do?a Lupe y sus consecuencias: 71 El espacio interior de la casa de do?a Lupe representa la tiran?a y la opresi?n que ejerce ?sta sobre su sobrino, la criada y Torquemada. Una de las im?genes que reflejan esta realidad novel?stica se ofrece en el gabinetito en que encierra do?a Lupe a Maxi, con el retrato del difunto esposo colgado en el sitio presidencial, y donde pronuncia la frase lapidaria de :<<...ya puedes ir a quitarte las botas. Est?s preso...>>. Es frecuente en toda la novela, y en esta escena ocurre igual, que cuando Gald?s quiere llevar a los personajes a una situaci?n de tensi?n, el suelo o las paredes son las receptoras de la mirada reprimida. Act?a as? el espacio como catalizador de la tensi?n de los personajes y sus emociones. (21) El personaje cuya representaci?n est? casi siempre en conexi?n con una casa o con un espacio interior es Fortunata. Cuando el autor revela detalles sobre su car?cter y su desarrollo, siempre tenemos descripciones de lugares donde ella vive. Esto empieza en la primera parte de la novela, en su primer encuentro con Juanito, y contin?a con las Micaelas y otras casas donde vive con Maximiliano y despu?s sola cuando regresa a Juanito. Seg?n Arroyo Almaraz, a trav?s de la posesi?n del espacio de la casa de Fortunata, Juanito entra en un espacio ?ntimo y en este modo su conexi?n con Fortunata se realiza en totalidad (Arroyo Almaraz 24). El interior de la casa provoca diferentes sentimientos en la conciencia de Fortunata. Por ejemplo, en el principio de su matrimonio con Maximiliano, en el peque?o cuarto que es un ?espacio de tr?nsito, cuyos muebles son de alquiler,... Fortunata aparece bajo un fuerte deseo de honradez y purificaci?n de su pasado? (25). 72 El apartamento donde ella vive en adulterio con Juanito est? descrito ahora a trav?s de los ojos del Delf?n, como un indicio de que Juanito es ahora el amo de la casa: La salita en que estaba ten?a ese lujo allegadizo que sustituye al verdadero all? donde el concubinato elegante vive a?n en condiciones de timidez y m?s bien como ensayo. Hab?a muebles forrados de seda y cortinas hermosas; pero aquellos eran feotes, de amaranto combinado con verde- lim?n; las cortinas estaban torcidas, las guardamalletas mas colocadas, la alfombra mal casada, y las jardineras de bazar, con begonias de trapo, cojeaban. El reloj de la consola no hab?a sabido nunca lo que es dar la hora. Era dorado, con figuras como de pastores, haciendo juego con candelabros encerrados en guardabrisas. Hab?a laminitas compradas en baratillos, con marcos de cruceta, y otras mil porquer?as con pretensiones de lujo y riqueza, todo ello anterior a la transformaci?n del gusto que se ha verificado de diez a?os a esta parte. Santa Cruz miraba esta sala con cierto orgullo, viendo en ella como un testimonio de su esplendidez; pero al mismo tiempo sol?a ridiculiza a Fortunata por su mal gusto. (Gald?s 966) Juanito analiza todo en detalle y aunque Fortunata es la que ha decorado la casa, se revela la verdadera preocupaci?n de Juanito a trav?s de su atenci?n por detalles como la antig?edad de los muebles y de las cortinas o el origen dudoso de las jardineras o de las laminitas: el materialismo que muestra el standard de la vida y el lugar en la sociedad. En la primera parte de este capitulo he presentado la descripci?n detallada de dos interiores de casas diferentes, la primera el lugar donde Jacinta vive con Juanito, y la segunda, la casa donde Fortunata se encuentra con el mismo Juanito. La casa de Jacinta, 73 aunque su decoraci?n de interiores lleva las ideas de Barbarita, muestra el tipo de persona que es Jacinta, su lugar en la sociedad. Al contrario, la casa de Fortunata, el apartamento donde vive con Juanito, se describe a trav?s de los ojos de Juanito. El la encuentra vulgar, no es ?chic? como constata ?l mismo. Estas descripciones de interiores que toman mucho del car?cter de las dos mujeres, revela las diferencias entre las dos desde un punto de vista personal y social tambi?n. La novela se concentra mucho al principio sobre Jacinta, su historia, sus sentimientos, su deseo de ser madre. El nombre de Fortunata aparece solamente en pocos episodios, uno de ellos cuando Juanito tiene que dar explicaciones a Jacinta sobre su pasado. Tenemos una falta de antecedentes de Fortunata en contraste con los detalles de la precedencia de Jacinta porque la primera pertenece al nivel bajo de la sociedad y la otra no. Esta es una manera en que Gald?s revela lo que uno considera importante en su sociedad contempor?nea, sus prioridades. Seg?n Demetrio Est?banez Calder?n en su ensayo ?Naturaleza y sociedad: claves para una interpretaci?n de Fortunata y Jacinta, al referirse al personaje de Fortunata, ?desde el comienzo del relato aparecen claros indicios de que el autor est? esbozando un personaje cuya ?ndole natural surge en marcado contraste con la sociedad civilizada. As?, al aparecer ella en escena, se advierten rasgos de naturaleza primitiva en el sorbo del huevo crudo? (83). Fortunata es una ?representante suprema del pueblo...puro material humano en bruto...la escultura de s? misma?(Ribbans 163). Ella representa lo opuesto de Jacinta y del segmento de la sociedad que la ?ltima viene a evidenciar. Por esta raz?n de pertenecer a un lado de la sociedad cuya libertad de opini?n no est? influenciada por ninguna regla de no ofender, cuando Fortunata empieza o tiene la 74 intenci?n de integrarse en una clase social cerrada, ella se siente como en una prisi?n. Maximiliano y su familia se convierten casi en enemigos porque ellos tienen la idea de ingresarla en las Micaelas. El ejemplo del encierro simb?lico de Fortunata en un espacio dom?stico es solamente el primero de una serie que va a ocurrir especialmente en la segunda parte de la novela. En conexi?n con esta isolaci?n, se puede representar la imagen de la ciudad, m?s abierta aparentemente y afuera de estos espacios cerrados. La liberaci?n de Fortunata desde un punto de vista simb?lico se produce muchas veces cuando camina en las calles de Madrid. Michel de Certeau, en su libro The Practice of Everyday life se refiere al proceso de caminar por una ciudad como algo muy importante: The act of walking is to the urban system what the speech act is to language or to the statements uttered. At the most elementary level, it has a triple enunciative function: it is a process of appropriation of the topographical system on the part of the pedestrian (just as the speaker appropriates and takes on the language); it is a spatial acting-out of the place (just as the speech is an accoustic acting-out of language); and it implies relations among differentiated positions, that is, among pragmatic contracts in the form of movements...It thus seems possible to give a preliminary definition of walking as a space of enunciation. (de Certeau 98) Seg?n el art?culo de Farris Anderson, la exclusi?n social de la casa de Santa Cruz que se puede ver en la consecuencia de su paseo en la calle de Pontejos pero tambi?n de otros espacios donde ella se siente al menos parcialmente feliz, puede representar al 75 mismo tiempo una anticipaci?n y un motivo por su renuncia ante la muerte: Two examples in particular are indicative of Fortunata?s exclusion from a space that appears to offer some sort of fulfillment. The first is her dramatic march to Pontejos. She goes there, driven by fury and pain, with the intention of entering the Santa Cruz house and producing a confrontation with Juanito and his family. That is, she intends actually to insert herself into Juanito?s physical and family space. Her ultimate objectives are not clear; as usual, she is driven by instinct, not logic. But in her mind, the act of entering Juanito?s house and provoking a confrontation promises some sort of self-realization. She arrives at Pontejos, but she cannot bring herself to go through the door. She is intimidated by the doorway, and even more by the elegant family members who come out, climb into their coach, and drive away. She remains outside the desired space, and her project of self-assertion dissolves into humiliation and disorientation. (94) Al final de la segunda parte, Fortunata no quiere est?r m?s atrapada no solamente en su matrimonio, sino en una red de reglas y compromisos, y tiene la intenci?n de escaparse: ?the final chapters of Part Three explicitly revive Fortunata?s longing for freedom. Her husband and her in-laws have become, in her mind, agents of enslavement? (Anderson 95). Ella ?se apoderaba de su alma la aversi?n a toda aquella familia. No los pod?a ver. Eran sus carceleros, sus enemigos, sus esp?as...Se sent?a vigilada, y el rechinar de las zapatillas de su t?a le causaba violent?sima ira? (Gald?s 770). Este comienzo de rebeld?a de la parte de Fortunata constituye tambi?n su cambio 76 de papel. El modo en que ella camina hasta la casa de Juanito en la calle de Pontejos en un pasaje citado en el primer cap?tulo, denota que ella ahora quiere tomar las decisiones en sus propias manos: Las meditaciones del paseo marcan por tanto la transici?n de un papel esencialmente pasivo de parte de Fortunata a uno en que se muestra m?s decisiva y emprendedora. Gracias a sus cavilaciones, rechaza la honradez convencional que le ofrece su matrimonio vac?o con Maxi a favor de su amor instintivo y cordial por Juanito. Al mismo tiempo, justifica su decisi?n crey?ndose esposa natural de Juanito y acaricia la idea de tener otro hijo de ?l. (Gald?s 742) Aunque Fortunata siempre vive en espacios cerrados y su situaci?n econ?mica es inferior a la de Jacinta, en muchas situaciones aquella tiene m?s libertad de elegir y de expresarse. Cuando Fortunata se da cuenta de que no quiere estar m?s atrapada en un matrimonio que no le trae la felicidad que esperaba, ella decide de irse, sin pensar mucho en las consecuencias sociales exactamente porque ella no siente la necesidad de seguir estas reglas como Jacinta. Aunque ella no sigue estas normas, Fortunata no tiene siempre la libertad de elegir porque los asuntos econ?micos no la dejan. En un modo, su encierro en el cuarto donde vive con el ni?o al final de la novela, se puede entender como una liberaci?n de su matrimonio, pero al mismo tiempo como un nuevo encierro en una relaci?n que contribuye a su ca?da f?sica y emocional. 77 CONCLUSIONES Al escribir Fortunata y Jacinta, parece que Benito P?rez Gald?s tiene como primera intenci?n revelar en totalidad el sistema de una sociedad y sus tabues que hasta ?l no han sido discutidas en modo abierto. Es una novela que se publica como un folleto, cada semana en un peri?dico, y en este modo el autor puede adaptar sus ideas a la reacci?n del p?blico, testigo directo de la vida en las calles de Madrid. Despu?s de una lectura atenta, uno puede darse cuenta de que el autor considera que el modo m?s eficiente de poner en evidencia las faltas del sistema social y econ?mico espa?ol es de utilizar tipos de personajes de cada nivel de la sociedad y colocarles en un medio urbano familiar para sus lectores. En este modo ellos pueden encontrar m?s elementos comunes en el relato y entender mejor las ideas del autor, el prop?sito de su novela. Se puede decir que los lectores de las novelas de Gald?s en general y de Fortunata y Jacinta en particular son lectores activos porque esta familiaridad con el ambiente les hace reaccionar al mensaje del autor y descubrir numerosos significados a sus palabras. A trav?s de las teor?as de Steve Pile y Henry Lefebvre se hace una conexi?n entre el lector moderno y la novela Fortunata y Jacinta porque en este modo el lector de la ?poca moderna puede entender mejor la intenci?n de Gald?s de utilizar como una de sus t?cnicas literarias predominantes, la descripci?n. En este sentido, el autor de Fortunata y Jacinta presenta en detalle no solamente una imagen est?tica de Madrid, sino la llena de 78 vida a trav?s de la reacci?n de sus personajes a los espacios de la ciudad. Como consecuencia, uno puede descubrir la divisi?n de la ciudad tanto en diferentes tipos de espacios, ?afuera? en las calles y barrios de la ciudad y ?adentro? en los edificios, como en ?geograf?as personales,? lugares donde ?all information is inspired and distorted by feeling? (qtd. in Pile 11). En cuanto a las calles y los barrios de Madrid, se puede encontrar marcos espaciales que dividen claramente las clases sociales y la vida econ?mica espa?ola del siglo XIX. Como ejemplos concretos de este sentido son la Plaza Mayor y la Puerta de Sol, el centro de la novela y respectivamente el centro activo de Madrid. Estos son lugares donde Gald?s coloca a sus personajes como Juanito o Fortunta en varias etapas de la novela y que muestran la trayectoria de sus vidas. Por ejemplo en el caso de Fortunata, la forma circular de la Plaza Mayor puede significar el regreso a su or?gen de partida antes de morir. La teor?a de Daphne Spain sobre los espacios divididos seg?n el g?nero se puede encontrar en la novela de Gald?s especialmente en cuanto al nuevo barrio de Chamber? y al convento de las Micaelas. Este lugar se entiende como una necesidad para la educaci?n de las mujeres y a trav?s de la figura de Mauricia, Gald?s nos presenta las consecuencias de la desobedencia frente a las normas sociales de este tiempo. Al lado del espacio de las calles y los barrios, un lugar importante en la novela es ocupado por el interior de los edificios en general y de las casas en particular. Bachelard subraya la importancia de estos tipos de espacios en entender la psicolog?a de un individuo. En Fortunata y Jacinta, en el caso de Fortunata por ejemplo, el interior de sus habitaciones donde ella vive a lo largo de la novela, se constituye como elemento 79 significativo para descubrir no solamente sus intenciones y su psicolog?a, pero tambi?n de entender su lugar en la sociedad. Ella vive en espacios cerrados porque sus visiones para un futuro son muy limitadas por culpa de no pertenecer a la misma clase social que Juanito. Al contrario, Jacinta beneficia de los mismos tipos de habitaciones como Juanito, puede utilizar su imaginaci?n e individualidad en decorarlos, pero ella nunca tiene la misma autoridad que Juanito. De modo ir?nico, aunque vive en espacios cerrados casi todo el tiempo, Fortunata no se ve constre?ida de respetar las normas sociales de la burgues?a, y beneficia de un grado de libertad que no se puede encontrar en el caso de Jacinta. El ejemplo de Fortunata y Jacinta se puede trasladar al nivel general de la novela: a los personajes femeninos le corresponden en general espacios cerrados de un modo simb?lico en la sociedad y de modo concreto en el espacio de la ciudad. En el momento cuando aspiran a salir de este encierro, sus acciones siempre son interrumpidas por la sociedad. 80 OBRAS CITADAS Anderson, Farris. ?The City as Design for the Novel: Madrid in Fortunata y Jacinta.? Arizona Journal of Hispanic Cultural Studies. 3 (1999): 85-104. Arroyo Almaraz, Antonio. ?La casa como n?cleo estructurador del espacio urbano en la novela del siglo XIX: Fortunata y Jacinta de B. P?rez Gald?s y La febre d?or de N.Oller.? 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